Este rapero afroamericano genera conciencia sobre los horrores del Holocausto con sus canciones

6 min de lectura

Con letras conmovedoras, Curtis Bate educa a las nuevas generaciones sobre los males del odio.

Como muchos jóvenes de su edad, Curtis Bate no sabía demasiado sobre el Holocausto, no más de lo que había aprendido en las clases de historia.

"En la escuela lo estudiamos durante un minuto, en la clase de historia mundial en el noveno grado. Sabía un poquito. Ningún detalle de lo que realmente había ocurrido. Sabía quién era Hitler y que los nazis habían invadido Polonia, no mucho más que eso".

Lo que faltaba en su narrativa era cómo los nazis habían exterminado sistemáticamente a millones de judíos, aniquilando en unos pocos años dos tercios de los judíos que vivían en Europa.

Bates, de 20 años, un estudiante universitario afroamericano de Detroit, desea educar a sus pares y a la siguiente generación sobre los horrores del Holocausto, el asesinato de seis millones de judíos, la maldad de Hitler y cómo una generación puede llegar a creer las mentiras que se difunden por los medios de comunicación.

Para lograrlo, aprovecha sus talentos musicales y también lo ayuda su participación en un nuevo documental, Embajadores de la Shoá. La película sigue a dos jóvenes, el músico Bates y la artista Hailey Callahan, mientras aprenden sobre los horrores del Holocausto a través de una serie de encuentros con sobrevivientes del Holocausto, acompañados por los viajes educativos del Centro Zekelman del Holocausto en Farmington Hills, Michigan, y una discusión virtual con un representante de Yad Vashem, el Centro del Recuerdo del Holocausto en Jerusalem.

"Imagina que estás sentado en tu casa cenando

Algunas personas derriban a patadas la puerta

Y te dicen que te llevan con ellos, te ponen en un gueto en las peores condiciones de vida…"

En la película, los dos trabajan de forma independiente para compartir a través de su arte lo que aprenden. Callahan creó un vagón de carga con vitrales para ilustrar la máquina de guerra que los nazis usaron para transportar a los judíos a su muerte, mientras que Bates escribió e interpretó tres canciones de rap originales que aparecen en la película.

"Lo que más me sorprendió fue cómo las enseñanzas de Hitler pudieron llegar a sus seguidores a través de la propaganda y de los periodistas", afirmó Bates, quien estudia periodismo en Wayne County Community College. "Yo no entendía cómo fue capaz de lograr que semejante ejército de personas se comprometieran a actos tan detestables. No sé cómo los justificó, pero cuando me explicaron" como parte del componente educativo de Embajadores de la Shoá, "cómo Hitler controló los medios de comunicación y la narrativa, tuvo más sentido, aunque me siguió impresionando".

"Un momento oscuro de la historia que siempre recordaremos

El hombre que orquestó ese plan fue Adolf Hitler

Era un demonio, tenía que ser lo más cercano al satán

Usó propaganda sobre los alemanes y se convirtió en su dictador…"

"Embajadores de la Shoá" es una creación el documentalista Keith Famie, quien trabajó en otras películas con sobrevivientes del Holocausto. Famie se consternó cuando en sus redes sociales apareció una historia declarando que el Holocausto es "una historia inventada".

"Para ser honesto, me sentí irritado", cuenta Famie, quien no es judío. "Pensé que esa era una de las cosas más estúpidas que había escuchado en toda mi vida. Yo estuve allí, yo caminé en Auschwitz… Entonces comencé a formular algunas preguntas básicas a personas jóvenes, y me di cuenta que no sabían qué fue el Holocausto o qué fue un campo de concentración ni dónde existieron".

Las investigaciones respaldan la declaración de Famie. Según un estudio del 2019 del Instituto Pew, más de la mitad de los adolescentes norteamericanos encuestados no sabían cuántos judíos murieron en el Holocausto, ni cómo llegó al poder Hitler. Más recientemente, un estudio financiado por un grupo sin fines de lucro en Canadá, reveló que un tercio de los adolescentes encuestados sentían que el Holocausto fue inventado o exagerado.

Curtis Bates conversando con sobrevivientes del Holocausto.

Decidido a hacer una película que hablara a los jóvenes, principalmente a los adolescentes no judíos, Famie llevó un equipo de filmación a una charla de una sobreviviente del Holocausto en el Centro Zekelman del Holocausto, cerca de Detroit. ¿La audiencia? Un grupo de unos 100 estudiantes secundarios. "Ella fue muy impactante, pero a fin de cuentas los jóvenes no la entendieron… La diferencia generacional e informacional era demasiado profunda, y pensé que tenía que haber una forma mejor de contar la historia".

