Haremos y escucharemos

12/02/2023

6 min de lectura

Mishpatim (Éxodo 21-24 )

Dos palabras que encontramos hacia el final de nuestra parashá, naasé venishmá – "Haremos y escucharemos", se encuentran entre las más famosas del judaísmo. Eso es lo que nuestros ancestros dijeron al aceptar el pacto en el Sinaí. Ellas constituyen el más marcado contraste con las quejas, los pecados, las reincidencias y las rebeliones que caracterizan gran parte del relato de la Torá respecto a lo ocurrido durante los años que estuvimos en el desierto.

En el Talmud,(1) existe la tradición respecto a que Dios suspendió la montaña sobre las cabezas de los israelitas para persuadirlos para que aceptaran la Torá. Pero nuestro versículo parece sugerir lo opuesto: que los israelitas aceptaron el pacto voluntaria y entusiastamente.

Entonces [Moshé] tomó el Libro del Pacto y lo leyó al pueblo. Ellos respondieron: "Haremos y escucharemos (naasé venishmá) todo lo que Dios ha dicho" (Éxodo 24:7)

En base a esto, se desarrolló una tradición opuesta que sostiene que al decir estas palabras, los israelitas allí reunidos ascendieron al nivel de los ángeles:

Rabí Simlai dijo que cuando los israelitas respondieron de inmediato "haremos" antes de decir "escucharemos", sesenta legiones de ángeles ministeriales descendieron y colocaron dos coronas sobre la cabeza de cada persona de Israel: una como recompensa por decir "haremos" y la otra por decir "escucharemos". Rabí Eliézer dijo: cuando los israelitas dijeron "haremos" antes de "escucharemos", salió una voz Divina que dijo: "¿Quién ha revelado a Mis hijos este secreto que sólo conocen los ángeles ministeriales?"(2)

¿Qué significan exactamente estas palabras? Naasé es bastante claro. Significa: "haremos". Se trata de acción, comportamiento, actos. Pero quienes han leído mis artículos ya saben que la palabra nishmá está lejos de ser clara. Puede significar "escucharemos". Pero también puede implicar "obedeceremos". O "entenderemos". Esto sugiere que hay más de una manera de interpretar naasé venishmá. Aquí hay algunas de ellas:

1) Significa "haremos y luego escucharemos". Esta es la perspectiva del Talmud (Shabat 88a) y Rashi. El pueblo expresó su fe total en Dios. Ellos aceptaron el pacto incluso antes de escuchar sus términos. Dijeron "haremos" antes de saber qué era lo que Dios quería de ellos. Esta es una interpretación muy bella, pero depende de la lectura de Éxodo 24 fuera de su secuencia. De acuerdo con una lectura lineal de los eventos en el orden en el cual ocurrieron, los israelitas primero accedieron al pacto (Éxodo 19:8), luego Dios les reveló los Diez Mandamientos (Éxodo 20), a continuación Moshé transmitió muchos detalles de la ley (Éxodo 21-23), y sólo entonces los israelitas dijeron naasé venishmá. Para ese momento ya habían escuchado gran parte de la Torá.

2) "Haremos [lo que ya se nos ha ordenado hasta ahora] y obedeceremos [todos los mandamientos futuros]". Esta es la opinión del Rashbam. La declaración de los israelitas por lo tanto se enfoca tanto hacia atrás como hacia adelante. El pueblo entendió que estaba en una travesía tanto espiritual como física y que no podían llegar a conocer todos los detalles de la ley de golpe. Aquí Shemá no significa "escuchar" sino "prestar atención, obedecer, responder fielmente con actos".

3) "Lo haremos obedientemente" (Sforno). En esta opinión, las palabras naasé y nishmá  son una endíadis, es decir una misma idea expresada con dos palabras. Los israelitas estaban diciendo que harían lo que Dios les pidiera, no porque buscaran algún beneficio, sino simplemente porque deseaban cumplir con Su voluntad. Él los había salvado de la esclavitud, los guio y los alimentó en el desierto, y ellos querían expresar su completa lealtad a Dios como su redentor y Quien les entregó la ley.

4) "Haremos y entenderemos" (Isaac Arama en "Akeidat Itzjak"). La palabra shemá puede tener el sentido de "entender", como en la declaración de Dios respecto a la Torre de Babel: "Vengan, descendamos y confundamos allí su lengua, para que cada uno no entienda [ishmeú] la lengua de su compañero" (Génesis 11:7). De acuerdo con esta explicación, cuando los israelitas dijeron "hacer" antes de "entender", estaban expresando una profunda verdad filosófica. Hay ciertas cosas que sólo entendemos al hacerlas. Sólo entendemos el liderazgo al liderar. Sólo entendemos lo que es ser autor de un texto al escribir. Sólo entendemos la música al escucharla. Leer libros sobre estas cosas no es suficiente. Lo mismo ocurre con la fe. Sólo entendemos verdaderamente al judaísmo cuando vivimos de acuerdo con sus mandamientos. No se puede comprender una fe desde el exterior. Hacer lleva a entender.

