La alegría del ayuno

02/10/2022

4 min de lectura

Iom Kipur es un momento para experimentar un reinicio y una oportunidad para comenzar todo de nuevo.

Debemos enfrentarlo: a la mayoría de las personas no nos agrada ayunar. Especialmente en nuestro mundo moderno con abundante comida e interminables bocadillos entre las tres comidas principales, para muchos es todo un desafío pasar todo un día sin comer ni beber.

Por eso el judaísmo reserva los ayunos primordialmente para los días de duelo, porque la dificultad de ayunar nos ayuda a entrar en el "estado mental adecuado" y sentir la intensidad y la tristeza de las calamidades y tragedias que nuestro pueblo experimentó a lo largo de la historia.

Pero en el calendario judío hay un ayuno que en verdad gira en torno a algo alegre y feliz.

Sí, leíste bien, hay un día del año en el cual no comemos ni bebemos durante todo el día para experimentar la máxima alegría posible.

Ese día es Iom Kipur.

Uno de los días más felices del año

El Talmud describe a Iom Kipur como uno de los días más felices del año. Probablemente esto no coincide con las experiencias personales que muchos tuvieron en Iom Kipur: largos servicios de plegarias, el hambre que va incrementando y la larga, larguísima espera para escuchar el sonido del shofar al final del día anunciando que podemos ir a comer.

Pero esto se debe a que Iom Kipur en verdad no se trata de lo que la mayoría piensa que se trata.

Este día sagrado a menudo es percibido como un día de preocupación y temor, en el que nos castigamos a nosotros mismos por todo el mal que hicimos durante el último año. En Iom Kipur, muchas personas se sienten culpables para mostrarle a Dios cuánto desean cambiar y mejorar.

Pero cuando profundizamos en la verdadera esencia y el carácter de este día, vemos que Iom Kipur no se trata de miedo ni de culpa. En lo absoluto.

Entonces, ¿qué es Iom Kipur y qué lo hace un día tan elevado?

Un proceso de limpieza espiritual

La respuesta la encontramos en la forma en que la Torá describe a Iom Kipur:

"Porque en este día Él te perdonará, para purificarte, para que te limpies de todos tus pecados delante de Dios".

En Iom Kipur atravesamos un proceso de limpieza espiritual de todos nuestros malos actos del año que terminó. Como escuché decir una vez a un rabino, Iom Kipur es como un "lavado de autos para el alma". ¡Después de 25 horas, salimos relucientes!

Hablando en serio, Iom Kipur es un momento para experimentar un reinicio y una oportunidad para comenzar todo de nuevo.

Sí, por supuesto que necesitamos ser honestos con nosotros mismos respecto a los errores que cometimos y las cosas que no deberíamos haber hecho. Y sí, necesitamos hacer las paces con aquellas personas a quienes provocamos un daño o herimos.

Pero una de las lecciones más poderosas y esenciales de Iom Kipur es que no estamos limitados ni definidos por nuestros errores del pasado, por los momentos perdidos ni por las malas decisiones. En Iom Kipur, Dios nos da el máximo regalo: el perdón. Y ese perdón viene con una página en blanco con la cual podemos comenzar el nuevo año con confianza y motivación para ser lo mejor que podemos llegar a ser.

Entonces, ¿por qué hay que ayunar?

Sumergirnos por completo en lo espiritual

Normalmente, en el judaísmo todo se trata de fundir lo físico con lo espiritual. Bajar el cielo a la tierra, pero no dejar de lado la tierra. Mostrarnos cómo hacer que lo cotidiano sea sagrado y especial sin alejarnos del mundo.

Pero una vez al año, en Iom Kipur, y sólo en Iom Kipur, cuando nuestras almas se limpian y se purifican, se nos permite e incluso se nos instruye sumergirnos por completo en lo espiritual. Dejar de lado lo físico y enfocarnos por completo en nuestras almas, aspirando a alcanzar un elevado estado espiritual que es difícil o imposible de experimentar en cualquier otro momento del año.

En Iom Kipur nos asemejamos a los ángeles, que no necesitan comida ni bebida y que obtienen su sustento de la esencia espiritual del día. Por lo tanto, Iom Kipur no se trata de "no tenemos permitido comer" sino de "¿quién necesita comer?".

¿Bailes en Iom Kipur?

Un Iom Kipur recé en una sinagoga que es famosa por incorporar muchos cánticos y bailes en sus servicios de plegarias. Yo había imaginado que en Iom Kipur evitarían los bailes, para conservar la energía a lo largo del ayuno.

Pero no fue así.

A lo largo del día, hubo momentos de plena danza, nuestros cuerpos estaban energizados por la fuerza espiritual del día. Incluso al final de Iom Kipur, cuando técnicamente el ayuno ya había terminado, continuamos bailando con inmensa alegría e intensidad, como si nuestros cuerpos tuvieran toda la energía del mundo.

Esto me recordó el día de mi boda, cuando bailé durante toda la noche sin haber comido nada.

Antes de la boda no había comido, cumpliendo la costumbre judía de que el novio y la novia ayunan el día de su boda (que se considera como su propio Iom Kipur).

Pero incluso después de la ceremonia, y a pesar de la enorme cantidad de alimentos deliciosos que sirvieron a nuestros invitados, yo seguí sin comer. Estaba profundamente sumergido en la intensa alegría y la celebración del día de mi boda, tanto que simplemente olvidé comer. No fue que no tuviera la oportunidad de comer, sino que no se cruzo por mi mente la idea de comer. Y debido al elevado estado espiritual en el que me encontraba, no sentí la necesidad de comer.

Lo mismo ocurre en Iom Kipur. Este no es un ayuno de duelo como el que conmemora la destrucción del Templo de Jerusalem y otras tragedias judías.

El ayuno de Iom Kipur nos ayuda a abrirnos por completo a la elevación espiritual que sólo podemos experimentar en Iom Kipur, y un día al año nos asemejamos a los ángeles, que son más espirituales que físicos, permitiéndonos experimentar realmente la alegría del ayuno.

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