Nacimiento
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Presta atención a estos errores comunes en las citas para prevenir compromisos rotos, divorcio y sufrimiento.
Esta es la primera parte de una serie de 3 artículos.
Cuando tenía 23 años, me casé con el hombre de mis sueños. Él era todo lo que yo buscaba. Me sentía la joven más afortunada del mundo.
Por lo menos eso fue lo que pensé. Nos divorciamos seis meses más tarde.
¿Cómo es posible algo así?
El corazón tiene puntos ciegos. A veces, no vemos realmente con quién estamos hasta que es demasiado tarde. También es difícil saber qué es lo que realmente importa en un matrimonio sin haberlo experimentado antes.
Entonces, ¿cómo puedes asegurarte de estar con la persona correcta al primer intento?
Se trata de mantener citas efectivas y poner ciertos límites para asegurarte de que eres objetivo/a. Basándome en mi experiencia personal, y en las experiencias de otros que rompieron compromisos o se divorciaron, aquí hay algunas pautas esenciales que hay que cuidar en las citas para llegar a tener un matrimonio feliz, sano y duradero.
Lo que hace que una cita sea agradable no es necesariamente lo mismo que hace un buen matrimonio. Química, valores comunes, intereses comunes, buena conversación… todo esto es importante, pero sólo pueden llevarte hasta cierto punto. Para el matrimonio, tienes que enfocarte en que esa persona será tu compañero/a de vida. ¿Cuáles serán los detalles de la vida cotidiana con esta persona? Porque de eso consistirá la mayoría de tu matrimonio.
El verdadero predictor de felicidad en tu matrimonio es cómo te trata la otra persona. ¿Es buena contigo, sensible a tus sentimientos y bienestar y quiere hacerte feliz? ¿Puede poner tus necesidades antes que las propias, por lo menos parte del tiempo? ¿Le molesta considerar tus necesidades y deseos?
Estas son las cosas que van a importar en el día a día, mucho más que el romance, la conversación y los intereses comunes. Por ejemplo: ¿Cómo va a ser esta persona cuando pases por un momento difícil? ¿Será comprensiva, servicial, generosa… o sólo le importará cómo eso la afecta? ¿Cómo será educar niños con esta persona o cuidar un hogar? Si llega a haber algo agobiante o molesto que deben solucionar, ¿esta persona intentará resolverlo para que no caiga sobre tus hombros o intentará evitarlo incluso si eso implica que todo recaerá sobre ti?
Ya sé que la sensación es que ya es bastante difícil encontrar a alguien que te resulte atractivo y cuya compañía puedas disfrutar. A veces, cuando encuentras eso, sólo quieres disfrutarlo por un rato y no prestar tanta atención a otras cosas. Pero eso es muy arriesgado. Puedes terminar con la persona incorrecta, provocarte un gran sufrimiento o desperdiciar tiempo valioso.
La visión judía sobre las citas es salir con propósito. En vez de ver sólo si alguien te gusta y después esperar pasivamente para “ver adónde va la cosa”, cuando conoces a alguien, antes de permitirte desarrollar una conexión, debes evaluar si es alguien con quien puedes llegar a casarte. Para hacer esto de forma efectiva, lo más importante es prestar atención al carácter de la persona, cómo te trata y ver si tienen valores comunes.
Decide estas cosas al principio, porque una vez que una pareja se involucra emocionalmente, la tendencia es ver lo que uno quiere ver, no necesariamente lo que realmente hay enfrente. Una vez que determinas que es una buena persona para casarte, entonces ve si hay química. La química a veces puede llegar más tarde, pero las buenas cualidades nunca llegan después.
Si has determinado que esa persona tiene buenas cualidades, pero no sientes química, dale una oportunidad hasta que sientas que es demasiado doloroso seguir saliendo con esa persona. La diversión y el romance no necesariamente perduran para siempre, pero el carácter sí. Ser una buena persona no hace que esa persona sea automáticamente correcta para ti (la química también es importante), pero es suficientemente valioso como para invertir tiempo para ver si la química puede llegar a desarrollarse.
Algunas personas cometen el error de pensar que deben encontrar a alguien que quiera las mismas cosas que ellas. Por ejemplo, dónde quieren vivir, a qué clase de escuela quieren enviar a sus hijos, cuánto trabajará la pareja versus quedarse en casa.
En el momento, uno tiene la certeza de que eso es lo que desea, pero no comprende que a menudo estas cosas cambian con el tiempo y la experiencia de vida. A veces, cuando vives de acuerdo con tus decisiones, te das cuenta que hay cosas nuevas que te llevan a sentirlo de otra manera, y quieres hacer cambios. Por lo tanto, no pongas demasiado énfasis en las decisiones sino en la habilidad de trabajar juntos para llegar a decidir.
Desde dónde quieren pasar el tiempo juntos hasta cómo van a manejar el tiempo con ambas familias, presta atención a la forma en que toman las decisiones. ¿Muestra la habilidad de ser flexible en su pensamiento y tiene la humildad de recibir nueva información y acomodarse de acuerdo a eso? ¿Muestra respeto y se preocupa por el impacto que una decisión tiene sobre ti? ¿Valora tu opinión? ¿Colabora contigo para tomar decisiones y pueden hacerlo pacíficamente? Si valoran y priorizan las mismas cosas, será más fácil tomar decisiones juntos.
No inventes excusas para alguien que te maltrata. Si te conformas cuando se trata del carácter de una persona o cómo te trata, puedes llegar a pasar el resto de tu vida arrepintiéndote. Enfócate en el día a día. A veces, puede ser mejor seguir soltero y buscando a tu pareja, pero seguir teniendo la opción de la felicidad, antes que estar atascado en algo que te produce sufrimiento cada día.
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