En la perspectiva judía, es indispensable la idea de que los humanos somos únicos, que poseemos un componente espiritual y que elegimos libremente cómo comportarnos.
La sucá genera una energía espiritual tan intensa que las almas de siete patriarcas de Israel dejan el Gan Edén para participar en la luz divina del Sucot terrenal.
Tenemos que quitar el polvo del álbum de bodas y regresar al momento de la jupá, cuando nos miramos a los ojos y sólo vimos amor, potencial y significado.