La carta de una judía conversa que sobrevivió a las cruzadas

30/05/2023

5 min de lectura

900 años después, aún perdura esta historia de una mujer conversa perseguida por los cruzados.

Tres documentos fragmentados de comienzos del 1.100 son todo lo que queda de la trágica historia de una mujer de una familia aristocrática que escogió el judaísmo, se casó con una prominente familia rabínica en Narbona y luego escapó de la despiadada violencia antisemita hacia Egipto.

“La carta de la conversa”, T.S. 16-100, Universidad de Cambridge

Guardada en la extraordinaria colección de la Guenizá de El Cairo de la Universidad de Cambridge, la primera carta fue transcrita y publicada en 1931 por el académico Jacob Mann (1888-1940), y describe cómo esta mujer (que extrañamente nunca es nombrada) dejó su adinerada familia cristiana (probablemente de la región noroeste de Normandía) y se convirtió al judaísmo.

Ella se estableció en la gran comunidad judía de Narbona al sur de Francia, donde conoció a su esposo David, un miembro de la prominente familia Todros, y tuvieron tres hijos. Sus hermanos y otros la persiguieron hasta allí, por lo que la joven familia dejó la ciudad. Esto probablemente ocurrió en el catastrófico verano de 1096.

Pedro el ermitaño liderando a los cruzados (Egerton MS, Avignon, 14th c). Vía Wikimedia Commons

Al comienzo de mayo de ese año, se desataron una serie de horrorosas persecuciones contra los judíos de las tierras ashkenazíes. Durante meses, inspirados por la convocatoria del Papa Urbano II de imponer el dominio cristiano en la Tierra Prometida, nobles y campesinos planearon realizar la larga marcha hacia la tierra de Israel para derrotar a los “infieles”. Durante el fatídico verano de 1906, un grupo de cruzados fanáticos hicieron un cálculo letal: ¿Por qué debían soportar el arduo viaje por tierra y por mar hacia Israel, cuando entre ellos había infieles? Los judíos.

Las masacres resultantes, particularmente en Renania, se encuentran entre las peores que sufrieron los judíos desde la rebelión de Bar Kojba, mil años antes. En algunos casos, enfrentados ante la elección de bautismo o muerte, comunidades enteras escogieron tomar sus propias vidas en vez de renunciar a su fe ancestral. La experiencia de las cruzadas dejó una cicatriz dolorosa y permanente en la memoria ashkenazí y los eventos de esa época terrible se recuerdan cada Shabat con la lectura de la plegaria Av HaRajamim.

David fue asesinado y sus hijos fueron secuestrados, presumiblemente bautizados y luego desaparecieron. Nuestra heroína fue perdonada.

El primer documento, conocido formalmente como T-S 16.100, cuenta que la violencia alcanzó a la familia Todros. Al parecer, David y dos de los niños (un hijo llamado Iaakov y una niña de tres años llamada Justa) se refugiaron en la sinagoga. David fue asesinado y sus hijos fueron secuestrados, presumiblemente bautizados y luego desaparecieron. Nuestra heroína fue perdonada, posiblemente porque estaba embarazada, pero ella y su bebé quedaron sin un centavo. La carta, firmada por un Iehoshúa ben Ovadia y dos hombres de nombre Isaac, describe su angustiante historia como una petición formal de apoyo financiero.

El Profesor Normal Golb (1928-2020), un reconocido académico de Guenizá de la universidad de Chicago, examinó la carta y determinó que el Profesor Mann había transcrito una palabra clave erróneamente. Un desafortunado hoyo en el pergamino eliminó parcialmente el nombre del lugar donde David fue asesinado. Quizás consultando la distribución de los ataques de los cruzados en las comunidades ashkenazíes, Mann lo identificó como Anjou, una ubicación misteriosamente distante de Narbona, en el sur. La examinación detallada del Profesor Golb sugiere que el lugar fue en realidad el pequeño pueblo de Monieux. Esta conclusión extiende el alcance de la violencia antijudía de las cruzadas a una región previamente desconocida, una revelación tan significativa que un avance académico diminuto llegó a la cuarta página del New York Times el 24 de diciembre de 1966.

