Es un error prohibir en las escuelas Maus, el cómic sobre el Holocausto

Mientras gran parte del mundo se preparaba para conmemorar el día Internacional de Recuerdo del Holocausto en enero del 2022, un distrito escolar en Tennesse decidió quitar de su currícula escolar los dos volúmenes de Maus: Relato de un superviviente, la novela gráfica sobre el Holocausto.

Art Spiegelman, un famoso caricaturista e hijo de sobrevivientes del Holocausto, publicó el primer volumen de Maus en 1986 y el segundo en 1991. Esta obra inusual, que describe las espantosas experiencias del padre de Spiegelman durante el Holocausto, ganó un Pulitzer como mejor obra de ficción, la primera y única novela gráfica que obtuvo este reconocimiento. Todos los personajes en Maus están dibujados como animales. Los judíos son ratones, los nazis gatos, los polacos cerdos y los norteamericanos perros.

Los libros presentan de forma alternada las conversaciones de un hijo adulto con su padre, un anciano infeliz y cascarrabias, y los terribles recuerdos que describe su padre. El efecto es que logra atraer a los lectores con ilustraciones y diálogos convincentes, al mismo tiempo que brinda cierta sensación de distancia de la terrible historia que encontramos dentro de sus páginas.

Leer Maus puede ser una experiencia dura. El Volumen I, subtitulado "Mi padre sangra historia", comienza con el hijo, un artista llamado Art, que visita a su padre Vlatek y a la esposa de su padre, Mala. Los nombres pertenecen a la familia real de Art. Durante el Holocausto, los padres de Art Spiegelman, Anja y Vlatek, soportaron terribles dificultades y sobrevivieron a Auschwitz. Anja Spiegelman se suicidó en 1968.

Vlatek comienza describiendo su vida feliz en Polonia en los años 30, pero sus recuerdos rápidamente se vuelven oscuros. Después de que los nazis invadieran Polonia, la comida era escasa. Los judíos tenían prohibido participar en gran parte de la vida pública. Maus describe el creciente espanto en audaces bocetos en blanco y negro, adecuados para el tono sombrío del libro. En uno de los primeros paneles, Vlatek regresa a casa molesto y le cuenta a su esposa y a su hijo pequeño: "Hoy hubo otro motín en el centro de la ciudad. Todos gritaban '¡FUERA JUDÍOS! ¡FUERA JUDíOS!' Incluso mataron a dos personas. ¡La policía sólo observaba!".

Vlatek y Anja ven cómo sus amigos y familiares van siendo asesinados, uno por uno. Ellos envían a su hijo Richieu a vivir con su tía en otro pueblo, con la esperanza de que allí esté a salvo. Posteriormente se enteran que cuando la hermana de Anja descubrió que todos los judíos del pueblo iban a ser deportados a Auschwitz, envenenó a sus dos hijos, a Richieu y a sí misma. El Volumen II, subtitulado: "Y aquí comenzaron mis problemas", describe las experiencias de Vlatek en Auschwitz, donde lo obligaron a remover los restos de los judíos que habían sido asesinados en las cámaras de gases.

El novelista Umberto Eco observó que "Maus es un libro que no puede dejarse, realmente, ni siquiera para dormir… lentamente a través de esta pequeña historia compuesta de sufrimiento, humor y los desafíos de la vida cotidiana, uno se ve cautivado por el lenguaje de una familia de Europa oriental…". Cuando la publicaron por primera vez, Los Angeles Time declaró que era "enormemente efectiva, un logro extraordinario, una nueva manera de observar la experiencia" del Holocausto.

La fuerza de Maus lo convirtió en una elección natural para los maestros del condado de McMinn, Tennessee, quienes lo han utilizado como "texto de referencia" para la unidad de un mes de duración de estudio sobre el Holocausto para la clase de inglés del 8vo grado. Sin embargo, durante mucho tiempo hubo algunas quejas en el distrito.

Algunos padres objetaron las imágenes de ratones desnudos en las escenas de Auschwitz. Otros también se quejaron de que el libro usa palabras profanas en algunos de sus diálogos. Para calmar estas preocupaciones, los maestros del distrito cubrieron las imágenes de los ratones desnudos y los insultos del texto. Sin embargo, las quejas siguieron.

