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Los judíos de Masada enfrentaron un dilema trágico: rendirse y convertirse en esclavos de los romanos, o suicidarse y privar a los romanos de su victoria.
Los judíos que estaban en la fortaleza de Masada luchando contra las poderosas legiones romanas enfrentaron un trágico dilema. ¿Debían rendirse y convertirse en esclavos y víctimas de los romanos, o debían suicidarse y privar a los romanos de su victoria?
Esta pregunta ha sido debatida durante siglos y fue relevante para los judíos a lo largo de nuestra historia. Vamos a analizar este tema controversial y de gran carga emocional desde la perspectiva de la ley y la ética judía.
Vista aérea de Masada y el camino de la serpiente desde el noreste. Oficina de prensa del gobierno de Israel.
Masada es una fortaleza ubicada sobre una meseta en pleno desierto de Judea y uno de los lugares turísticos más populares de Israel. El sitio fue excavado por primera vez por el gran arqueólogo (y general) israelí Yigal Yadin entre 1963 y 1964.(1) La extraordinaria belleza natural y las magníficas ruinas de la fortaleza ocultan una dramática y espeluznante historia de heroísmo, desesperación y destrucción.
Después de que las legiones romanas destruyeran el Segundo Templo y vencieran a los judíos, hubo algunos judíos que siguieron luchando por la independencia. La más famosa fue la revuelta de Bar Kojba, que comenzó en el año 132 EC, pero antes hubo otros focos de resistencia en Israel. Uno de estos focos de resistencia fue Masada, donde aproximadamente 1.000 personas, los combatientes, conocidos como sicarii(2) o zelotes, y sus familias, se atrincheraron para resistirse al dominio romano.
El líder era Eliézer ben (hijo de) Yair, y el año de la revuelta fue el 73 EC, tres años después de la destrucción del Templo. Masada contaba con abundantes suministros de alimentos, enormes cisternas para almacenar agua, y su ubicación era estratégicamente ideal para un largo sitio. Los romanos rodearon la fortaleza, levantaron un enorme campamento militar en la base de la montaña y construyeron una enorme rampa para permitir el acceso de sus tropas y máquinas de asedio a los muros de Masada. Las ruinas del campamento y de la rampa aún pueden verse en la actualidad, testimonio de las habilidades de ingeniería de las legiones romanas.(3)
La historia, tal como la relató el historiador romano-judío Josefo Flavio, es que el líder de los sicarii, Eliézer ben Yair, comprendió que sólo era una cuestión de tiempo hasta que los romanos lograran abrir una brecha en las murallas de Masada. Él reunió a su gente y dio un discurso inspirador alentándolos a llevar adelante un suicidio masivo, negándoles de esa manera la victoria a los romanos. Aunque no está claro cómo Josefo supo los detalles,(4) de todos modos él "transcribe" el discurso de Eliézer.
Mis generosos amigos, puesto que nosotros resolvimos hace mucho tiempo no ser nunca siervos de los romanos ni de nadie fuera de Dios mismo, que es el único Amo justo y verdadero de la humanidad, ha llegado el momento que nos obliga a hacer verdad en la práctica a esa resolución…
Fuimos los primeros que nos rebelamos contra ellos, y somos los últimos que luchamos contra ellos, y no puedo sino considerar como un favor que Dios nos ha concedido, que todavía esté en nuestro poder elegir morir valientemente y en un estado de libertad, lo cual no fue el caso para otros, que fueron conquistados de forma inesperada. Está claro que seremos capturados dentro de un día, pero aún podemos elegir morir de forma gloriosa, junto a nuestros amigos más queridos. Esto es lo que nuestros enemigos no pueden impedir de ninguna manera, aunque deseen capturarnos vivos…
Que nuestras mujeres mueran antes de ser maltratadas y nuestros hijos antes de probar la esclavitud. Y después de haberlos matado, concedámonos mutuamente ese glorioso beneficio y conservémonos en libertad, como un excelente monumento funerario.(5)
Existen algunas pruebas circunstanciales (y muy discutidas) del pacto suicida que adoptaron los zelotes. Yadin encontró cientos de restos de piezas de arcilla inscriptos con nombres hebreos, con diversos símbolos junto a los nombres, Se conjetura que se trata de la lotería utilizada para decidir quién mataría a otros, quién sería asesinado y quién quedaría para suicidarse.(6)
Cientos de restos de piezas de arcilla con nombres. Entre ellos se destaca un grupo con nombres y apodos, incluyendo el nombre "Ben Yair".
En la cultura moderna israelí, las acciones de los zelotes son consideradas heroicas y valientes. Masada fue elegida como uno de los lugares en los que los soldados reciben sus boinas y prestan juramento al finalizar el entrenamiento básico. El lema "Masada no caerá por segunda vez" es un eslogan no oficial del ejército israelí(7) y la historia de los zelotes ha sido recordada en libros, películas y canciones.
