El significado de las bendiciones en una boda judía

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De qué manera las bendiciones que se recitan bajo la jupá guían a la pareja para vivir juntos en armonía.

En una boda reciente, me sorprendí de la inocencia y del amor que irradiaba la joven pareja. El vestido de la novia ondulaba con la brisa mientras el novio le colocaba el anillo. Ambos murmuraban plegarias silenciosas. Comenzaban una nueva vida juntos.

Las bendiciones que se recitan debajo de la jupá contienen una sabiduría que guía a la pareja para que viva junta en armonía. Vamos a analizar el significado profundo de cuatro de estas bendiciones.

1. La bendición de la luz interior: “Bendito eres Tú, Dios, Quien creó al hombre a Su imagen”

Es fácil dar por sentado el regalo de tener una pareja. Lo que comenzó como una increíble explosión del cosmos tristemente con el tiempo puede perder el brillo. Dejamos de sentir lo increíble que es tener una pareja.

Mirar a nuestra pareja y reconocer que en ella se encuentra una misteriosa partícula de Dios, nos da la dirección que necesitamos para poder sentir reverencia. Cada uno contiene un alma que nos fue otorgada desde Arriba. El hombre y la mujer se unen para revelar la majestuosidad oculta que contiene cada matrimonio. Un alma que con el nacimiento se separó en dos partes ahora vuelve a reunirse. Esta consciencia nutre un profundo respeto por la luz extraordinaria de nuestra pareja.

Considera a tu compañero como una fuente de bondad que debes descubrir. Concéntrense en prestar atención a las cualidades que los atrajeron mutuamente. La risa fácil, la naturaleza sensible, la honestidad, el corazón generoso… Lo que sea que hayan visto, sigue estando allí. A veces la presión o los desafíos disminuyen esa luz. Nuestra misión es reconocer, valorar e incluso magnificar esa alma Divina que espera ser revelada.

La vida compartida es una aventura para capturar la esencia Divina y llevarla a nuestros hogares y a la vida cotidiana. Nuestra tarea es convertir en sagrado lo mundano. El matrimonio es la fórmula a través de la cual podemos elevar un departamento ordinario y transformarlo en un mikdash meat, en un santuario en miniatura. Esto lo logramos con nuestra alma gemela, que es también nuestro compañero para la vida. Juntos nos conectamos mutuamente con la luz del otro.

2. La bendición de amistad: “Otorga abundante felicidad a los amados amigos”

En un mundo en el que la gente tiene cientos de amigos en Facebook pero sufre de soledad, el matrimonio provee la bendición de la genuina amistad.

Adam vivió en el Jardín del Edén. Lo tenía todo. Buena comida, un clima maravilloso, el mismo paraíso. No le faltaba nada. No tenía que pagar cuentas, no tenía problemas ni presiones. Sin embargo, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. ¿Qué era lo que le faltaba?

Una compañera para la vida. La posibilidad de elevarse acompañado por la energía de otro.

A pesar de tenerlo todo, el paraíso era insignificante. Adam necesitaba su “compañera” para encontrar el propósito.

Uno de los niveles más profundos del amor es la singular amistad que provee el matrimonio. Compartir las alegrías y sí, también compartir las luchas puede ayudarnos a concretar nuestra misión en la vida, aquello para lo cual fuimos creados.

Esta amistad se diferencia de cualquier otra. La unión es una unidad que conecta a la pareja para la eternidad.

¿Cómo podemos construir esta bendición de la amistad en nuestro matrimonio?

Debes trabajar para ser bondadoso y compasivo con tu pareja. Escucharla con el corazón. Ser dedicado. Tener cuidado de no causarle dolor. Encontrar tiempo para el otro. Dejar una nota afectuosa o un mensaje de texto sin ninguna razón. Hacer un esfuerzo más. Sonreír. Preguntarte a ti mismo cómo puedes mostrarle que es importante para ti. Mirarse a los ojos y recordar la primera vez que se vieron. Incluso el acto más pequeño, como una llamada a mitad del día para decir “te amo”, puede ser un conducto de felicidad y amistad con amor.

3. La bendición de las almas gemelas: Otorga felicidad… como en el Jardín del Edén”

¿Por qué el Jardín del Edén se considera la cumbre de la felicidad? ¿Por qué se menciona el Jardín del Edén, de donde fueron expulsados Adam y Javá, y no a otras parejas de la Torá cuyas historias enseñan la definición del amor?

Cuando Adam enfrentó una dificultad, él no dijo: “¿Sabes qué? ¡Lo nuestro ha terminado, Javá! Me voy a buscar a otra”. Él no pudo decirlo porque no había en todo el planeta nadie más que Adam pudiera encontrar.

Esta es la perspectiva que debemos tener ante los desafíos que nos presenta la vida. Tú eres mi única alma gemela. No estoy buscando a ninguna otra alma, no te comparo ni deseo estar con nadie más. Tú eres la única para mí y juntos lograremos que este matrimonio funcione.

Los graves problemas que introducen los medios sociales al matrimonio no pueden dejarse de lado. Demasiadas parejas comparan a sus esposos, sus vacaciones, su casa, sus hijos y sus mismas vidas con los demás. Sentir que tienen menos provoca terrible infelicidad.

Nosotros mismos nos convertimos en los mayores obstáculos que nos impiden la felicidad. Medimos nuestras vidas enfocándonos en las bendiciones de otras personas y nos desilusionamos. En el proceso perdemos de vista nuestras propias bendiciones. Olvidamos que estamos mirando fotos “publicitarias”. Nadie publica el dolor, las lágrimas, las peleas. En definitiva, nos saboteamos a nosotros mismos.

La clave para que el amor perdure es decir lo mismo que Adam le dijo a su esposa: “No hay nadie más que tú. Juntos lograremos que funcione”.

4. La bendición de la comunicación: “Que se escuche la voz del novio y de la novia”.

Escucha cómo se hablan los recién casados.

“Cariño, ¿qué puedo hacer por ti?”

“Mi vida, te extrañó. ¿Cuándo regresas a casa?”

¿Qué pasa después? Olvidamos cómo hablamos, no recordamos la dulzura, la suavidad que una vez manifestamos. Esa es la voz del novio y de la novia.

La sabiduría de esta bendición es la importancia de la comunicación en el matrimonio. Antes de pensar en nuestras palabras, debemos considerar nuestro tono. Podemos decir lo mismo, como por ejemplo: “¿Dónde están mis llaves?”, pero el nivel de nuestra voz marca toda la diferencia.

Y luego tenemos que considerar nuestras palabras. Las palabras pueden construir, pero también pueden destruir.

Usa tus palabras para crear puentes de conexión. Piensa antes de criticar. Si algo te molesta, sopesa tus palabras y ten cuidado respecto a cómo transmites tu mensaje. No seas despectivo. No seas tacaño con las palabras afectuosas. Sé generoso con las palabras de amor.

Que todos tengamos el mérito de celebrar juntos nuestras alegrías y que veamos perdurar nuestro amor de generación en generación.

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