

9 min de lectura
Una nueva película muestra el rol que jugaron la propaganda, la desinformación y la demagogia para llevar a Hitler al poder. Una lección muy necesaria en la actualidad.
De acuerdo con una encuesta reciente del Dailly Mail, el 21 por ciento de los encuestados de menos de 29 años dijeron que Hitler tenía buenas ideas, comparado con el 16 por ciento de aquellos entre 30 y 49 años, el siete por ciento entre 50 y 64 años y sólo el 5 por ciento en opinión de aquellos de más de 65 años. Esta parece ser parte de la tendencia de la nueva generación: mostrarse más simpáticos hacia algunos de los individuos más malvados de la historia.
En la nueva película El ministro de propaganda (Goebbels and the Fuhrer), el director alemán Joachim A. Lang espera transmitir cómo a menudo Hitler parecía una persona simpática, razonable.
En una entrevista reciente con AishLatino, Lang explicó: "El punto es mostrar a Hitler no como un demonio. Es muy cómodo pensar de él como un demonio. Es fácil distanciarse de un demonio". En cambio, la descripción que Lang hace de Hitler muestra al líder alemán como una persona fundamentalmente voluble y profundamente antisemita, pero también como alguien capaz de parecer encantador y suave, gracias a su ministro de propaganda, Joseph Goebbels.
Lang espera que al entender cómo Goebbels fue capaz de lograr que la odiosa perspectiva del mundo de Hitler pareciera aceptable e incluso atractiva, los espectadores sean capaces de ver la propaganda de forma crítica y reconocer las señales de identidad de otros demagogos y líderes que alientan al odio en la actualidad, una habilidad que la nueva generación necesita aprender.
El profesor Thomas Weber trabajó como consultor histórico para la película El ministro de propaganda y explicó que muchos de los métodos de propaganda de los cuales Goebbels fue pionero, se siguen utilizando hoy en día.
La investigación del Dr. Weber sobre Hitler demostró que era básicamente un hombre común y corriente y poco impresionante antes de reclutar ayudantes políticos como Goebbels, que contribuyeron a elevar su perfil. El Dr. Weber señala que una década antes de que Hitler lograra apoderarse del poder, "casi nadie creía que Hitler, si llegaba a tener algún futuro político, pudiera llegar a ser el líder de Alemania". Un observador político describió a Hitler no como "un líder sino como un maravilloso agitador" que proporcionaría ayuda "a alguien aún más grande que él". Era "un vagabundo y un oportunista" (Becoming Hitler: The Making of a Nazi, por Thomas Weber. 2017). El Dr. Weber describe que los compañeros de Hitler de la Primera Guerra Mundial lo veían como un "pelotón de retaguardia".
Sin embargo, Hitler estaba aprendiendo el poder de la propaganda para ayudar a cambiar la forma en que la gente lo veía a él y a sus opiniones antisemitas. Hitler reformuló su mediocre servicio militar como una encarnación del olvidado hombre alemán común y silvestre. Hitler dio un nuevo marco a su profundo antisemitismo personal (el cual muchos historiadores atribuyen a la muerte prematura de su madre cuando estaba bajo cuidado de un médico judío), como el supuesto defensor de los alemanes comunes contra las rapaces élites judías.
Joseph Goebbels (en el estrado) dirigiéndose a una multitud en Berlín, 1 de febrero de 1935.
La clave para esta transformación fue Joseph Goebbels, un escritor con un doctorado en literatura alemana. Goebbels también era un antisemita rabioso y encontró su hogar político en el partido nazi de Hitler. Según todos los indicios, Goebbels (y su esposa Magda) adoraban a Hitler, tal como se describe con escalofriante espanto en El ministro de propaganda. Hitler llegó a depender del magistral talento propagandístico de Goebbels y en 1930 lo nombró jefe de propaganda del partido.
Goebbels perfeccionó sus dotes persuasivas editando el periódico nazi Der Angriff (El ataque) entre 1927 y 1935. A partir de 1928, Goebbels fue también un político y representó al partido nazi en el Reichstag alemán. Él experimentó con diferentes maneras de persuasión, encontrando lo que mejor resonaba sobre su público. Su biógrafo, Peter Longerich, señala que probó diferentes estilos de escritura: "satírico, de cuento de hadas, saga, conversacional o epistolar" (Goebbels: A Biography de Peter Longerich). Goebbels fue un pionero asignando apodos despectivos a sus oponentes políticos. Su víctima más popular fue el Dr. Bernhard Weiss, subcomisario de policía, a quien Goebbels atacó una y otra vez asignándole el apodo de Isador Weiss, que sonaba a judío. El Dr. Weiss intentó defenderse de los ataques de Goebbels, pero sólo logró llamar cada vez más la atención y cumplir el objetivo de Goebbels de ridiculizarlo.
