Haz un balance espiritual

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Vaiakel-Pekudei (Éxodo 35-40 )

Enseñanzas de vida seleccionadas de la parashá semanal y de las fuentes de nuestros sabios.

Imagina si una corporación realizara sus negocios sin llevar un registro de sus cuentas ni esforzarse por determinar las ganancias y las pérdidas. ¡Todo el esfuerzo estaría destinado al fracaso!

Los Sabios nos dicen que esta es exactamente la actitud que muchas personas tienen en sus vidas. Si se les pregunta si es importante o no ser buenas personas, casi todos asentirán. La mayoría también concordará con que una persona realmente buena no debería estar satisfecha ni complacida con su nivel de bondad actual, sino que debería continuar creciendo y mejorando. Sin embargo, muy pocas personas llevan un registro de su crecimiento y del desarrollo de su carácter. Es posible que todas las semanas revisemos el estado de nuestras inversiones, pero es mucho más raro que contemos la cantidad de veces que hicimos un acto de bondad en ese mismo período.

Los Sabios dicen que una persona debe hacer con regularidad un jeshbón hanéfesh (un balance espiritual). Por ejemplo, si alguien se esfuerza para no hablar lashón hará (chismes), debería llevar un registro de la cantidad de veces que habla lashón hará durante el día. La fuerza de este ejercicio es tan grande que los Sabios aseguran que si una persona hace un jeshbón durante 80 días consecutivos, se convertirá en una nueva persona.

Esta idea de monitorear el progreso propio también está en el calendario judío. El último día de todo período se considera el momento ideal para realizar un recuento. Por ejemplo, durante elul (el último mes del año) debemos analizar todas las acciones del año que pasó.

Similarmente, el último día de cada mes hebreo es llamado Iom Kipur Katán (Iom Kipur pequeño), y se nos ordena repasar en él las acciones del mes. También la víspera de Shabat es un momento oportuno para analizar los eventos de la semana.

Esta idea de un recuento espiritual tiene un rol importante en Pekudei, la parashá de la semana. Un tema importante de la parashá es cómo Moshé rindió cuentas sobre los materiales utilizados para construir el Tabernáculo.

¿Por qué era necesario describir cómo fueron usados los materiales? ¿No podían confiar en Moshé y dejar que mantuviera la contabilidad en privado?

Esta pregunta tiene varias respuestas. Una de ellas es que esta descripción enfatiza la necesidad de que los recolectores de caridad (sin importar quiénes sean) rindan cuentas a sus donantes.

Otra explicación es que una descripción de todos los materiales reveló la naturaleza milagrosa de la construcción, porque el pueblo donó exactamente lo que era necesario.

Los maestros jasídicos ofrecen otra explicación: la descripción que brindó Moshé sobre el uso de los materiales es consistente con el principio mencionado arriba, es decir, que al final de un período importante uno debería hacer un análisis de sus acciones.

La construcción (y conclusión) del Tabernáculo fue un evento realmente fantástico. Nunca antes un proyecto humano fue tan bendecido por Dios. Mientras que en el pasado Dios había hecho milagros grandiosos para el pueblo judío, nunca había puesto Su bendición sobre algo que la nación misma hubiera construido. Sin embargo, cuando concluyeron el Tabernáculo, Dios posó Su Nube de Gloria sobre la estructura.

Dado la incomparable santidad de este evento, es evidente que todo lo asociado al Tabernáculo debe estar en perfecto orden. Por lo tanto, un jeshbón era una parte muy necesaria del proceso de construcción.

Debería ser también una parte necesaria en la construcción de nuestras propias vidas.

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