La fe inquebrantable de la madre de Agam Berger

30/01/2025

3 min de lectura

Meirav Berger se convirtió en un símbolo de fe y resiliencia para toda la nación.

El acuerdo para la liberación de los secuestrados por la organización terrorista Hamás mantiene intranquilos a los judíos de todo el mundo. Cada nombre en las listas de liberados encierra una historia de resistencia, dolor y esperanza que trasciende fronteras. Una de las más conmovedoras es la de Meirav Berger, madre de Agam Berger, una joven militar israelí que recuperó su libertad este jueves tras casi 16 meses en cautiverio.

Agam, de 20 años, forma parte del grupo de observadoras de las Fuerzas Armadas de Israel, cuyo papel es controlar los límites fronterizos con Gaza. Desde su base en Nahal Oz, cercana al enclave palestino, ella y otras compañeras desempeñan una labor crucial para la seguridad del país. Pero el pasado 7 de octubre, en medio del ataque masivo de Hamás que dejó más de 1.200 israelíes muertos, la vida de Agam dio un giro aterrador. Junto a tres compañeras, Na’ama Levy, Karina Ariev y Daniella Gilboa, fue secuestrada y llevada a Gaza, iniciando una larga pesadilla.

Las semanas que siguieron estuvieron marcadas por la incertidumbre y el sufrimiento. Hamás difundió una imagen de Agam herida, ensangrentada, como parte de su estrategia de terrorismo psicológico. La foto, cargada de simbolismo y crueldad, buscaba desmoralizar a sus seres queridos y a todo un país. Sin embargo, el impacto de esta imagen no pudo opacar la luz que emanó de su madre, Meirav Berger, quien se convirtió en un símbolo de fe y resiliencia para toda la nación.

La transformación espiritual de una madre

Los Berger no son una familia religiosa. Sin embargo, el secuestro de Agam llevó a Meirav a buscar consuelo en la tradición judía. En medio de la oscuridad, comenzó a acercarse a la espiritualidad, adoptando costumbres que anteriormente no formaban parte de su vida cotidiana. Fue un cambio gradual pero profundo, que resonó en miles de personas cuando sus palabras comenzaron a circular en las redes sociales.

Días antes de la liberación de su hija, un vídeo de Meirav se volvió viral. En él, hablaba sobre el poder especial del Shabat. En un momento en el que Hamás había decidido realizar las liberaciones precisamente los sábados, desafiando la fe de las familias, Meirav envió un mensaje claro y emotivo: “Para mí, el Shabat es muy importante, y le he dedicado mucho tiempo a pensar cómo voy a hacer para no profanarlo si liberan a Agam ese día. A ustedes, que nos han abrazado y acompañado en este viaje, les pido: no profanen el Shabat. No saquen fotos, no permitan que les tomen fotografías, y esperen hasta que termine Shabat para conocer las novedades”.

Estas palabras, cargadas de convicción, no solo reflejaban su nueva relación con la religión, sino también un llamado a la unión en un momento crítico. “Al finalizar el Shabat, habrá mucho tiempo para tomar fotografías y celebrar. Espero que Agam regrese y que, con la ayuda de Hashem, podamos hacer la menor profanación del Shabat posible”, concluía.

Un giro inesperado: el milagro del jueves

Sin embargo, el destino tenía otros planes. A pesar de que Hamás había establecido el sábado como el día para las liberaciones, un giro inesperado alteró el calendario. El sábado anterior, Arbel Yehoud, otra de las mujeres secuestradas, no pudo ser liberada porque estaba en manos de una facción distinta, la Jihad Islámica. Esto rompió el acuerdo inicial, que estipulaba que todas las mujeres civiles debían ser liberadas primero.

La tensión entre las partes escaló. El ejército israelí respondió bloqueando el regreso de los gazatíes al norte de Gaza, y la presión, tanto interna como externa, obligó a Hamás a anunciar nuevas liberaciones para el jueves 30 de enero. Así, el día de hoy, junto a Agam Berger, fueron liberados Arbel Yehoud, Gadi Moses y cinco ciudadanos tailandeses, cuya salida fue negociada por el gobierno de Tailandia de forma independiente al acuerdo con Israel.

Para Meirav, la noticia fue un auténtico milagro: ¡Agam recuperó su libertad un jueves, sin necesidad de enfrentar el dilema moral que tanto la había angustiado!

La trenza como símbolo de esperanza

Más allá de su dolor y sufrimiento, Agam Berger también dejó una marca durante su cautiverio. Fue ella quien se encargó de hacerle las trenzas a sus compañeras antes de su liberación, un gesto que sorprendió al mundo cuando las mujeres regresaron a la libertad con peinados impecables. Este pequeño detalle, aparentemente trivial, se convirtió en un símbolo de humanidad y resistencia en medio de las circunstancias más inhumanas.

Un mensaje que trasciende

La experiencia de Meirav Berger refleja el impacto transformador de la fe en momentos extremos. Su mensaje, más allá de las fronteras religiosas, resonó en un Israel profundamente dividido por tensiones políticas y sociales. Para muchos, su ejemplo es un recordatorio del poder de la espiritualidad, no solo como refugio personal, sino como una herramienta para unir a una comunidad herida.

“El Shabat nos une y nos identifica”, expresó Meirav en uno de sus discursos. Sus palabras, y el modo en que las vivió, parecen haber encontrado eco en un pueblo que busca razones para mantenerse fuerte y unido frente a la adversidad.

En un contexto en el que las liberaciones de rehenes siguen siendo inciertas, la historia de la familia Berger es una lección de resiliencia, fe y humanidad. Como dijo Meirav, tal vez, por el mérito de cuidar lo que nos une, podamos escuchar más buenas noticias en el futuro.

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Jose Crespo
Jose Crespo
3 días hace

Felicidades a Agam Bergere!! Un maravilloso ejemplo de perseverancia y resiliencia. Que Dios bendiga y proteja a Israel.!!

Roberto Farfan
Roberto Farfan
6 días hace

La emuná en Hashem y el Shabbat. Cuando las personas de algún modo logran un mérito ante Hashem. El te da lo que le pidas. La señora no quería ofender al Shabbat. Hashem le respondió liberando a su hija en un día distinto de Shabbat.
Shalom a todos.

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