Otra de las primeras victorias propagandísticas fue cultivar el ejército privado de matones del partido nazi, la Sturmabeilung, o 'Tropas de Asalto'. Goebbels animó a estos jóvenes que buscaban pelea a marchar por zonas obreras donde mucha gente abrazaba el comunismo, uno de los mayores enemigos del partido nazi. A menudo estallaban peleas violentas y Goebbels publicaba con entusiasmo la muerte de cada miembro de las Tropas de Asalto como un "mártir". Goebbels promocionó la canción sobre Horst Wessel, un luchador callejero nazi que murió en una reyerta en 1930, y que luego se convirtió en el himno del partido nazi y más tarde en el Himno nacional oficial de Alemania y Austria. Su promoción de las Tropas de Asalto tuvo tanto éxito que pasaron de tener 450 miembros en 1926 a ser 32.000 a principios de 1933.
El ministro de propaganda ofrece una visión fascinante del minucioso trabajo propagandístico de Goebbels. Lo vemos ensayar una y otra vez los discursos antes de que él y Hitler pronuncien lo que parecen ser improvisadas y apasionadas convocatorias. "El problema es que en la mayoría de las representaciones contemporáneas de Hitler vemos sólo los últimos cinco o diez segundos de un discurso", observó el director Lang. "Así parece que siempre estaba furioso". Pero no era así. "Los discursos duraban dos horas; los gritos eran sólo el final". El ministro de propaganda pretende mostrar a la gente "cuán persuasivo" era Hitler y alertar a la gente para que preste atención a las advertencias de la historia y trate a los demagogos y vendedores de odio actuales con el mismo escepticismo que ahora aplicamos a la época nazi.
El consultor histórico Profesor Thomas Weber identifica algunos de los métodos de propaganda claves de Goebbels y advierte que existen paralelos con la retórica populista y antijudía actual.
Goebbels era un maestro simplificando situaciones complejas de formas engañosas y repitiendo mentiras "una y otra vez". Otra faceta de la propaganda de Goebbels que señala el Dr. Werber, es que "no importaba que los hechos individuales fueran correctos; algo simplemente tenía que ser repetido en servicio a una única verdad".
Uno de los aspectos más escalofriantes de El ministro de propaganda es cómo la máquina de propaganda de Goebbels (que abarcaba periódicos, discursos, emisiones radiales, noticieros y películas), creó un clima en el que los alemanes estaban dispuestos a darlo todo por lo que Goebbels denominó el esfuerzo de "guerra total".
Goebbels y Hitler
Esta disposición a mentir me recuerda las calumnias que la Autoridad Palestina (AP) y otros promueven sobre los judíos. Por ejemplo, el uso por parte de la AP de fotos de víctimas del Holocausto diciendo falsamente que eran árabes palestinos asesinados por los judíos, o la insistencia de la BBC en octubre del 2023 diciendo que cohetes israelíes destruyeron un hospital en Gaza incluso después de que se demostrara claramente que los cohetes de Hamás fueron los responsables del ataque. En estos y en otros numerosos casos en los que hubo líderes que mintieron descaradamente sobre Israel y los judíos, enfrentaron pocas consecuencias, tal como lo predijo Goebbels.
El Dr. Weber observa que Goebbels también fue pionero de la clase de maniobras políticas que se siguen utilizando hoy en día. Por ejemplo, él "interrumpía la proyección de una película de la izquierda soltando en el cine ratones blancos; esa clase de acrobacias". Ese truco fue copiado directamente en las últimas semanas por manifestantes antiisraelíes que soltaron gusanos y cucarachas en el hotel Watergate de Washington DC cuando el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu habló allí en julio del 2024.
"Cuando alguien te acusa de algo, y es correcto, no lo niegas, simplemente acusas a la otra parte exactamente de lo mismo", añade el Dr. Weber. Esta táctica de Goebbels es especialmente dañina y está muy extendida en la actualidad. Esto lleva a la gente a "creer que no existe el bien ni el mal". "No hay que negar anda, basta con decir que el otro bando también lo hace o que los otros lo hacen todavía peor". Cuando empezaron a filtrarse noticias sobre las atrocidades de los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, "Goebbels dijo que no había que negarlo, sino sólo encontrar atrocidades en el otro bando" y promoverlas.
El ministro de propaganda sigue la vida de Goebbels y Hitler desde 1937 hasta sus suicidios en 1945, y describe las formas cada vez más eficaces en que demonizaron a los judíos, lo que tiene eco en el clima actual.
