La cuenta del Ómer: proceso y resultado

30/04/2023

2 min de lectura

Emor (Levítico 21-24 )

Cuando te fijas una meta, ¿concentras tu energía mental en los medios para lograr ese objetivo o te enfocas en el fin, es decir, en llegar a esa meta? En la literatura psicológica sobre la búsqueda de objetivos, estas dos perspectivas se denominan "enfoque en el proceso" y "enfoque en los resultados".

El enfoque en el proceso es más concreto, enfatiza el "cómo", acentúa la travesía. El enfoque en los resultados es más abstracto, enfatiza el "por qué", acentúa el destino. Los investigadores tratan de determinar cuál enfoque es más eficaz para lograr los objetivos. Hasta la fecha, los estudios presentan evidencia conflictiva. Algunos indican que cuando nos enfocamos en el proceso es más gratificante y provoca menos ansiedad. Otros demuestran que centrarse en el resultado ayuda a promover la determinación y la perseverancia. El secreto puede encontrarse en lograr un equilibrio. Lo más útil sería aprender a alternar entre un enfoque de proceso y un enfoque de resultados.

En los versículos de la Torá, el propósito exacto de la Cuenta del Ómer es ambiguo. La Torá nos dice en la Parashá Emor (Vaikrá 23:15-16) que tenemos que contar siete semanas, culminando con los diversos sacrificios que se llevan el día cincuenta. Los comentaristas ofrecen varias sugerencias, muchas relacionadas con el lugar cronológico que tiene el Ómer entre las festividades de Pésaj y Shavuot. El Rambam (Moré Nebujim 3:43) dice que el objetivo por el cual salimos de Egipto fue para recibir la Torá. Por lo tanto, damos realce a nuestra valoración del objetivo final, Shavuot, al contar los días hasta llegar a él. Por otro lado, en su teoría de por qué contamos el Ómer, el Or HaJaim se enfoca menos en el objetivo final y se focaliza en el proceso de purificación que era necesario después de haber salido de las impurezas de Egipto.

Compartiendo el mismo enfoque en el objetivo que tiene el Rambam, el Séfer HaJinuj (mitzvá 306) pregunta: si la Sefirá se trata de anticipar y de esperar ansiosos a que llegue Shavuot, ¿por qué contamos agregando (cuenta progresiva: día 1, día 2…) y no una cuenta regresiva (día 49, día 48…), como solemos hacer para que sea más emocionante? Él responde que si comenzáramos una cuenta regresiva desde 49, nos veríamos desalentados por la necesidad de tener que esperar tanto hasta llegar a la meta. Por eso comenzamos con 1, para no vernos disuadidos.

Rav Shimshon Pinkus adopta el enfoque en el proceso y brinda una respuesta diferente a la del Séfer HaJinuj. La Sefirá no es sólo un ejercicio de habilidades matemáticas, sino un acto de crecimiento y desarrollo personal. Como consecuencia, la cuenta progresiva representa el hecho de que debemos avanzar y construirnos día a día.

Mantener ambos enfoques durante la Sefirá puede dar realce a nuestra experiencia. Rav Soloveitchik, citado por Rav Shmuel Goldin, argumenta que estas dos ideas están dentro de la palabra "sefirá". En contraste con la palabra "minián", en la cual la cuenta sólo es esencial para lograr un objetivo final, "sefirá" representa la cuenta hacia una meta (resultado), donde cada unidad individual se convierte en un objetivo en sí mismo (proceso). La cuenta resalta tanto el proceso como el resultado. Ambos son importantes para una búsqueda efectiva de los objetivos y saber cómo tener en cuenta las dos cosas mejora el otro aspecto.

El proceso de crecimiento personal será más eficaz si se subraya la meta de Shavuot, y la meta de Shavuot será más significativa si el proceso de desarrollo personal es más exitoso.

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