La falacia del "ojo por ojo"

23/02/2023

4 min de lectura

La frase no significa lo que piensas que significa.

"Ojo por ojo y el mundo acabará ciego" – Mahatma Gandhi.

Si bien Gandhi puede haber sido un gran líder social y una importante figura histórica, a juzgar por esta famosa cita, su conocimiento del pensamiento judío parece haber sido bastante limitado. Es difícil culparlo, ya que este entendimiento erróneo es algo común en el mundo en general y yo dudo que haya tenido demasiado tiempo libre como para dedicarse al estudio talmúdico. Pero es desafortunado cómo este tipo de frases tergiversa la tradición y difama la moralidad judía.

Aunque suena más como el nombre del villano de una caricatura, Lex Talionis, la 'Ley del talión' o la 'Ley de retribución', es el nombre latín para el concepto judío de "ojo por ojo"; la idea de que el perpetrador de un crimen debe recibir el castigo exacto que él ha infligido a otro. Muchas personas creen erróneamente que esta es una especie de justicia primitiva del supuestamente vengativo "Dios del Viejo testamento", que con el tiempo sería reemplazada por una perspectiva más iluminista y tolerante.

En este artículo, espero poder demostrar que la noción de "ojo por ojo" nunca implicó que en realidad se le deba sacar a alguien un ojo, un diente, etc., como retribución, sino que se refiere exclusivamente a una retribución económica.

Para esto, debemos tener en mente dos importantes conceptos básicos. El primero es que la Torá viene con su propio "decodificador", una discreta serie de inferencias lógicas que los eruditos utilizan para interpretar el material. Estas inferencias son objetivas, lo que implica que el individuo no puede leer el texto y concluir: "para mí, esto es lo que significa". Debe haber un precedente para las conclusiones que se extraigan y deben encajar dentro del marco de la lógica interna de la Torá.

El segundo es que en el hebreo original hay una gran cantidad de sutilezas y matices (como en cualquier idioma originario). Estos matices informan con frecuencia las decisiones legales y, por lo tanto, son herramientas de análisis indispensables que, lamentablemente, se pierden en cualquier traducción.

Aquí hay cuatro aspectos que nos ayudan a estar seguros de que Lex Talionis se refiere a una compensación monetaria:

  1. En la ley judía existe un concepto exegético respecto a que cuando un versículo está cerca de otro, la ley del versículo anterior se aplica también al siguiente (o viceversa). En este caso, primero se nos enseña que dañar al animal de otra persona requiere una multa monetaria. Por lo tanto, también en el caso de dañar a otra persona, se debe pagar una multa monetaria.
  2. El erudito bíblico Benno Jacob señaló que "ojo por ojo" se dice en un contexto de lesiones causadas por accidente (por ejemplo, derramar un café caliente sobre la falda de otra persona). Es importante que en los versículos previos a "ojo por ojo", la Torá discute casos de asaltos deliberados y no legisla una retribución exacta, sino que ordena una multa monetaria. Por lo tanto, es ilógico concluir que cuando alguien provoca un daño serio a otro a propósito, debemos permitirle pagar una multa, pero que cuando lo hace por accidente debemos ser más estrictos y hacerle lo mismo que hizo a la otra persona.
  3. En hebreo, el significado literal del versículo es: "ojo a cambio de un ojo" y no "ojo por un ojo". Esto implica que se le debe dar algo en lugar del ojo perdido, lo cual no se lograría al sacarle un ojo al perpetrador. (Ver Rav Shimshon Rafael Hirsch sobre Éxodo 21:27).
  4. El texto que se refiere a Lex Talionis (Levítico 24) también nos ordena tener "una ley". Basado en eso, el Talmud (Bava Kama) formula la pregunta obvia respecto a qué se debe hacer "si una persona ciega deja ciega a otra o si un inválido deja inválida a otra persona". ¿Acaso en esos casos la corte sería capaz de lograr una retribución exacta (sacándole un ojo a la otra persona, etc,)? ¿Acaso las personas que no tienen dientes pueden deambular golpeando impunemente los dientes de los demás? La única forma de cumplir con el requisito de "una ley" sería aplicar una compensación monetaria tanto al que tiene dientes como al que no los tiene, para que la misma ley se aplique a todos por igual.

¿Por qué entonces el texto no dice simplemente "harás una restitución económica en lugar del ojo?" La respuesta es que el texto nos enseña una lección moral sobre lo que ha sucedido. En las palabras de Rav Iehudá Lowe, el Maharal de Praga:

Si la Torá hubiera especificado una "compensación económica" yo hubiera asumido que tal como alguien que mata el animal de su amigo y paga los daños queda libre de otro castigo, también quién lesiona a otra parsona y paga el daño ya no necesita otro castigo. Pero en verdad, a pesar de que paga por el daño, sigue estando obligado a pedir perdón… Por eso la Torá dice que de ser posible, también su mano debería ser cortada para manifestar su arrepentimiento.

En otras palabras, merecería que le corten la mano, o que le saquen el ojo o el diente (a pesar de que esto no se llevará a cabo) y debe sentir que su deuda queda impaga incluso después de haber compensado al otro monetariamente.

Vemos claramente que esto está lejos de ser la brutal justicia de la "era de bronce" que se supone que representa la ley del talión. Es una respuesta compasiva y medida ante una ocurrencia desafortunada.

También vemos que una compensación monetaria debe haber sido la intención del autor desde el primer momento, ya que no hay otra forma lógica de leerlo. Hay muchísimos ejemplos en este sentido, algunos de los cuales cuadran más claramente con el método rabínico tradicional de exégesis y que se diferencian claramente del enfoque incompleto y especulativo de muchos críticos bíblicos contemporáneos.

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