La Declaración Balfour: 5 cosas que tienes que saber

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El 2 de noviembre del 2017 marca el centenario de la Declaración Balfour, una de las más importantes declaraciones políticas de los tiempos modernos.

El 2 de noviembre del 2017 marca el centenario de la Declaración Balfour, una de las más importantes declaraciones políticas de los tiempos modernos. Hay cinco puntos claves que se debe saber sobre este hito esencial.

1. ¿Qué es la Declaración Balfour?

La Declaración fue un compromiso por parte del gobierno británico de establecer una patria para el pueblo judío en la Tierra de Israel. Después de casi 2000 años de exilio, esto ofreció una promesa respecto a que una vez más florecería un estado judío.

El 2 de noviembre de 1917, el secretario de Asuntos Exteriores de Inglaterra, Lord Balfour, escribió una carta pública a Lord Rothschild, pidiéndole que él la diera a conocer a la comunidad judía internacional:

El gobierno de su Majestad ve favorablemente el establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina, y hará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo. Debe entenderse claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina o los derechos y el estatus político que disfrutan los judíos en cualquier otro país.

Veinte años antes de la Declaración Balfour, en el Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza, los líderes judíos establecieron el principio de la autodeterminación política judía, declarando que “el sionismo busca establecer una patria para el pueblo judío en Palestina asegurada bajo la ley pública”. La Declaración Balfour consagró esta promesa en una ley. El fallecido estadista israelí Abba Eban la llamó: “la decisiva victoria diplomática del pueblo judío en la historia moderna”.

2. Inglaterra no controlaba la tierra que prometió en la Declaración Balfour.

Al emitir la Declaración Balfour, Inglaterra estaba luchando en la Primera Guerra Mundial, en la cual Inglaterra, Francia, Bélgica, Rusia e Italia se enfrentaban a los poderes combinados de Alemania, Austro-Hungría, Bulgaria y el Imperio Otomano. (Para el 2 de noviembre de 1917, hacía ya siete meses que los Estados Unidos habían estado luchando junto a Inglaterra, aunque Estados Unidos no estaba formalmente en guerra contra el Imperio Otomano).

Gran Bretaña se estaba acercando a la Tierra de Israel, que durante 400 años fue dominada por el Imperio Otomano.

Los historiadores debaten qué fue lo que motivó a Inglaterra y a sus aliados a emitir una promesa tan entusiasta al pueblo judío en medio de la Guerra. Algunos creen que los políticos británicos de la época simpatizaban con el sufrimiento del pueblo judío y apoyaban la restauración de la nación judía en su antigua tierra patria. Otros señalan la ilusión del poder judío. Cuando las fuerzas británicas y australianas se acercaban a la Tierra de Israel, los políticos en Londres quisieron asegurarse que los poderes mundiales reconocieran sus reclamos en la zona.

El hecho de prometer restaurar la patria del pueblo judío, parecía ser una forma poderosa de afirmar los derechos morales de Inglaterra sobre el área para movilizar a los judíos de todo el mundo a presionar a sus gobiernos para que apoyaran los reclamos británicos, especialmente en los Estados Unidos y en Rusia.

3. La Declaración Balfour parece demasiado breve y ambigua. ¿Por qué fue tan importante?

La Declaración Balfour fue una de las primeras declaraciones internacionales de la época moderna.

Primero, un poco de historia. En 1916, en medio de la guerra, Inglaterra y Francia firmaron un documento secreto acordando que si lograban conquistar la Tierra Santa de manos de los otomanos, dividirían entre ellos la tierra. Esto se conoce como el Acuerdo Sykes Picot, llamado así por el diplomático británico Sir Mark Sykes y Francois Georges-Picot.

Casi de inmediato, el Acuerdo Sykes-Picot tuvo poca popularidad. Cuando los bolcheviques tomaron el poder en noviembre de 1917, publicaron el acuerdo secreto, indignados por su contenido. En Inglaterra, David Lloyd George se convirtió en Primer Ministro a finales de 1916, y sintió que el acuerdo Sykes-Picot favorecía a los franceses. Él encomendó a Sir Sykes para renegociar el acuerdo.

Sykes le pidió ayuda a uno de los líderes sionistas, un periodista en lenguaje hebreo llamado Najum Sokolov. Sokolov había nacido en Rusia y era un elocuente defensor de una patria nacional judía. Él fue quien tradujo al hebreo la inspiradora novela de Teodoro Hertzl sobre un estado judío.

Sokolov era brillante y carismático, y de inmediato partió en un torbellino de reuniones diplomáticas por Europa, reuniendo un consenso paneuropeo respecto al establecimiento de un hogar judío en la Tierra de Israel. En reuniones con oficiales en Francia e Italia, Sokolov presentó el caso de una patria judía, explicando el crecimiento de las comunidades judías que comenzaban a regresar a la Tierra de Israel y señalando que los judíos estaban logrando que por primera vez en un milenio floreciera el desierto del Medio Oriente.

