La frustración de una trabajadora de la salud en un hospital

3 min de lectura

¿Por qué mi colega no puede trabajar tanto como yo?

Querida Emuna:

Trabajo en un pequeño departamento de un hospital. Físicamente estuve en el hospital durante toda la pandemia. Gracias a Dios tengo una niñera y pude ir a trabajar, pero dejo en casa a tres niños que tienen entre 3 y 8 años. En mi departamento hay otra empleada. Ella tiene dos hijos. No es colaboradora y muchas veces se va antes de que cumplamos con todos nuestros deberes, lo cual me deja a mí la obligación de asegurarme que todo esté terminado al final del día. Con la pandemia, ella se to varios días libres, dos semanas este mes, dos semanas el próximo mes. Ella dice que es para cuidar a sus hijos. Pero como una madre que trabaja, me siento resentida. Yo le pago mucho a la niñera para poder ir a trabajar. ¿Por qué ella no puede hacer lo mismo? Ambas contamos con los mismos recursos.

Por supuesto que es difícil en medio de una pandemia, pero otras personas se las arreglan. Yo quiero darle el beneficio de la duda, como enfatizan muchos artículos, pero me resulta muy difícil hacerlo en esta situación en particular. Por supuesto estoy agradecida de tener en este momento un trabajo y una niñera, ¡pero realmente me molesta que esta persona se tome tanto tiempo libre, mientras yo dejo a mis hijos en casa sin ninguna estructura!

Frustrada madre trabajadora


Querida Frustrada:

Antes que nada, gracias por tu servicio durante esta época tan difícil. Tu esfuerzo es sumamente valorado.

En cuanto a tus quejas, te entiendo, Todos estuvimos en situaciones en las que sentimos que se aprovechaban de nosotros o sentimos que otros no asumían la responsabilidad que les correspondía. En tu circunstancia, creo que hay una respuesta doble. Comenzaré con lo más sencillo: lo práctico.

No conozco tu relación con la administración del hospital ni sé cómo trabaja tu equipo, pero me parece que tienes que hablar con tu supervisor y discutir la situación. Quizás hay una solución práctica que tú no has pensado. Quizás es posible que tú también te tomes tiempo libre.

Cualquiera sea el resultado de esa reunión, hay una realidad más importante que debes aceptar. Tú eres responsable sólo por tus elecciones. Tienes que vivir la vida que funciona para ti; la vida que tú crees que es moral y ética, la vida que provee para tu familia, la vida que nutre a tu matrimonio y a tus hijos, la vida que te ayuda a desarrollar tu relación con Dios.

Esas decisiones están completamente desconectadas de las decisiones que tome la otra madre que trabaja en el departamento. Quizás ella es egoísta, quizás se aprovecha, quizás hay algo que tú no sabes sobre su vida familiar que ella no se siente cómoda de revelar. En realidad no importa (aunque pienso que si somos muy creativas probablemente podemos encontrar la forma de juzgarla favorablemente). Lo que realmente importa es tu respuesta hacia ella. Y tu respuesta debe ser que su conducta es irrelevante. Si tú quieres trabajar menos, trabaja menos y tómate días libres como lo hace ella. Si tú quieres trabajar más, trabaja más. Lo que ella hace realmente no importa. Tú tienes que vivir con los resultados de tus elecciones, y sólo crecerás en base a tus elecciones, no a las de ella.

Nuevamente, no es que no te entiendo. Todos estuvimos ahí de una u otra forma. Siempre va a haber alguien que parece aprovecharse, que juega con el sistema o que parece que todo se le hace más fácil. Pero no sólo las apariencias engañan, sino que su conducta no debe determinar la nuestra. Queremos ser personas de las que estamos orgullosos, personas cuyas elecciones apoyamos.

Puede ser que no lo digan suficientemente a menudo, pero en particular en esta época estresante, tus acciones son una inspiración para todos. Espero que cuando esta pandemia termine (quiera Dios que sea pronto), puedas mirar hacia atrás y sentirte bien con el esfuerzo que hiciste, las responsabilidades que asumiste, las elecciones que tomaste… incluso bajo circunstancias tan adversas y difíciles. Espero que también tu colega pueda hacerlo.

Pero en verdad eso no importa. Sólo tú sabrás si escogiste bien. Le pido a Dios que te de la fuerza que necesitas para continuar la batalla y ayudar a otros a ganar su propia batalla.

 

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