Los maestros del condado de McMinn tenían que comenzar a estudiar Maus con sus alumnos del 8vo grado en enero del 2022, pero esperaron, porque sintieron que el libro podía llegar a ser prohibido. Y eso fue lo que ocurrió tras una amarga reunión de la junta escolar el 10 de enero. "Muestra gente ahorcada, muestra cómo matan niños", se quejó Tony Allman, miembro de la junta escolar. "¿Por qué el sistema educativo promueve esta clase de cosas? No es sano ni inteligente", declaró Allman en la reunión.

Algunos de los presentes en la reunión defendieron Maus. "Yo era profesora de historia, y no hay nada agradable sobre el Holocausto. Para mí esta era una forma maravillosa de describir un crimen espantoso en la historia", explicó Julie Goodin, una supervisora de instrucción en el distrito. El otro supervisor de instrucción del distrito, Steven Brady, también defendió al libro diciendo: "Cuando pensamos en la intención del autor, podría argumentar que su intención era dejarnos boquiabiertos. Dios mío, piensen en lo que pasó".

Su defensa cayó en oídos sordos. En un voto unánime, los diez miembros de la junta escolar del condado de McMinn decidieron quitar Maus del currículo del distrito. En una declaración emitida el 27 de enero, ellos defendieron su decisión explicando que Maus es inapropiado porque "usa innecesariamente palabras profanas y desnudez, y por sus descripciones de violencia y suicidio".

Sin embargo, el Sr. Brady y la Sra. Goodin capturaron por qué es crucial que se lean libros como Maus. El Holocausto es un evento espantoso sin paralelo en la historia. No es fácil ni placentero estudiarlo. Pero si no recordamos el Holocausto, si no nos armamos con el conocimiento de lo que ocurrió y honramos el recuerdo de los millones de víctimas del Holocausto, entonces no hemos aprendido nada.

Cuando las fuerzas Aliadas se acercaban a Auschwitz hace 77 años en enero de 1945, los nazis respondieron tratando de forma desesperada de borrar la evidencia de sus crímenes. Ellos dinamitaron las cámaras de gases en las que asesinaron casi un millón de judíos. Obligaron a 60.000 judíos a caminar en las marchas de la muerte en un enero invernal y congelado en dirección a Alemania, para que cuando las tropas Aliadas finalmente entraran a Auschwitz no fueran testigos del alcance de los crímenes nazis.

En muchos lugares, estos intentos de borrar y minimizar el conocimiento que tiene el mundo sobre el Holocausto sigue teniendo fuerza. La distorsión y negación del Holocausto es rampante, y tiene efecto. Una encuesta del 2020 demostró que el 63% de los norteamericanos de entre 25 y 40 años no sabían que seis millones de judíos fueron asesinados en el Holocausto. De forma global, sólo el 54% de los encuestados habían oído alguna vez hablar sobre el Holocausto. Ignorar o minimizar el Holocausto es ser cómplices del esfuerzo nazi para ocultar su depravación para la posteridad.

Cuando escuché que la junta educativa del condado de McMinn quitó Maus de la currícula del 8vo grado, le pregunté qué pensaba a mi hijo, quien también está en 8vo grado. Él se mostró incrédulo respecto a la objeción respecto a los dibujos desnudos: "¡Son ratones desnudos!", no personas, señaló. "Tal vez eso fue sólo una excusa", agregó.

Uno de los miembros de la junta que se opuso a Maus, Mike Cochran, dijo que él no se oponía a que los estudiantes aprendan sobre el Holocausto en general. Maus simplemente es un libro demasiado perturbador para que los niños lo lean. Sin embargo, el Holocausto es perturbador. Y con tanta ignorancia que hay hoy en día respecto al Holocausto, es más importante que nunca asegurar que el tema se enseñe de forma efectiva en las escuelas, y de educarnos a nosotros mismos y a nuestras comunidades.

Un buen lugar para comenzar son los dos volúmenes de Maus.