Hitler despotricó contra lo que denominó Uberschwemmung unseres Vaterlandes, la 'inundación de la patria' con inmigrantes, y culpó a los judíos de orquestar esta supuesta "inundación" de "inmigrantes inferiores". También estaba obsesionado con la idea de que los "verdaderos" alemanes emigrarían debido a este ruin "complot" supuestamente inspirado por los judíos (y completamente ficticio). Esta descabellada teoría tiene eco en la calumnia del "gran reemplazo", que acusa a los judíos de pretender reemplazar a los estadounidenses nacidos en el país por inmigrantes inferiores. Esta falsedad inspiró al asesino que mató a 11 personas en la Sinagoga el Árbol de la Vida en el 2018.
La película muestra a Goebbels planeando la Kristallnacht, los disturbios antijudíos del 9 y 10 de noviembre de 1938. Él aprovechó para avivar el odio el asesinato de un funcionario alemán en París por parte de un adolescente judío cuya familia había sido expulsada de Polonia. Kristallnacht cumplió los objetivos de Goebbels: unió a los alemanes y a los austriacos en torno a una amenaza percibida. También fue una prueba de lo lejos que podía llegar el partido nazi para demonizar e incitar a la violencia contra los judíos.
El legado de Goebbels sigue vivo. Una reseña reciente de una película en el periódico británico "The Guardian" muestra cuán devaluados están en la actualidad los judíos. "Si quieres entender por qué Hamás asesinó a civiles, el (documental sobre el ataque de Hamás del 7 de octubre del 2023) 'Un día en Octubre' no ayudará. De hecho, la película hace un buen trabajo demonizando a los habitantes de Gaza, primero como asesinos de Hamás enloquecidos de testosterona, luego como desvergonzados ladrones civiles, desvalijando el kibutz mientras los cadáveres yacían en las calles y los vivos aterrorizados se escondían". Con cada repetición de que los judíos son culpables de la violencia, incluso culpables de sus propios asesinatos el 7 de octubre, se afianza aún más la mentira de que los judíos de alguna manera son singularmente malos e indignos.
Uno de los episodios más interesantes de El ministro de propaganda muestra a Goebbels trabajando en las películas de propaganda nazi, incluida la película de 1940 Der ewige Jude (El judío eterno). Esta infame película se rodó en los guetos judíos de Varsovia y Lodz, y yuxtaponía a judíos y ratas acusándolos de propagar enfermedades y agotar los recursos. La película muestra una escena gráfica de una vaca sacrificada por un judío para alimentarse y afirma que ningún alemán sería tan cruel. Esto hace eco y perpetúa los estereotipos de los judíos como seres especialmente siniestros y malévolos: tropos que siguen vigentes hoy en día.
Muchas de las ideas y justificaciones para matar a los judíos que propuso por primera vez Goebbels siguen en uso. Tomemos por ejemplo al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, cuya tesis doctoral promueve una versión revisionista de la historia del Holocausto. Él ha repetido una y otra vez que Hitler se vio obligado a matar a los judíos de Europa porque los judíos tenían un efecto muy negativo sobre la sociedad europea. Esta extraña declaración, ideada por primera vez por Goebbels hace casi un siglo, es tolerada repetidamente por la mayoría de los observadores, que ignoran las escandalosas calumnias de Abbas.
El consultor histórico Dr. Thomas Weber señala que Hamás también usa ideas y tropos inventados por Goebbels. "Hamás ha estado utilizando desde el 7 de octubre imágenes específicas (de inspiración nazi) que son similares" a la propaganda de la cual Goebbels fue pionero. "La desinformación de Hamás desde el 7 de octubre sigue el patrón que utilizaba Goebbels".
El director Lang y el Dr. Weber esperan que los espectadores que vean El ministro de propaganda aprovechen las lecciones que aprenderán para reconocer "la desinformación y la demagogia" actual. "Vivimos en un mundo en el que las condiciones son propicias para la demagogia, con líderes políticos y activistas que se apoyan cada vez más en la propaganda y no en el debate razonable para persuadir a los demás, señala Lang. Él señala que muchas de las teorías de conspiración antijudías prevalentes en la actualidad son similares a las de la era nazi.
El ministro de propaganda ganó el premio del público en el Festival de Cine de Múnich 2024. La película comenzó a distribuirse y el equipo de producción espera que ayude a los espectadores a reconocer algunos de los rasgos distintivos de la demagogia y las mentiras dirigidas contra los judíos y otras personas en la actualidad. En muchas partes del mundo, "los discursos de Hitler se usan como manuales para aprender a ganarse a la gente", dijo Lang. Muchos de los sobrevivientes del Holocausto que entrevistó (incluidos algunos que aparecen en su película) le dijeron que "ven en el mundo actual algo que les recuerda a la Alemania de hace 80 años".
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.