Este humilde héroe lituano salvó a 13 judíos en el Holocausto

Al viajar por Estonia, Letonia y Lituania, donde antes del Holocausto vivieron y prosperaron comunidades judías, mi esposo y yo tuvimos el encuentro más inolvidable en un pueblito pequeño de Lituania llamado Ziezmariai, a unos 60 kilómetros de Vilna.

El guía de nuestro pequeño grupo había escuchado que había una sinagoga que sobrevivió milagrosamente tanto la Segunda Guerra Mundial como los años comunistas. El edificio había sido restaurado recientemente y era mantenido actualmente por un residente local. Al entrar al edificio, nos dio la bienvenida un anciano caballero lituano llamado Liudvikas Markuntavicius.

Su familia ocultó a 13 judíos, 11 adultos y dos niños, en un pueblo cercano llamado Kleriskes. Durante tres años, entre 1941 y 1944 su tío Vaclovas Paskauskas utilizó el sótano debajo de su casa para salvar a esos 13 judíos que eran miembros de tres familias: Gilman, Kalaminskai e Ipson.

Liudvikas con la autora dentro de la sinagoga renovada

Liudvikas nació en 1938 y recuerda que cuando era pequeño, junto con su madre, cambiaban toda clase de cosas valiosas que encontraban por comida. Alimentar a 13 personas sin levantar sospechas fue una tarea inimaginable.

Nos impactó la gran reverencia que Liudvikas tenía por la herencia judía. Cuando nos saludó, este hombre alto, digno y de cabello cano, tenía en sus manos una carpeta con una gran Estrella de David en la portada. Dentro de la carpeta había copias de fotografías y documentos de su misión de toda la vida de preservar la memoria del mundo que existió una vez en ese lugar.

La carpeta de Liudvikas con la Estrella de David

Los judíos que tocaron la puerta de la familia de Liudvikas en medio de la noche eran completos extraños, pidiendo ayuda. Cuando le preguntamos qué motivó a su familia a arriesgar sus vidas por otras personas, personas que ni siquiera conocían, Liudvikas simplemente se encogió de hombros y dijo: “era lo único correcto de hacer”.

Él recuerda cómo fue liberada la aldea. Su madre abrió el sótano y les dijo a las personas que estaban adentro que era seguro salir. La aparición de estas personas impactó a los vecinos. Ellos no tenían idea de que durante tres largos años esos judíos estuvieron escondidos debajo la casa.

Hace unos 20 años Liudvikas vio que la sinagoga comenzando a desmoronarse. Él cubrió las ventanas para proteger el edificio de elementos externos. Liudvikas también limpió las paredes internas e hizo todo lo que pudo para preservar este sitio histórico.

Eventualmente, el gobierno de la Unión Europea financió la restauración de la histórica sinagoga. El proyecto se completó en el 2021, después de cinco años de trabajo en la sinagoga.

Liudvikas también pasó tiempo cuidando el agujero para esconderse, cortando el pasto y haciéndolo visible para los visitantes. Dado que el escondite está ubicado a unos 15 kilómetros de la sinagoga, se volvió muy difícil para Liudvikas llegar allí. Con tristeza contó que la última vez que estuvo allí fue hace tres años.

La sinagoga renovada

La sinagoga renovada

Después de la guerra, los 13 sobrevivientes se mudaron a Kaunus y luego emigraron a Estados Unidos. Liudvikas compartió que a veces llegan sus descendientes hasta ese rincón del mundo para ver con sus propios ojos la historia de supervivencia de sus ancestros. Notablemente, uno de los nietos hizo una réplica del “hoyo de escondite” en su casa en los Estados Unidos. Liudvikas no sabe exactamente en dónde se asentaron en los Estados Unidos, pero se siente muy conectado con las familias de los sobrevivientes.

Liudvikas también cuida el monumento que conmemora la fosa común de las víctimas del Holocausto.

Durante Janucá del 2022, Liudvikas pudo ver cuando la janukiá que originalmente estaba en la comunidad local regresó a su hogar legítimo en la sinagoga de Ziezmariai. Al comienzo de la guerra, un caballero lituano ocultó la janukiá y eventualmente la dejó a cargo de un sacerdote local.

Liudvikas y el sacerdote devuelven la janukiá a la sinagoga

En una pequeña pero festiva ceremonia con dos personas judías presentes, el sacerdote actual, Padre Akelaites, quien heredó la janukiá de su antecesor, encendió las velas de Janucá 80 años después de que partiera de su hogar.

En su libro The Dignity of Difference, Rav Jonathan Sacks escribe:

“La mayoría de las sociedades han sido sospechosas de ser agresivas hacía los extraños. Eso es entendible, incluso natural. Los extraños no son parientes. Vienen de afuera de la tribu. Están afuera de la red de reciprocidad que crea y sostiene a las comunidades. Esto es lo que hace a los libros de Moshé inusuales en la historia del pensamiento moral. Como comentaron los rabinos, la Biblia Hebrea en uno de sus mandamientos ordena: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’, pero en no menos de 36 lugares nos ordena ‘amar al extranjero’… No tenemos que compartir un credo ni un código para ser compañeros en el pacto de la humanidad”.

Liudvikas Markuntavicius, un simple hombre lituano y su familia, personificaron este mensaje escogiendo no ser indiferentes al dolor y sufrimiento de otro ser humano.

Nuestro grupo partió sintiéndose alentado y motivado a emular este incondicional compromiso con aquellos que necesiten nuestra ayuda.

Judíos locales junto al Arca Sagrada, 1938

Ellie Wiessel escribió: “La indiferencia, para mí, es el epítome del mal. Lo opuesto del amor no es el odio, sino la indiferencia. Lo opuesto de arte no es la fealdad, sino la indiferencia. Lo opuesto de la fe no es la herejía, sino la indiferencia. Y lo opuesto de la vida no es la muerte, es la indiferencia”.

Liudvikas y su familia, esencialmente desconocidos por el mundo, actuaron heroicamente y salvaron las vidas de 13 judíos, simplemente porque hacer eso era lo correcto.