El secreto judío para mantener tus resoluciones de año nuevo

06/01/2025

3 min de lectura

Justo entre la gratificación instantánea y la satisfacción a largo plazo, el éxito requiere aceptar la incomodidad y utilizar estrategias para fomentar la alegría del crecimiento.

Hace tan solo unos días, el 1 de enero, millones de personas de todo el mundo adoptaron resoluciones para el nuevo año. De acuerdo con las estadísticas, aproximadamente el 80% las abandonará antes del mes de febrero. Mientras que la sabiduría convencional culpa de este fracaso a diversas razones, entre ellas el hecho de asumir demasiadas cosas a la vez o carecer de un compromiso genuino, las enseñanzas judías ofrecen una explicación más profunda: todos poseemos un deseo fundamentalmente dividido.

Por naturaleza, el ser humano busca el bien pero lo hace de dos maneras opuestas. Deseamos simultáneamente la gratificación inmediata y la satisfacción a largo plazo. Cuando alguien se compromete a dejar de fumar, realmente desea los beneficios de una vida sin humo para su salud a largo plazo. Sin embargo también anhela el placer inmediato de encender un cigarrillo y disfrutar de una larga y lenta bocanada de nicotina que lo hace sentirse vivo incluso cuando lo está acercando un paso más a la muerte.

Cuando te comprometes a hacer más ejercicio, sinceramente deseas los beneficios perdurables de la buena salud, pero simultáneamente deseas disfrutar comiendo una gran porción de torta de chocolate o la comodidad de quedarte una hora más en la cama en vez de levantarte para hacer gimnasia.

El desafío es reconocer que el placer se presenta de dos formas diferentes: el placer intenso y sin esfuerzo que llega de la gratificación inmediata, y la satisfacción más profunda, más significativa y a largo plazo que surge del crecimiento personal, la disciplina y el respeto por uno mismo.

Los seres humanos, en esencia, buscan el placer. Todo lo que eliges en tu vida se debe a que crees que te dará placer. Desde tu elección de pareja al destino para las vacaciones, tus decisiones están motivadas por la expectativa del disfrute. El reto consiste en reconocer que el placer se presenta de dos formas diferentes: el placer intenso y sin esfuerzo que llega de la gratificación inmediata, y la satisfacción más profunda, más significativa y a largo plazo que surge del crecimiento personal, de la disciplina y el respeto por uno mismo.

Aprovechar el placer más cualitativo a largo plazo puede implicar dolor e incomodidad momentáneos. Levantarse de la cama temprano para ir a correr implica perder la comodidad de una manta caliente y el dolor temporal del esfuerzo físico, pero produce un placer más duradero de autoestima y mejora la salud. Decir "no" a un cigarrillo supone perder el placer momentáneo que el cigarrillo proporciona, pero lleva a la satisfacción más profunda de tomar el control de tu propia vida y de tu salud a largo plazo.

Comprender esta dualidad es crucial para cualquiera que se tome en serio el cumplimiento de sus resoluciones para el nuevo año. Cualquier resolución a largo plazo exitosa requerirá pasar por incomodidades temporales y tener una estrategia práctica que ofrezca un marco adecuado para el éxito.

4 elementos esenciales para resoluciones exitosas

Hay cuatro elementos fundamentales para tomar resoluciones a las que puedas apegarte.

  1. Tomar resoluciones muy pequeñas. Algo que puedas hacer frecuentemente y con facilidad. No te comprometas a ir al gimnasio tres veces a la semana. Más bien comprométete a hacer diez flexiones de brazos de forma regular, y construye a partir de eso.
  2. Tener un compañero a quien tengas que rendir cuentas. Ya sea un entrenador, un amigo, tu cónyuge o incluso un recordatorio en la agenda o en el teléfono, haz que haya otra persona a la que tengas que rendir cuentas de que, efectivamente, has conseguido tu objetivo. Rendir cuentas a otro es increíblemente importante para mantener la constancia.
  3. Tener un sistema de recompensa de refuerzo positivo para cuando tengas éxito. No tiene que ser algo grande, pero debe ser algo. La recompensa final, obviamente, es sentirte bien contigo mismo por mantener tu resolución y estar sano o ganar control sobre tu vida, pero las recompensas a corto plazo también te ayudarán a superar el malestar que sentirás a corto plazo al hacer aquello a lo que te has comprometido. La recompensa puede ser algo pequeño, como apartar algunos dólares cada vez que hagas flexiones y ahorrarlos para comprarte algo bonito al final de la semana o del mes cuando tengas éxito.
  4. Una actitud positiva de crecimiento. El crecimiento que se ve motivado por la presión, la culpa, la comparación o el miedo rara vez es saludable o exitoso. Tienes que ver tu crecimiento como una oportunidad y una aventura. Como dijo el rey David: "Sirve a Hashem con alegría". Tu crecimiento personal y espiritual debe ser comprometido, pero alegre.

La magia ocurre cuando combinas estos pasos prácticos con el entendimeinto de tus dobles deseos. Reconocer que no estás luchando contra ti mismo, sino más bien eligiendo entre dos clases diferentes de placer, transforma todo el desafío.

No estás cediendo al placer, estás cambiando la satisfacción pasajera de la gratificación inmediata por el profundo placer del desarrollo personal y el respeto por ti mismo. Cuentas con los pasos y las salvaguardas necesarios no sólo para cumplir tus propósitos, sino también para transformarte y aprender a valorar que el malestar temporal no es tu enemigo, sino la puerta de entrada a una vida más placentera y significativa a largo plazo.


Una versión de este artículo apareció originalmente en ynetnews.com

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