Escalar el Monte Kilimanjaro sin manos ni pies

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El coraje de vivir sin excusas de Kyle Maynard como un símbolo de la mentalidad de la sucá.

Kyle Maynard nació sin manos ni pies, pero eso no le impidió convertirse en el primer amputado cuádruple que ascendió hasta la cima del Monte Kilimanjaro.

Para llegar hasta la cúspide de una montaña que incluso los más experimentados consideran desafiante, Kyle subió la montaña literalmente gateando, utilizando picos de hielo y zapatos de nieve especiales en sus extremidades. Al describir la escalada, Kyle dijo: “Alrededor del quinto día creí que no iba a lograrlo. Mis brazos y piernas estaban hinchados por la escalada. Continué avanzando, cantando un mantra que aprendí de un soldado de la marina: Si no estás muerto, no puedes renunciar. Finalmente llegué a la cima.

Maynard también es uno de los autores más vendidos del New York Times con su libro No Excuses (Sin excusas), así como luchador de artes marciales combinadas y ganador del premio de ESPN al mejor atleta masculino con discapacidad en los años 2004 y 2006. Da conferencias en todo el mundo sobre encontrar el por qué de la vida y dejar atrás las excusas que nos detienen. “Puedes mirarme y decirme que nací un poco distinto. Por naturaleza, las excusas son restrictivas. Las únicas discapacidades verdaderas son las que permitimos que existan en nuestra vida. La pregunta del por qué, por qué estamos en este planeta, es muy poderosa”.

¿Cómo logra alguien como Kyle desarrollar la fortaleza y el coraje para vivir con ese optimismo y propósito, cuando tantos otros que fuimos bendecidos con una salud mucho mejor nos sentimos limitados por nuestras propias excusas?

Al parecer la respuesta se encuentra en nuestra mentalidad, en cómo nos vemos a nosotros mismos y a nuestras experiencias. En el año 2006, la Dra. Carol Dweck escribió un revolucionario libro llamado Mindset: The New Psychology of Success (La mentalidad: la nueva psicología del éxito), en el cual explica la diferencia entre una mentalidad de crecimiento y una mentalidad fija. La mentalidad fija cree que nuestras cualidades (inteligencia, moral, talento) están grabadas a fuego y que no hay nada que podamos lograr más allá de los límites fijos que la vida nos impuso. En contraste, la mentalidad de crecimiento cree que nuestras características básicas son rasgos que podemos cultivar con nuestro propio esfuerzo. La mentalidad de crecimiento afirma que si bien las personas nacen con aptitudes e intereses diferentes, cada uno puede cambiar y crecer mediante el estudio y la experiencia.

La Dra. Dweck presenta muchos estudios que demuestran cómo las personas más exitosas en cualquier área son las que tienen una mentalidad de crecimiento, quienes se rehúsan a permitir que excusas como “es así y punto” les impidan alcanzar sus objetivos.

La conexión con la sucá

Construir una sucá y mudarnos a ella representa esta poderosa mentalidad de crecimiento. Salimos de nuestros cómodos y cálidos hogares para vivir en un refugio temporario bajo las estrellas, mientras se nos recuerda que todas las cosas que generalmente nos definen (nuestra casa, nuestra carrera, nuestras posesiones) no son la esencia de nuestra identidad. Tenemos en nuestro interior mucho más potencial que ni siquiera hemos comenzado a explorar. Como escribió el psicólogo William James: “La mayoría de las personas viven en un área muy pequeña de su 'ser potencial'. Utilizan sólo una pequeña porción de su conciencia y de los recursos de su alma en general, esto es similar a un hombre que, de todo su cuerpo, tiene el hábito de utilizar y mover sólo su dedo meñique”.

La sucá nos abre la puerta a los recursos sin explotar de nuestra alma, permitiéndonos acceder a un refugio espiritual que crea un espacio para creer y reconocer la enorme fortaleza interna que Dios nos ha dado. Cuando nos sentamos bajo el cielo estrellado, podemos salir de la mentalidad de estancamiento que teníamos y recordar que nuestro objetivo es cambiar y crecer, que nuestras cualidades y experiencias no están grabadas a fuego. Que los hogares que consideramos permanentes también son temporarios. Que eventualmente deberemos abandonar aquellas cosas a las que tratamos de aferrarnos desesperadamente. Que incluso quienes fuimos la semana pasada pueden no ser las mismas personas que entran hoy a la sucá.

Esto nos recuerda que los límites que vemos en nuestra vida sólo existen porque creemos que ellos nos detienen. La mentalidad de la sucá es de crecimiento; nos desafía a salir y ver el potencial infinito de las estrellas. Nos muestra las increíbles bendiciones que nos rodean como las paredes de la sucá, revelando las bendiciones que tenemos en el interior, esperando que dejemos de lado las excusas para poder compartirlas con el mundo. 

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