Francia y el aborto de bebés con Síndrome de Down

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Las pruebas genéticas prenatales están eliminando a bebés que nacerían con Síndrome de Down. Francia quiere que esto siga así.

Las pruebas genéticas prenatales están eliminando a bebés que nacerían con Síndrome de Down. En aproximadamente el 90% de los casos en que es detectado Síndrome de Down, el feto es abortado. Y si el reciente dictamen de la corte de Francia sirve como indicativo, Francia pareciera querer que esto siga así.

La corte ratificó la decisión del Consejo de Radiodifusión Francés de censurar un comercial de dos minutos de duración producido por la Fundación Global de Síndrome de Down, titulado “Querida futura madre”, el cual trata sobre los miedos y preocupaciones de una madre que descubre que su futuro bebé tiene Síndrome de Down.

“Tengo miedo: ¿Qué clase de vida tendrá mi hijo?”, pregunta la madre. Niños con Síndrome de Down de muchas naciones le dicen en varios lenguajes a la futura madre que su hijo va a abrazar, hablar, ir a la escuela, decirle que la ama y que “puede ser feliz, tal como lo soy yo… y tú también serás feliz”. Mira el video a continuación. (El video contiene subtítulos en español. Si no puedes verlos, presiona el botón de "Settings" en la barra de abajo del video y elige la opción Español de la lista.)

La corte dictaminó que el video es “inapropiado” para la televisión francesa explicando que, el hecho que el video muestre niños con Síndrome de Down felices, “puede perturbar la conciencia de las mujeres que legalmente han tomado diferentes decisiones personales de vida”.

El video fue censurado porque podría causar malestar en los corazones de los padres que eligieron apagar estas vidas indeseadas en el útero.

El columnista George F. Will lo dice de manera más directa. En su reciente columna en el Washington Post, escribió: “La corte ha dicho, en efecto, que las vidas de las personas con Síndrome de Down (y por implicación las de otras muchas personas incapacitadas), son de valor despreciable frente al deseo de los padres de tener un hijo que no tenga necesidades especiales, es decir ‘inconvenientes’”.

Como evidente ejemplo de una torcida sensibilidad moral, este “ofensivo” video fue realmente censurado porque podría causar malestar a los corazones y mentes de los padres que eligieron apagar estas vidas indeseadas en el útero.

El video es poderoso porque muestra a todo color la completa y maravillosa humanidad de esos niños con Síndrome de Down y el real najat y alegría que reciben los padres al criarlos.

Es un tema personal para mí. Soy el orgulloso padre de un niño de 12 años que tiene Síndrome de Down (George Will también tiene un hijo adulto con Síndrome de Down), y con seguridad siento empatía con los miedos de la madre del video. Si mi esposa y yo pudiéramos de alguna forma haber visto una muestra de todo el placer que obtendríamos al criar a nuestro hijo cuando nació, gran parte de nuestra conmoción inicial e incredulidad se habría disipado.

Antes de que naciera mi hijo Yehuda, nunca imaginé que podría criar a un niño con Síndrome de Down. Pero gran parte de ese pensamiento estaba basado en la ignorancia y en los valores torcidos que impregnan la sociedad, incluso en las comunidades judías, lamento decirlo. Cuando reducimos a nuestros hijos a máquinas de najat y a decoraciones en nuestras “tan perfectas” vidas, los niños con limitaciones no son exactamente la imagen que queremos mostrar en nuestra página de Facebook.

Los niños con limitaciones no son exactamente la imagen que queremos mostrar en nuestra página de Facebook.

No quiero minimizar el desafío que implica criar niños con necesidades especiales; es un trabajo duro y conlleva desafíos únicos (¡intenta pasar tres horas al día gateando hacia arriba y abajo por las escaleras con tu infante durante un año como parte de tu entrenamiento inicial!). Pero cuando nuestro foco está en cumplir nuestro rol divino de ayudar a nuestros hijos a alcanzar su máximo potencial, los beneficios son tan grandes como al criar a cualquier niño, y a veces incluso mayores.

La clave es creer en el potencial de tu hijo y no subestimarlo. Un caso reciente a modo de ejemplo: Decidimos que Yehuda debiese intentar aprender a leer de la Torá para su Bar Mitzvá. Mi esposa estaba confiada en que podría; yo no tanto, pero decidimos darle una oportunidad en vez de simplemente asumir que no podría sin siquiera intentarlo. Le tomó tan sólo cuatro días aprenderse su aliá. ¡Resultó que tenía una habilidad natural para ello! Mi esposa y yo, y el resto de nuestros hijos, estábamos sorprendidos cuando él la leyó en voz alta. Y lo más importante de todo, es que Yehuda estaba radiante de orgullo y lleno de confianza en sí mismo, una confianza que sólo proviene de invertir esfuerzo y obtener un logro genuino. Así es con todos los niños, tengan o no Síndrome de Down.

El ex Vicepresidente de Estados Unidos, Hubert Humphrey, dijo: “La prueba moral de un gobierno está en cómo trata a quienes están en el amanecer de la vida, los niños; aquellos que están en el atardecer de la vida, los ancianos; y aquellos que están en las sombras de la vida, los enfermos, necesitados y discapacitados”. La reciente decisión de la corte francesa refuerza el distorsionado valor de que algunas vidas valen más que otras, y revela un problemático estado de su moral.

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