Entender tu dolor emocional es la clave para encontrar paz interior

28/05/2023

2 min de lectura

Si tenemos el coraje de escuchar a nuestro dolor y aprender de él, encontraremos fuerza y paz interior.

A menudo, los conflictos internos que no entendemos socavan nuestra paz interior. El conflicto puede implicar que estamos evitando enfrentar una verdad aterradora sobre nosotros y sobre nuestra vida. Mientras nos resistamos a enfrentar esa verdad, estaremos en guerra con nosotros mismos.

Muchas veces hay verdades importantes impregnadas en nuestro mayor dolor. El dolor físico nos dice que algo no está bien con nuestro cuerpo; así también el dolor emocional indica que hay algo que no está bien mal en nuestra alma. Por eso es una mala idea descartar o anestesiar nuestros sentimientos. Mientras más tratemos de escondernos de esa verdad, más ansiosos e intranquilos nos sentiremos y nuestra vida se escapará de nuestro control.

Natalie está casada hace un año y estaba enojada con su esposo porque él no la protegía de su madre controladora. Sus intentos de convencerlo para que impusiera límites más firmes y que pusiera a su madre en su lugar llamaron la atención de su esposo y él intentó ser más fuerte con su madre. Pero el profundo miedo de Natalie hacia su suegra se arraigó en su corazón. Ella ya no podía soportar más la ansiedad y el miedo, y concluyó que no tenía más alternativa que divorciarse.

Mientras mejor entendemos nuestros sentimientos, mejor nos entendemos a nosotros mismos.

Entonces tuvo lugar el momento de revelación cuando Natalie descubrió la verdad impregnada en su miedo. Ella entendió que dependía de que su esposo la protegiera porque se sentía completamente desamparada e incapaz de protegerse y cuidarse por sí misma. Se sentía en su matrimonio como la niña pequeña que era atacada por su madre cada vez que intentaba manifestar sus opiniones y necesidades. Natalie creció con una madre que la aplastaba cada vez que ella intentaba ser asertiva y expresarse. La pasividad e impotencia se arraigaron en su personalidad. Sólo conocía una forma de tener una relación con una persona fuerte: ceder y derrumbarse. El dolor de su niñez se convirtió en su destino en el matrimonio.

Cuando descubrió esta verdad fundamental sobre sí misma, instantáneamente se sintió en paz y fortalecida. Cuando nuestra mayor lucha se esclarece en el contexto mayor de nuestra historia de vida, nos sentimos revitalizados y se activa nuestra voluntad de crecer.

Natalie aceptó la responsabilidad de convertirse en una persona asertiva. Ella estaba decidida a no ser más una niña pequeña, indefensa e impotente.

Alex, 40 años, estaba agotado. Aunque tenía una familia y un negocio lucrativo, sentía que su vida no tenía sentido. Para sobrellevar su dolor fumaba marihuana casi a diario. En la conversación que llevó a su cambio, dijo: “No tengo idea lo que es el amor”. La verdad dentro de su sensación de falta de sentido era obvia: una vida sin amor es una vida sin sentido. No se sentía amado, a pesar de estar casado con una esposa muy cariñosa. Él había crecido en un hogar donde, tristemente, no existía "sentirse amado". De inmediato entendió lo que faltaba en su vida y comenzó a explorar su narrativa de vida sin amor y cómo comenzar a sentir y dar amor.

Cuanto más entendemos nuestros sentimientos, mejor nos entendemos a nosotros mismos. Nuestros sentimientos son la puerta que nos permite llegar a descubrirnos y entendernos a nosotros mismos. Si tenemos el valor de escuchar nuestro dolor y aprender de él, encontraremos paz y fuerza interior. Cuando dejamos de luchar contra nuestros sentimientos y los reconocemos, encontramos la paz y comienza un auténtico proceso de crecimiento.

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