Entonces se le ocurrió la idea de que personas jóvenes partieran en una travesía de descubrimiento sobre el Holocausto y que los espectadores los acompañaran en su viaje. Cuando conoció a Bates, el director supo que había encontrado a uno de sus embajadores y le dio al joven músico la tarea de crear la música que acompañaría la película, a pesar de que en la comunidad judía hubo ciertas reservas respecto a contar el Holocausto a través de música de rap.

Para Bates, la participación en "Embajadores de la Shoá" fue la oportunidad de presentar su talento musical en otro escenario. "Supe que sería una buena oportunidad para aprender sobre el Holocausto y que desafiaría mi arte, para ver si podía lograr mi visión de lo que Keith tenía en mente. Pensé que tenía un buen plan y una buena visión, definitivamente quería ayudar a llevarlo a cabo.

El cineasta fijó algunas reglas básicas para el joven rapero. No podía haber blasfemias, y las canciones tenían que ser "articuladas y fácil de escuchar las palabras, y tenían que contar una historia".

También le dio el nombre para una de las canciones: "Sueños robados". Con estos parámetros, Bates se puso a trabajar.

"Con mis canciones y mi arte, yo siempre trato de contar una historia", explicó. "Esta era una historia diferente, en vez de ser una historia de mi vida, que es lo que generalmente relato, tenía que encontrar una forma de aplicar esa habilidad para contar la historia que me enseñaron en el Centro de Recuerdo del Holocausto y al conversar con los sobrevivientes.

Escuchar a los sobrevivientes y hablar sobre sus experiencias "fue como tener una experiencia extracorporal", afirma Bates. "No sabía que todavía vivía gente que estuvo en el Holocausto y que se podía escuchar sus historias de sus propias bocas". "Sueños robados" fue lo primero que grabó para la película y Famie considera que es "brillante".

"Cuando cortamos la primera parte de la película con esa canción, mucho antes de que terminara el resto de la película, eso solidificó cualquier preocupación que la comunidad judía tenía sobre una canción de rap en un documental sobre el Holocausto", afirma Famie. "Quienes lo vieron simplemente se quedaron sentados y dijeron que sería increíble".

Pero Bates no había terminado de sorprender al director ni a los espectadores con su prosa lírica.

Rene Lichtman, uno de los sobrevivientes del Holocausto que aparecen en el documental, es un pintor y durante el film se lo ve crear una obra de arte con las palabras "Nunca Más" (Never Again). Cuando le mostró su obra final a Bates, Lichtman lo desafió a escribir una canción llamada "Nunca Más".

Bates estaba dispuesto a intentarlo, al igual que Famie. "Estuvimos de acuerdo en que debía ser un llamado a la acción contra todas las formas de injusticia", recuerda Bates. "Además de ser una canción sobre el Holocausto, también es una canción respecto a acabar con la injusticia entre todas las personas, para que los jóvenes la escuchen y absorban el mensaje, llevándolo a la vida real".

"6 millones de almas se han perdido y no podemos reemplazarlas

Es hora de enfrentar el problema ahora para que todos lo reconozcamos

Tenemos que poner fin al odio…

Unas semanas más tarde, Bates tocó algunos compases de "Nunca Más" para Famie, y él entendió que debería cambiar el final del documental para adaptarse a la canción. También contrató al Coro de Niños de Detroit para que cantaran en la pantalla con Bates.

La música puede lograr relatar cualquier historia gracias al impacto y la influencia que tiene sobre la cultura y en especial sobre los jóvenes".

Irónicamente, esta no es la primera vez que la frase "Nunca más" se convirtió en una canción sobre el antisemitismo y el odio. En 1998, el grupo de hip-hop Wu-Tang Clan difundió una canción sobre el Holocausto con el mismo nombre.

Bates, que es un admirador del trabajo de ese grupo, se sorprendió al descubrir esa canción y dijo: "Es maravilloso saber que artistas que admiro usaron su creatividad y su plataforma para hablar de temas serios".

"La música puede lograr relatar cualquier historia gracias al impacto y la influencia que tiene sobre la cultura, y en especial sobre los jóvenes", dijo Bates. "De donde yo vengo, la música crea dialogo, fija tendencias, une a la gente o la separa, y sobre todo se refiere al clima de lo que ocurre en el mundo".

Bates continuó diciendo que los jóvenes "son impresionables, aprenden más cada día y una parte del mundo que los influye es el arte que consumen".

Por eso la música de Bates en "Embajadores de la Shoá" puede cerrar la brecha entre los jóvenes actuales y los sobrevivientes de la Shoá que todavía están entre nosotros.


"Embajadores de la Shoá" reduce el abismo entre los sobrevivientes del Holocausto que soportaron la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial, y los jóvenes expertos en tecnología que sólo comprenden de forma limitada lo que sufrieron sus mayores. Visita su sitio web en: http://shoahambassadors.com/

Haz clic debajo para ver el tráiler:

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