En contraste, la Mishná,(8) el texto básico de la ley judía, se escribió en Israel unos 100 años después del asedio de Masada, y sin embargo no menciona a Masada. El Talmud de Jerusalem(9) y el Talmud de Babilonia(10) contienen amplios debates sobre la destrucción del Templo, la guerra con los romanos y la revuelta de Bar Kojba, pero no dicen anda sobre Masada.
En un artículo enfocado en esta ausencia, el Dr. Bernard Heller escribió: "La ausencia total en el Talmud de cualquier referencia al heroísmo de los defensores de la fortaleza de Masada es desconcertante. Su valentía contra el ataque enemigo y su determinación a no caer cautivos de los romanos deberían haber suscitado elogios por lo menos paralelos a los evocados por las víctimas de Beitar (Talmud de Jerusalem Taanit, cap. 4; Talmud de Babilonia, Guitin 57-58). En cambio, somos testigos de un absoluto apagón del episodio en toda la tradición talmúdica y midráshica".(11)
El Dr. Heller sugiere que el silencio talmúdico fue una protesta contra la violencia y el extremismo de los sicarii o su desaprobación al suicidio masivo (y asesinatos) que transgreden la ley judía.(12)
Otra posibilidad es que los Sabios del Talmud desconocieran los detalles precisos de la historia, siendo que la única fuente es el cuestionable "testimonio" de Josefo. Sin saber la motivación ni las circunstancias del suicidio, posiblemente sin ni siquiera estar seguros de que hubiese ocurrido, los Sabios no estuvieron dispuestos a discutir un tema que no podían aprobar ni criticar. Sin embargo, el Dr. Shubert Spero, un profesor de pensamiento judío en la universidad Bar Ilán, no ve ningún significado en la ausencia de Masada en el Talmud, y de hecho no le parece "sorprendente", ya que como él escribe, "el Talmud no es una crónica sistemática de eventos históricos".(13)
Los eruditos, éticos e historiadores judíos debaten respecto a si los actos de los zelotes fueron justificados, permitidos, obligatorios o prohibidos por la ley judía. Muchos conocen la idea judía sobre el suicidio como un anatema y un grave pecado. El texto en Génesis(14) "la sangre de las almas de ustedes la reclamaré" es entendida por el Talmud como una advertencia contra el suicidio. Como dice el Talmud: "…está prohibido que la persona se lastime a sí misma… y la sangre de las almas de ustedes la reclamaré". Rabí Elazar explicó: " De sus almas requeriré su propia sangre"(15).
¿Hay alguna circunstancia en la que la ley judía permita el suicidio? Hay tres pecados por los cuales un judío debe estar dispuesto a morir antes que transgredirlos: asesinato, idolatría e inmoralidad sexual.(16) Sin embargo, estos casos permiten que uno se deje asesinar por el enemigo u opresor, no cometer suicidio. De hecho, la persona está obligada a preservar al vida y, en general, está prohibido dejarse martirizar cuando no lo prescribe la ley.(17)
Los textos legales judíos se basan en un famoso caso de suicidio en el Libro de Samuel, cuando el rey Sául estaba en guerra con los filisteos. El texto bíblico relata que Saúl se encontraba en el monte Guilboa, malherido por los arqueros enemigos.
Los filisteos pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Guilboa. Y os filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron las flechas, y fue gravemente herido por los arqueros. Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. Así murió Saúl en aquel día, junto con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus hombres.(18)
El rey Saúl no sólo no es criticado por haber cometido suicidio, sino que el pueblo judío es criticado por no hablar debidamente en su honor,(19) y una fuente Midráshica sostiene que el versículo prohibiendo el suicidio no incluye un caso como el del rey Saúl.(20)
Los factores tenidos en cuenta para justificar el suicidio del rey Saúl pueden ser relevantes en Masada. Hay tres perspectivas principales:
Como queda en evidencia a partir del discurso de Eliézer, si aceptamos la versión de Josefo, a él le preocupaba que los romanos los usaran para ponerlos de ejemplo, que torturaran y abusaran de los luchadores, de sus esposas e hijos, y de esta manera crearan una "profanación del Nombre de Dios". Los zelotes también sabían que el fin se aproximaba, podían ver avanzar rápidamente a los romanos por la rampa con sus legiones y sus equipos de guerra, y sabían que no sólo los matarían sino que probablemente los torturarían hasta matarlos. Por lo tanto, por lo menos dos de los conceptos aplicados al caso del rey Saúl serían relevantes también en Masada.
