El Rey León y el Libro de Ester

13/03/2025

4 min de lectura

¡Tienen en común más de lo que piensas!

¿Qué tienen en común El Rey León y el Libro de Ester? Más que sólo la realeza, giros dramáticos en la trama y un montón de suspenso. Ambas historias nos enseñan sobre la responsabilidad, sobre dar un paso adelante cuando es más fácil quedarse en silencio y sobre usar nuestra voz para proteger a quienes nos necesitan.

Y seamos realistas: aunque Purim es la festividad más divertida del calendario judío, la historia en sí no es precisamente un juego. Hay intriga política, complots de asesinato y un villano con un sombrero raro que básicamente intenta aniquilar a toda una nación. ¿Te suena familiar? Sí, la historia ama repetirse.

Lamentablemente, hoy enfrentamos amenazas bastante serias otra vez: Hamás, el creciente antisemitismo y, por supuesto, la batalla interminable sobre cuál es el mejor relleno de los oznei Hamán (es de semilla de amapola, no discutas conmigo sobre esto).

Pero antes de hablar de la lucha de hoy, hablemos de Ester.

El momento de decisión de Ester

La historia de Purim ocurre en la antigua Persia, donde la reina Ester, una joven judía, está casada con el rey Ajashverosh. (Si no sabes cómo pronunciar eso, solo murmura y finge que lo sabes— siempre funciona). Mientras tanto, el malvado Hamán, que probablemente tenía la peor personalidad de toda Persia, convence al rey de firmar un decreto para exterminar al pueblo judío.

Cuando Mordejai se entera de esto, le dice a Ester que debe ir ante el rey y suplicar por la supervivencia de su pueblo. Pero hay un problema: acercarse al rey sin invitación es una excelente manera de que te ejecuten. (La vida en la realeza, ¿eh?) Ester está aterrorizada y quiere esperar el momento adecuado. Pero Mordejai le da la máxima dosis de culpa judía:

"Si te quedas callada ahora, la salvación vendrá para los judíos desde otro lugar, pero tú y la casa de tu padre perecerán."

Traducción: Tienes la oportunidad de dar un paso adelante. Si no lo haces, alguien más lo hará, pero lo lamentarás para siempre. Sin presión, ¿verdad?

Así que Ester hace lo que haría cualquier mujer judía en una crisis: ayuna durante tres días, reza y luego entra en la sala del trono como la reina absoluta que es (literalmente). El rey extiende su cetro de oro, ella pone en acción una estrategia épica que involucra múltiples banquetes y, bum, Hamán recibe lo que se merece y el pueblo judío se salva.

El momento de decisión de Simba

Ahora hablemos de El Rey León. Simba, el joven príncipe león, observa con horror cómo su padre, Mufasa, muere (trauma infantil, activado). Convencido por su turbio tío Scar de que todo es su culpa, Simba huye y adopta Hakuna Matata, la filosofía de cero responsabilidades y un buffet de insectos ilimitado. Se pasa los días relajándose en el paraíso, acostado en hamacas y evitando sus problemas como un estudiante universitario ignorando los emails de su profesor.

Mientras tanto, en casa, Scar convierte las Tierras del Reino en un completo desastre. (Básicamente, el tipo era Hamán con melena). Entonces, la amiga de la infancia de Simba, Nala, aparece con malas noticias:

"Simba, si no regresas, todos van a morir y será tu responsabilidad".

La respuesta de Simba: "¡Hakuna Matata!" (Traducción: Sí... estoy bien aquí).

Pero entonces viene el llamado de atención. Rafiki, el mono loco pero sabio, le da un golpe en la cabeza y le provoca a una visión de su padre. En las nubes, Mufasa pronuncia la gran verdad:

"¡Recuerda quién eres!"

De repente, Simba comprende que no puede quedarse de brazos cruzados mientras su pueblo sufre. Regresa, lucha contra Scar y recupera el trono. ¿La moraleja de la historia? Huir de la responsabilidad no la hace desaparecer. (Además, nunca confíes en un tío sospechoso).

Este es nuestro momento de decisión

Entonces, ¿qué tienen que ver Ester y Simba con nosotros hoy? Todo.

Ahora mismo, el pueblo judío enfrenta otro momento definitorio. Hamás ha dejado claro que su objetivo es la destrucción de Israel. Mientras tanto, el antisemitismo se está propagando como una tendencia viral en TikTok, desde ataques violentos hasta desinformación en las redes sociales.

Aun así, muchos dudamos de hablar. Pensamos: Soy sólo una persona, ¿qué diferencia puedo hacer? Pero aquí está el asunto: si Ester se hubiera quedado en silencio, si Simba se hubiera quedado en su hamaca, sus pueblos habrían sufrido. Y si nosotros nos quedamos en silencio ahora, dejamos que otros cuenten nuestra historia por nosotros.

Ganar la batalla en las redes sociales

En el mundo actual, la batalla no es sólo física, sino digital. Mientras el pueblo judío está ganando en el terreno, estamos perdiendo la guerra en las redes sociales. Y si no nos levantamos, otros controlarán la narrativa.

Algunas personas piensan: No tengo una gran plataforma, ¿qué diferencia puedo hacer? Pero ¿adivina qué? Si tienes por lo menos 10 seguidores, eres un influencer. No necesitas que te escuchen millones de personas, sólo una. Cada vez que compartes hechos, corriges información errónea o muestras con orgullo tu identidad judía, creas un efecto dominó.

Y seamos honestos: si tenemos tiempo para publicar sobre nuestro desayuno, selfies en el gimnasio y nuestras últimas compras en Amazon, tenemos tiempo para defender al pueblo judío.

La pregunta que debemos hacernos

La historia de Purim nos enseña que Dios siempre protegerá al pueblo judío. La pregunta es: ¿qué papel queremos desempeñar en esta historia?

¿Nos quedaremos sentados como Simba en su paraíso tropical? ¿Esperaremos el “momento perfecto” como casi lo hace Ester? ¿O comprenderemos, como lo hicieron ellos, que no existe un momento perfecto? El momento de actuar es ahora.

La elección es tuya. ¿Asumirás la responsabilidad? ¿Recordarás quién eres?

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Blanca Contreras Krat
Blanca Contreras Krat
9 días hace

Amén. AM ISRAEL JAI.BH. Shalom. Toda, por tan certera analogía.

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