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La deliciosa historia judía de las almendras confitadas

Por más de 3.000 años, las almendras confitadas o almendras de Jordania han sido una golosina preferida por personas de todo el mundo por su delicada y azucarada dulzura. Aunque estos coloridos caramelos ahora suelen asociarse con las bodas, baby showers o celebraciones especiales, su origen puede rastrearse a tiempos antiguos, con lazos a la historia judía.

Las almendras confitadas son como la versión de caramelo de romper una copa bajo la jupá o el dosel nupcial. Ambas se ven a menudo en bodas judías (particularmente en las bodas sefaradíes), un recordatorio de la dualidad de la vida. Incluso en nuestros momentos de mayor alegría, recordamos nuestro propio exilio y lo que hemos perdido rompiendo una copa. A la inversa, las almendras amargas, como las experiencias amargas, pueden cubrirse de dulzura hasta que no se parecen en nada a lo que eran (primera analogía con comida).

Hacer analogías con comidas representando la vida es muy judío.

Las almendras simbolizan muchas cosas, incluyendo la esperanza, la renovación y nuevos comienzos. La palabra en hebreo para almendra, shaked, significa “observar”. Esta conexión se encuentra en Jeremías 1:11-12, en donde el profeta ve en una visión una rama de almendro y Dios lo interpreta como un símbolo de Su vigilancia sobre Su mundo.

Segunda analogía con la comida. Por consiguiente, las almendras se han convertido en sinónimo del cuidado vigilante de Dios.

En Shir HaShirim (la Canción de Salomón), las almendras se mencionan dos veces, subrayando su significado. En Shir HaShirim 6:11, la novia describe la belleza de la vida de su amado: “Bajé a un jardín de nueces para ver los frutos del valle y para ver si la viña había florecido y las granadas habían brotado”.

Tercera analogía con la comida: aquí, el “jardín de nueces” se refiere a un campo de almendros y el versículo a menudo es asociado con la fertilidad y las bendiciones.

Muy bien, entonces sabemos que los judíos tienen bastante que decir sobre las almendras, pero ¿qué hay con las almendras confitadas? ¿Acaso realmente se originaron en Jordania?

Sí y no.

Con el tiempo, estas deliciosas golosinas se convirtieron en parte esencial de las bodas y de otras ocasiones alegres, difundiéndose desde el Medio Oriente a Europa y más allá. En la "Enciclopedia de comidas judías", Gil Marks explica que cuando las antiguas rutas de comercio llevaron el azúcar al Medio Oriente, los cocineros descubrieron cómo caramelizar los cristales y experimentaron agregando nueces picadas en la mezcla.

Estas golosinas con el tiempo llegaron al occidente, a España, Francia e Italia.

Aparentemente la expresión “almendras de Jordania” se originó en Francia.

En Francia se las llama “dragees Jordan”, definiéndolas como almendras cubiertas con azúcar, que se cree que se originaron en Jordania.

Aunque el judaísmo tiene mucho que decir sobre las almendras, parece que la costumbre de presentar almendras confitadas durante ocasiones especiales fue adoptada de las comunidades más grandes en las que residimos durante milenios. Durante la Edad Media, los judíos comenzaron a envolver estas golosinas (usualmente 5) en un trozo de tela y los entregaban como recordatorio de la boda para simbolizar cinco bendiciones: salud, riqueza, felicidad, fertilidad y longevidad.

5 almendras confitadas – 5 es un número indivisible, así como el matrimonio debe ser sano y por lo tanto indivisible. Las almendras confitadas a menudo están presentes en la ceremonia de henna, común en los círculos sefaradíes para celebrar el compromiso de una nueva pareja.

Los judíos turcos también tienen otra interesante costumbre prenatal que utiliza almendras azucaradas. Mientras que en los círculos ashkenazíes la noticia de un embarazo se mantiene privada entre la familia, los judíos turcos celebran el futuro nacimiento de un primer hijo con una ceremonia llamada kortadura de fashadura (en ladino) o tekti a el-g’daouere (en judeoarabe), que significa “el corte de las ropas que envuelven”.

Cuando una mujer judía llega al quinto mes de su primer embarazo, la familia y los amigos se reúnen para el corte ceremonial de una tela para la primera ropa del bebé. Una parienta que ella misma sea madre y que sus padres aún estén vivos (lo que se considera un buen augurio para una vida larga) es honrada con el primer corte de la tela. En el momento exacto del corte, la mujer embarazada arroja sobre la tela almendras confitadas blancas, para simbolizar la vida dulce y próspera del niño que aún no ha nacido.

Las almendras confitadas, con su rica historia y simbolismo cultural, continúan trayendo alegría y dulzura a las celebraciones alrededor del mundo. Desde sus antiguas raíces en el Medio Oriente a su significado en la tradición judía, estas delicias azucaradas han resistido el paso del tiempo.

Mientras saboreamos estas golosinas coloridas, atesoremos también las historias y las costumbres que las han acompañado a través de las épocas, celebrando el perseverante espíritu de esperanza, renovación y nuevos comienzos que las almendras han llegado a representar en la historia judía.

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