Con su ayuda, emergió un consenso entre los aliados de la Primera Guerra Mundial pidiendo el establecimiento de un hogar judío en la Tierra de Israel. El Papa Benedicto dijo que él creía que la voluntad de Dios era que los judíos establecieran su hogar en Israel, y agregó: “¡Sí, sí, yo creo que debemos ser buenos vecinos!”.

El Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jules Cambon, expresó el firme apoyo de su país a un estado judío. En lo que se conoce como la Carta Cambon, Francia aseguraba que:

Sería un acto de justicia y reparación asistir, a través de la protección de las Fuerzas Aliadas, al renacimiento de la nacionalidad judía en esa tierra de la cual el pueblo de Israel fue exiliado hace tantos siglos.

En Washington, el presidente Wilson enfrentó un dilema. El sionismo era inmensamente poco popular en el Departamento de Estado, pero su justicia atraía al presidente. A mediados de octubre de 1916, cuando se estaba formulando la Declaración Balfour, el presidente Wilson convocó a su oficina al coronel Edward House, su consejero en asuntos extranjeros, y le pidió que discretamente transmitiera su apoyo a su contraparte británica.

De esta manera, en noviembre de 1917, cuando se emitió la Declaración Balfour, formaba parte de una amplia coalición: una declaración en representación de las principales democracias del momento. Era tanto una declaración moral como política, afirmando que las democracias liberales apoyaban la causa de una patria judía en la Tierra de Israel.

4. El cumplimiento de la Declaración

La Declaración Balfour se convirtió en parte del preámbulo de la Liga de las Naciones, consagrando sus provisiones en derecho internacional. El “hogar nacional” para los judíos se convirtió en un compromiso legal formal y los aliados victoriosos le encargaron a Inglaterra, como administrador de los territorios de lo que entonces se conocía como Palestina y Transjordania, ocuparse del establecimiento de un estado judío.

Entre 1918 y 1936, otros 150 000 judíos se asentaron en Palestina, reforzando la robusta comunidad judía que había allí y dando nacimiento a granjas, pueblos y ciudades completamente judíos, convirtiendo al desierto en una alfombra verde. Entonces comenzó el desastre. Una serie de levantamientos árabes antijudíos en 1936, donde asesinaron a cientos de judíos en la Tierra de Israel, llevó al fatal Libro Blanco británico de 1939, capitulando a las demandas de los árabes para dar término a la inmigración judía a Palestina, precisamente en el momento en que era más necesario porque la maquina asesina de Hitler comenzaba a asesinar a los judíos en Europa.

Luego del Holocausto, Inglaterra se negó a dejar que los desesperados sobrevivientes entraran a Palestina. Aproximadamente 113 000 lograron entrar de todos modos. Para Inglaterra cada vez era más difícil seguir negándose a cumplir la promesa de un hogar judío hecha en la Declaración Balfour. Las Naciones Unidas enviaron una comisión a Palestina para evaluar la situación y ellos concluyeron que había llegado el momento de dar por terminado el dominio británico en lo que era llamado Palestina y finalmente partir el territorio en dos estados, uno árabe y otro judío.

En noviembre de 1947, 30 años después de la Declaración Balfour, las Naciones Unidas votaron la partición de Palestina: 33 naciones votaron a favor y 13 en contra. Los judíos de la región abrazaron con entusiasmo su nueva tierra, la cual cobró existencia con la evacuación de las tropas británicas el 14 de mayo de 1948. Los árabes se negaron a reconocer la partición y de inmediato comenzaron una guerra contra el nuevo estado judío.

5. Celebrar el centenario de la Declaración Balfour

Muchos críticos de Israel se han estado preparando para protestar contra la Declaración Balfour al llegar a su centenario. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, exigió que los ingleses no celebraran el centenario de la Declaración Balfour y anunció que va a demandar a Inglaterra por emitir la Declaración, pidiendo a las naciones árabes que lo acompañen en su demanda.

En Inglaterra, miles de personas firmaron una petición en línea pidiendo que el gobierno “se disculpe abiertamente” por la declaración de hace cien años, diciendo que la Declaración Balfour al afirmar que los judíos tienen el derecho a un estado propio, ha provocado un “desplazamiento masivo” e injusticias.

En cambio, el gobierno británico ha reafirmado su apoyo a la Declaración. “Estamos orgullosos de nuestro rol en la creación del Estado de Israel”, afirma un comunicado oficial de abril del 2017, señalando los antecedentes históricos del documento. La Declaración fue formulada en un mundo “en el que competían los poderes imperiales” en medio de la Primera Guerra Mundial, y “en ese contexto, establecer una patria para el pueblo judío en la tierra con la cual tienen fuertes lazos históricos y religiosos, era lo más correcto y moral que se podía hacer, particularmente teniendo en cuenta los siglos de persecución”.

En Gran Bretaña, el 4 de noviembre fue declarado como el “Shabat Balfour”. Las sinagogas en todo el país celebrarán la Declaración Balfour y el Rabino Principal de Inglaterra, Rabí Efraim Mirvis, está escribiendo una plegaria de agradecimiento a Dios por el regalo centenario de la Declaración Balfour.

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