La juventud de Iosef

15/12/2024

4 min de lectura

Vaieshev (Génesis 37-40 )

Bereshit 37:2: "Estas son las generaciones de Iaakov: a los diecisiete años de edad, Iosef era pastor del rebaño con sus hermanos, y él era joven, con los hijos de Bilhá y los hijos de Zilpá, las esposas de su padre…

Rashi, 37:2: Vehu naar-Y él era joven: "Adoptaba comportamientos propios de la juventud, como arreglarse el cabello y retocarse los ojos para parecer más apuesto.

La porción de la Torá comienza describiendo a Iosef como un joven. Rashi, basado en el Midrash, explica que esto significa que Iosef actuaba de forma inmadura, como un jovencito, se acomodaba el cabello y se retocaba los ojos para verse más buen mozo. Iosef tenía sólo 17 años en ese momento, pero es difícil aceptar el entendimiento superficial de este Midrash respecto a que Iosef era extremadamente vano. Nuestros Sabios le dieron a Iosef un título sin paralelo: "el justo", y nos dicen que se asemejaba a Iaajov en todos los aspectos. Todavía más, sabemos que Iosef manifestó un autocontrol sobrehumano ante las tentaciones que enfrentó en su tiempo en Egipto. Por lo tanto, parece descabellado creer que simplemente se dedicaba a embellecerse por pura vanidad.

Los Sabios vuelven a acusarlo de actuar de forma vana y juvenil varios años después, cuando llegó a una posición prominente en la casa de Potifar, un poderoso ministro de Egipto. La Torá dice que Iosef era hermoso(1) y Rashi, citando nuevamente un Midrash, dice que "desde que se vio a si mismo gobernando, comenzó a comer y a beber y a rizarse el cabello". El Santo, Bendito Sea, le dijo: '¿Tu padre está de luto y tú te rizas el cabello?'". En este momento, Iosef ya no era tan jovencito, sin embargo se lo sigue acusando de embellecerse y nuevamente cuesta creer que lo hiciera por pura vanidad.

Rav Shimon Schwab(2) ofrece una idea muy interesante que nos ayuda a entender este problema. Él explica qué quiere decir la Torá cuando describe a Iosef como un "joven". Rav Schwab señala que la Torá también usa este término en Vaishlaj con respecto a Shejem, el hijo de Jamor. Cuando le ofrecieron la oportunidad de casarse con Dina si se circuncidaba a sí mismo y a todo su pueblo, Shejem aceptó ansiosamente la oferta. La Torá nos dice: "Y el 'joven' no tardó en llevar a cabo el asunto (de la circuncisión) porque deseaba a la hija de Iaakov". No sabemos con certeza la edad que tenía Shejem en ese momento, pero parece claro que no era un muchacho joven, y sin duda se lo consideraba una persona distinguida. Rav Schwab sugiere que su descripción como joven simboliza la impetuosidad de la juventud. Los jóvenes tienden a ser más impacientes y son propensos a actuar impulsivamente, apresurándose a tomar un curso de acción sin considerar adecuadamente las consecuencias. Ese fue el error de Shejem: estaba tan impaciente por casarse con Dina, que se precipitó a aceptar un acuerdo de su nación con los hijos de Iaakov, sometiéndolos a todos a la circuncisión sin considerar los posibles riesgos de esa decisión. Por eso se lo llama 'joven'.

Cuando los Sabios dicen que Iosef actuó como un 'joven', aluden a que en cierto nivel cayó presa del mismo error de impaciencia que puede llevar a un comportamiento impulsivo. Iosef había visto correctamente en sus sueños que estaba destinado a reinar sobre sus hermanos. Una de las leyes de la monarquía es que el rey debe ser físicamente prominente, como dice el Naví: "Un rey en su gloria contemplarán vuestros ojos".(3) En este sentido, la Guemará(4) declara que un rey debe arreglarse el cabello cada día: él representa al pueblo y debe tener una apariencia apuesta que el pueblo pueda respetar. Iosef ya se veía a sí mismo como un monarca desde la temprana edad de 17 años, y en consecuencia se arreglaba el cabello. No por vanidad, sino como reconocimiento de la importancia de que un rey tuviera un aspecto noble. El problema fue que se viera a sí mismo como gobernante de sus hermanos antes del momento adecuado para que se desarrollara esa relación. Por lo tanto, su error fue una evaluación prematura de su rol como rey. En cierto grado, actuó por impaciencia, en consecuencia actuó impulsivamente, sin reconocer los peligros potenciales de comunicarse con sus hermanos como si ya fuera su rey.

Algún tiempo más tarde, cuando logró su posición de liderazgo en la casa de Potifar, Iosef volvió a arreglarse el cabello, porque nuevamente pensó que era el momento de actuar como el rey que estaba destinado a ser. Pero una vez más fue prematuro, y ese es el comportamiento prematuro por el que el Midrash le atribuye a Iosef la cualidad de ser "joven".

Vemos que la juventud se caracteriza por la impaciencia y la impetuosidad, a veces actuar sin considerar las consecuencias de nuestras acciones a largo plazo. En contraste, el Tanaj usa la palabra zaken, que normalmente significa "anciano", para referirse a un erudito. Y un aspecto del Anciano es la cualidad de la paciencia, y un enfoque meditado de las decisiones. En este sentido, nuestros Sabios nos dicen que una de las definiciones del hombre sabio es que ve los resultados de sus decisiones a largo plazo.(5) Es evidente que Iosef se convirtió en un hombre muy sabio en este sentido, así como de acuerdo con la interpretación tradicional, en cuanto que todas sus acciones como virrey de Egipto tenían en mente el bienestar del pueblo judío a largo plazo y preparó el camino para hacer que su próximo exilio fuera lo más soportable posible.

El ejemplo de Iosef nos enseña las trampas de la impulsividad y la importancia de actuar con previsión. Que tengamos el mérito de aplicar estas lecciones a nuestras vidas.


  1. Bereshit 39:6
  2. Meeyn Beit Shoeva, Vaieshev 37:2. Citado por Rav Isasjar Frand
  3. Ieshaiá 33:17
  4.  Sanedrín 22b
  5. Tamid 32a
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