Desde un campo de trabajo soviético a una prisión del Estado Islámico, historias inspiradoras sobre gente que se aferró a la observancia de Iom Kipur a pesar de los peligros.
La mayoría de las interacciones son con personas cuyo dolor privado está oculto a nuestra vista. ¿Cómo podemos asegurarnos de que no ahondamos su dolor con una dura palabra?
Olvídate de la culpa paralizadora. La clásica confesión que repetimos cinco veces durante el servicio religioso, nos ayuda a realizar el trabajo interno necesario para maximizar el poder del día.