Hay otra idea que se menciona para justificar los suicidios de Masada, algo que lamentablemente tiene muchos precedentes en la historia judía. Muchas autoridades sostienen que no sólo uno debe estar dispuesto a morir para evitar cometer uno de los tres pecados capitales, sino que si se sospecha que el enemigo usará torturas para obligarlo a transgredir, de hecho debe suicidarse para evitar esa eventualidad. La tortura se considera un desafío mucho mayor que el martirio, e incluso quien está dispuesto a morir por una causa, puede no soportar la prueba de la tortura.(24)
Uno de los cálculos que hizo Eliézer fue: "Que nuestras mujeres mueran antes de ser abusadas y nuestros hijos antes de sentir el sabor de la esclavitud". Puede haber tenido en mente que bajo tortura las mujeres y los niños, y probablemente también los guerreros, podían ser obligados a contravenir los más terribles pecados del judaísmo.
Un trágico precedente de esto lo encontramos en el Talmud, donde se relata la siguiente historia de la época de la destrucción romana del Templo:
Hubo un incidente con cuatrocientos jóvenes y jovencitas que fueron tomados cautivos con el propósito de prostituirlos. Estos niños percibieron lo que esperaban que hicieran y dijeron: Si nos suicidamos y nos ahogamos en el mar, ¿tendremos vida eterna en el Mundo Venidero? El mayor de los niños dijo el versículo: "Dios dijo… Yo los sacaré de las profundidades del mar" (Salmos 68:23). Cuando las niñas oyeron eso, saltaron al mar. Los varones concluyeron que a fortiori también ellos debían hacerlo, y también saltaron al mar.(25)
Los comentaristas señalas que los niños comprendieron que probablemente serían torturados para someterse y por lo tanto tenían permitido, y posiblemente estaban obligados, a cometer suicidio.(26)
Si Eliézer y los zelotes sospechaban, con buenas razones, que los romanos los torturarían y los obligarían a cometer actos de idolatría, inmoralidad sexual y derramamiento de sangre, era adecuado suicidarse para evitarlo.
En un momento posterior de la historia, durante la primera cruzada (fines del siglo XI, comienzos del siglo XII EC), muchos judíos de la región de Renania fueron asesinados por los cruzados y muchos fueron torturados hasta que se sometieron al bautismo. Tanto en las crónicas judías como en las de los cruzados consta que muchos judíos se suicidaron para evitar ser torturados hasta cometer apostasía.(27) Estos actos fueron justificados por numerosos rabinos judíos medievales de la época.(28) Esta justificación por cierto puede aplicarse también a Masada, especialmente dado que era uno de los últimos puntos de rebelión que quedaban contra el imperio y no podían esperar recibir misericordia por parte de las legiones romanas.
Judíos quemados vivos durante la Primera Cruzada
Con respecto a matar a otros, como a las esposas e hijos de los guerreros zelotes, esto es algo mucho más grave. El suicidio es una cosa, e incluso matarse a uno mismo requiere un racional legal y ético de las Escrituras y la ley judía. Matar a otro no puede inferirse automáticamente de los sucesos previamente descriptos. Durante las Cruzadas esto ocurrió y provocó un debate(29) que continúa hasta la actualidad respecto a si esos actos pueden llegar a estar justificados.(30)
Rav Shlomo Goren fue Capellán del ejército de Israel y luego fue Gran Rabino de Israel. Él ofició en el entierro de los restos de los mártires de Masada. En un detallado análisis legal sobre el suicidio de Masada, Rav Goren llegó a la conclusión de que los zelotes estaban justificados por la ley judía y escribió las siguientes conclusiones:
Funeral de los restos humanos encontrados en Masada, 1969
El precedente para una perspectiva que permite el suicidio ante situaciones extremas citado por Rav Goren fue tomado de las palabras del gran sabio medieval español, Najmánides: "También encontramos el caso de grandes individuos que cometieron suicidio ante situaciones extremas, tal como el rey Saúl de Israel, quien se suicidó. Sin embargo, en su caso tenía permitido hacerlo".(32) Esta idea es citada en el Código de Ley Judía como autorizada, y nos informa que no debemos juzgar duramente a quien comete suicidio bajo condiciones extremas, como el rey Saúl,(33) y yo agregaría, como en el caso de Masada.
Es demasiado sencillo para nosotros aquí sentados frente a nuestras computadoras, con el estómago lleno, seguros y libres, juzgar los actos de personas sometidas a circunstancias extremas, casi apocalípticas. Sin embargo, creo que debemos analizar la historia de Masada porque sus lecciones tienen ramificaciones en la ley y la ética judía que se aplican a sitaciones militares y de seguridad actuales. Debemos examinar estos episodios históricos sin juzgar a los participantes, pero con un ojo crítico sobre los aspectos éticos y legales de la historia.
El pueblo judío ha soportado muchas "Masadas", muchas cruzadas y muchas persecuciones. Hemos regresado a la Tierra de Israel y nuevamente escalamos Masada, pero esperamos que Masada siga siendo sólo un sitio turístico, una maravilla arqueológica, y que todas sus lecciones sean sólo teóricas.
Notas:
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