En busca de sentido

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Tazriá (Levítico 12-13 )

Victor Frankl fue un famoso psiquiatra judío, un sobreviviente del Holocausto. En su libro de 1946, "El hombre en busca de sentido", él registró sus experiencias en Auschwitz y las bases de su método psicoterapéutico, la logoterapia, que él considera que fue lo que lo ayudó a superar las traumáticas y espantosas experiencias del Holocausto. Tres de sus mensajes esenciales son: 1) todos tenemos libre albedrío para elegir nuestra respuesta mental, incluso en medio del sufrimiento; 2) nuestra misión en la vida debe ser buscar significado y no sólo obtener placer o evitar el dolor; y 3) obtenemos significado al vivir una vida enfocada en valores e ideales.

Al describir la sabiduría, la estructura interna y la profundidad del alfabeto hebreo, la obra mística "Séfer Ietzirá", resalta la conexión entre la palabra nega (nun-guimel-ain, que significa aflicción), y la palabra oneg (ain-nun-guimel, que significa placer). "No hay un bien mayor que el oneg y no hay un mal peor que nega". La palabra nega aparece a menudo en las parashiot Tazría y Metzorá para describir la enfermedad de tzaraat. Construyendo a partir del "Séfer Ietzirá", varios comentaristas reflexionan sobre la relación de la nega de la tzaraat y el concepto inverso de oneg, placer.

Por ejemplo, Rav Isasjar Frand cita y elabora sobre lo que dijo el "Jidushei HaRim", y señala que la única diferencia entre oneg y nega es el lugar que ocupa dentro de la palabra la letra ain. En oneg, la ain está al comienzo de la palabra y en nega, está al final. Al explicar las leyes relativas a la tzaraat de la ropa, el versículo dice que si después de lavarla "la aflicción no ha cambiado su apariencia (ha-nega lo hafaj et einó), es impura" (Vaikrá 12:55). El "Jidushei HaRim" sugiere que la expresión "et einó", traducido como "su apariencia", puede leerse también como "su ain" en referencia a la letra ain, con un nivel adicional de significado: su ojo o su visión. La diferencia entre nega y oneg es un asunto de ain, o de perspectiva.

Pero aclaremos algo: oneg en este contexto no se refiere al placer físico, ni necesariamente se refiere a ignorar de forma surrealista y desconectada el dolor. Oneg es un placer espiritual, algo que no niega por completo el dolor, pero lo alivia al infundirle significado. Es el placer que tiene lugar cuando a pesar del dolor, uno puede cambiar su perspectiva y seguir comprometido a vivir con valores e ideales.

Quizás es por esto, tal como explica el "Sefat Emet", que la impureza del metzorá duraba siete días, porque eso aseguraba que experimentara el Shabat como parte del proceso. El placer y el significado que encontramos en el Shabat son reparadores. El "Sefat Emet" también señala que la palabra tzaraat (tzadi-reish-ain-tav) tiene las mismas letras que la palabra atzeret (ain-tzadi-reish-tav), que es una referencia a la festividad de Shavuot. Shavuot representa la aceptación el estudio de la Torá, y provee el antídoto para el dolor y el sufrimiento por tzaraat.

Si bien en general esperamos evitar el dolor y el sufrimiento, en los casos en que está fuera de nuestro control, lo único que está en nuestras manos es nuestra respuesta. Si bien es un desafío enorme, podemos trabajar para cambiar nuestra perspectiva e investir nuestra vida con valor y significado, a pesar del dolor. Al infundir nuestras vidas con el significado que surge de un estilo de vida de Torá, podemos esperar cambiar cualquier nega que podamos experimentar en un oneg.

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