Si nos quedamos con esta interpretación, es posible que podamos llegar a una implicación adicional y muy importante. Si observamos con cuidado los capítulos 19 y 24 de Éxodo, veremos que los israelitas aceptaron el pacto tres veces. Pero los tres versículos con los cuales aceptaron el pacto son significativamente diferentes:

  1. Todo el pueblo respondió al unísono y dijeron: "Haremos [naasé] todo lo que Dios ha dicho" (Éxodo 19:8)
  2. Moshé vino y relató al pueblo todas las palabras y leyes de Dios, y todo el pueblo respondió a una voz y dijeron: "Haremos [naasé] todo lo que Dios ha dicho" (Éxodo 24:3)
  3. [Moshé] tomó el Libro del Pacto y lo leyó al pueblo y ellos dijeron: "Todo lo que Dios dijo haremos y escucharemos [naasé venishmá]" (Éxodo 24:7)

Sólo la tercera contiene la frase naasé venishmá. Y sólo la tercera carece de la declaración respecto a la unanimidad del pueblo. Las otras dos enfatizan que el pueblo respondió unido: "al unísono" y "todo el pueblo respondió a una voz". ¿Acaso estas diferencias están conectadas?

Es posible que lo estén. En el nivel de naasé, el acto judío, somos uno. Por cierto, hay algunas diferencias entre ashkenazim y sefaradim. En cada generación hay desacuerdos entre los principales poskim, las autoridades halájicas. Eso es verdad en todo sistema legal. Pobre de aquella Corte Suprema que no dé espacio a opiniones disidentes. Sin embargo, estas diferencias son menores en comparación con el área de acuerdo en los fundamentos de la halajá.

Esto es lo que históricamente ha unificado al pueblo judío. El judaísmo es un sistema legal. Es un código de comportamiento. Es una comunidad de acción. Eso es donde hace falta consenso. Por lo tanto, cuando se trata de hacer, naasé,  los israelitas hablaron "al unísono", con "una voz". A pesar de las diferencias entre Hilel y Shamai, Abaie y Rava, Rambam y Rosh, Rav Iosef Karo y Rav Moshé Isserles, estamos unidos por la coreografía de los actos judíos.

Sin embargo, en el nivel de nishmá, entendimiento, no necesitamos ser uno. El judaísmo tiene sus racionalistas y sus místicos; sus filósofos y sus poetas, eruditos cuyas mentes estaban firmemente asentadas en la tierra y santos cuyas almas se elevaban a los cielos. Los Sabios dijeron que en el Sinaí, cada uno recibió la revelación a su propia manera:

"Y todo el pueblo vio" (Éxodo 20:15): los sonidos de los sonidos y las llamas de las llamas. ¿Cuántos sonidos y cuántas llamas hubo allí? El significado es que cada uno escuchó de acuerdo con sus fuerzas (para entender lo que experimentaba), y esto es lo que implica cuando dice (Salmos 29:4): "La voz de Dios es poderosa, la voz de Dios es majestuosa".(3)

Lo que une, o debería unir a los judíos, es el acto, no la reflexión. Hacemos los mismos actos, pero los entendemos de forma diferente. Hay un acuerdo en lo que respecta a naasé, pero no a nishmá. A esto se refirió Maimónides al escribir en su comentario a la Mishná que "cuando hay un desacuerdo entre los Sabios y esto no concierne a un acto, sino sólo al establecimiento de una opinión (svará), no es apropiado dictaminar una regla halájica en favor de una de las dos partes".(4)

Esta simple formulación (de acuerdo con Rav Shimon ben Tzemaj Duran y Iosef Albo, y en el siglo XX, Franz Rosenzweig), consiste de tres creencias fundamentales: creación, revelación y redención.(5) Los 13 principios de Maimónides son elaborados sobre esta estructura básica. Y como explico en mi introducción al Sidur, estas tres creencias forman el patrón de la plegaria judía.(6)

Creación implica ver el universo como la obra de Dios. Revelación implica ver la Torá como la palabra de Dios. Redención implica ver la historia como la obra y la vocación de Dios. Pero dentro de estos amplios parámetros, cada uno debe encontrar su propio entendimiento, guiado por los Sabios del pasado, instruido por los maestros del presente, y encontrando nuestra propia ruta hacia la presencia Divina.

El judaísmo es una cuestión tanto de credo como de acción. Pero debemos permitir a las personas un margen de movimiento en la forma en que entienden la fe de nuestros ancestros. La caza de herejías no es nuestra actividad favorita. Una de las grandes ironías de la historia judía es que nadie hizo más que el propio Maimónides para elevar el credo al nivel de dogma halájico normativo, pero se convirtió en la primera víctima de esta doctrina. En su vida fue acusado de herejía y después de su muerte, quemaron sus libros. Estos fueron episodios vergonzosos.

"Haremos y entenderemos" significa que haremos de la misma manera, pero entenderemos a nuestra manera. Yo creo que los actos nos unen, dejándonos espacio para encontrar nuestro propio camino hacia la fe.

Shabat Shalom.


NOTAS

  1. Shabat 88a, Avodá Zará 2b
  2. Shabat 88a
  3. Mejilta 20:15b
  4. Maimónides, Comentario a la Mishná, Sanedrín, 10:3
  5. Ver Menajem Kellner, "Dogma in Medieval Jewish Thought" (1986); Marc Shapiro, "The Limits of Orthodox Jewish Theology" (2011) y "Changing the Immutable" (2015)
  6. "Understanding Jewish Prayer", Authorized Daily Prayer Book, Collins, 2006, págs. 20-21; Sidur Koren, Koren Publishers Jerusalem Ltd., 2006, págs. xxxi - xxxii.
Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.