La importancia de las tres festividades de peregrinaje

08/07/2025

3 min de lectura

Balak (Números 22:2-25:9 )

Bamidbar, 22:28: “Y Hashem abrió la boca del asna y ella dijo a Bilam: ‘¿Qué te he hecho que me has golpeado estas tres veces (shalosh regalim)?’”

Rashi, 22:28, sobre “shalosh regalim: “Esto le aludía: ‘Tú estás intentando desarraigar a la nación que celebra las tres festividades de peregrinación del año’”.

Bilam se dirige a Moav para maldecir al pueblo judío, cuando de repente su asna se niega a continuar avanzando. Bilam la golpea tres veces, y el asna, milagrosamente, abre su boca y le pregunta por qué la ha golpeado sin justificación esas tres veces. La Torá utiliza la palabra “regalim” para referirse a las “veces”, en lugar de la palabra más habitual “paamim”, y los Sabios explican que Dios, a través del asna, estaba comunicándole a Bilam que no tendría éxito en destruir al pueblo judío porque ellos observan las tres festividades de peregrinación (Shalosh Regalim): Pésaj, Shavuot y Sucot. La pregunta obvia es: ¿Cuál es la conexión entre las tres festividades de peregrinación y el viaje de Bilam para maldecir al pueblo judío?

Una posible explicación es que las tres festividades de peregrinación son simbólicas de los Tres Principios Fundamentales de Fe que describe el Séfer HaIkarim: La existencia de Dios; que Dios nos dio la Torá; que Dios supervisa nuestras vidas (Providencia Divina). Estos son los pilares básicos sobre los cuales se construye nuestra fe. Aunque cada una de las tres festividades contiene elementos de los tres principios, parece que cada una corresponde especialmente a uno de ellos: Pésaj establece la existencia de Dios. Shavuot trata sobre la entrega de la Torá. Sucot resalta la Providencia Divina, ya que Hashem protegió al pueblo judío en el desierto.

Bilam intentaba desarraigar al pueblo judío, cuyo fundamento es su Emuná (fe), que se manifiesta a través de su creencia en estos tres pilares: la existencia de Dios, la entrega de la Torá y la Providencia Divina. Por lo tanto, Dios le dijo a Bilam que no tendría éxito debido a la Emuná del pueblo. Sin embargo, aún tenemos que explicar más profundamente por qué específicamente las tres festividades de peregrinación fueron utilizadas como ejemplo de los tres pilares de la fe. Para responder completamente a esto, es útil entender otro ejemplo de cómo Dios mostró que los esfuerzos de Bilam fracasarían debido a los méritos del pueblo judío.

Cuando Bilam partió para maldecir al pueblo judío, la Torá nos dice que él se levantó (vaiakam) temprano en la mañana. El Midrash Tanjuma dice que al ver esto, Dios exclamó: “¡Malvado! ¡Abraham, su padre, ya te superó!” Como está escrito [en la historia de la Akedá]: “Vaiashkem baboker”.(1) Las palabras “vaiakam” y “vaiashkem” ambas significan levantarse de dormir, pero “vaiashkem” implica levantarse incluso más temprano que “vaiakam”. Dios le estaba diciendo a Bilam que Abraham se levantó aún más temprano para la Akedá de lo que Bilam lo hizo para ir a maldecir al pueblo judío. ¿Cuál es el significado de este Midrash? Rav Moshe Feinstein(2) explica que Bilam estaba intentando presentar al pueblo judío bajo una luz negativa, mostrando que él actuaría con más entusiasmo y prontitud en su maldad de lo que ellos lo hacían en su servicio a Dios. Sin embargo, Hashem le dijo que el padre del pueblo judío, Abraham, ya había demostrado mayor entusiasmo al cumplir la voluntad de Dios, incluso más que Bilam al intentar oponerse a ella. En consecuencia, los descendientes de Abraham heredaron su característica de prontitud y poseían suficiente mérito para resistir el intento de Bilam de retratarlos de manera negativa.

Volviendo a la alusión a las tres festividades de peregrinación, es posible sugerir que Bilam también tratara de presentar al pueblo judío en una luz negativa al demostrar su disposición a viajar una gran distancia para maldecir al pueblo, contrastándolo con la idea de que los judíos no estarían dispuestos a recorrer la misma distancia por el bien de Dios. Por ello, Dios, a través del asna, le dijo que su esfuerzo también fracasaría, porque el pueblo judío sí está dispuesto a viajar largas distancias por el bien de Dios, como lo demuestra el hecho de que todos ellos dejaban sus hogares y viajaban para ofrecer sacrificios en el Templo durante las tres festividades de peregrinación.(3)

Dos lecciones importantes que podemos extraer de esta explicación. En primer lugar, la importancia de las tres festividades de peregrinación, porque nos permiten internalizar los fundamentos de la Emuná. En segundo lugar, nos enseña que hacer un esfuerzo y viajar por el bien de Dios tiene un gran valor, ya que demuestra la disposición de una persona a hacer un esfuerzo significativo para conectarse con Dios. Esto puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo estar dispuesto a hacer el esfuerzo de encontrar un lugar de estudio adecuado, o conectarse con un rabino apropiado. Que como nuestros antepasados, podamos ser protegidos por el mérito de observar adecuadamente las tres festividades de peregrinación.


  1. Balak 22:21 con Rashi
  2. Darash Moshé. Bamidbar 22:1. Esta idea fue escuchada originalmente de Rav Janoj Harris.
  3. Es cierto que en ese entonces el pueblo judío todavía no había tenido la oportunidad de cumplir las mitzvot de las tres festividades de peregrinaje, pero evidentemente incluso en ese momento, estaban en el nivel en el que lo hubieran hecho de haber tenido la oportunidad, y Dios sabía que lo harían en el futuro, por lo tanto se consideraba como si ya tuvieran ese mérito.
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