La breve y trágica historia de esta mujer anónima y su sufrimiento durante las cruzadas, revivida novecientos años después de los ataques, inspiró dos emocionantes trabajos de ficción: Sybilla, una obra de teatro de Brian Allison (1988) y La conversa, una novela publicada por primera vez por el autor belga Stefan Hertmans que, en una traducción al inglés del 2019, fue finalista para el Premio Nacional del Libro Judío.

El diminuto asentamiento de Monieux, el cual tuvo una comunidad judía en la Edad Media, de repente se convirtió en objeto de atención no deseada como el sitio de un pogromo medieval desconocido. Cuando el académico de Guenizá, Dr. Ben Outhwaite, observó que más de la mitad de la página de Wikipedia de este pueblo supuestamente inocente estaba dedicada a la masacre, lo declaró “un libelo histórico contra ese rincón remoto y predominantemente pacífico de Francia”. En julio del 2020, en el sitio web de la biblioteca de la universidad de Cambridge, él relató la historia más completa de nuestra heroína de Narbona.

La iglesia de San Pedro en la época de las cruzadas, en Monieux, Francia vía Wikipedia Commons

El Dr. Outhwaite, director de la unidad de investigación de Guenizá, conocía una gran pieza del rompecabezas que incluso el Profesor Golb ignoró durante unos veinte años. Edna Engel y Yosef Yahalom, dos académicos de la Universidad Hebrea, publicaron estudios sobre la "carta de la conversa", que mostraban de forma conclusiva que la letra era idéntica por lo menos a la de dos otros fragmentos de la colección de la Guenizá. No sólo fueron escritos por la misma mano, sino que aparentemente se referían a la misma persona… ¡nuestra conversa de Narbona!

Estos dos fragmentos de pergamino, aunque mucho más dañados que la "carta de la conversa" original, describían a una mujer que escapó de su vengativa familia al norte de España, en donde perdió a su esposo debido a violencia. El mal estado de los fragmentos hace que sea difícil ordenar la cronología de los eventos, pero parece que ella misma apenas se salvó de ser ejecutada, posiblemente debido a su origen cristiano. Ella iba a ser quemada en la hoguera por hereje, pero cuando la comunidad judía debía llevar una mortaja para envolver su cuerpo antes de que encendieran la pira, varios judíos juntaron un soborno de treinta y cinco dinares de plata para los sacerdotes y ella fue liberada. Ella escapó a la ciudad de Nájera, donde se esforzó para reunir fondos para devolver el dinero a quienes habían pagado para salvar su vida.

¿En dónde ocurrió todo esto? Los doctores Engel y Yahalom están de acuerdo respecto a que la asociación original del Profesor Mann de la violencia con Anjou era incorrecta, pero también les resultó problemática la identificación del Profesor Golb de Monieux, al oeste de Narbona. Ellos consideran que un candidato mucho más probable es la aldea de Muño, al este de Narbona cruzando los Pirineos y muy cercana a Nájera. Aunque es imposible llegar a una conclusión definitiva, los historiadores están llegando a un consenso respecto a Muño, tal como lo describe la investigación del Dr. Outhwaite.

¿Y qué pasó con nuestra mujer de Narbona? Los segundos fragmentos describen cómo ella logró llegar a El Cairo, donde dio a luz a una hija. Como refugiada de las cruzadas, ella fue mantenida por la comunidad, presumiblemente hasta el final de sus días. Las preciadas cartas de presentación contando su historia fueron consignadas a la Guenizá de la sinagoga Ben Ezra, donde se mantuvieron durante 900 años hasta su publicación en 1931.

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