Un mensaje para los jóvenes judíos de hoy

26/05/2025

3 min de lectura

Dentro de ustedes reside la fuerza de generaciones. Enfrenten el mal y desafíen la desesperación. Levántense y lideren con claridad moral.

Queridos jóvenes judíos:

El mundo está patas arriba. En todo el planeta reina una oscura confusión sobre lo que es el bien y el mal. Manifestantes marchan en apoyo a terroristas que han asesinado, violado a mujeres y tomado rehenes inocentes. Presidentes de universidades y profesores defienden el odio en nombre de la libertad de expresión. Los estudiantes destruyen violentamente sus campus, agreden a estudiantes judíos y arruinan las ceremonias de graduación esparciendo calumnias sangrientas contra el pueblo judío.

Aquellos que claman por “la erradicación total de la civilización occidental” mientras viven cómodamente en Occidente se han convertido en los idealistas de una nueva generación. Una joven pareja es asesinada en las calles de la capital de Estados Unidos. El asesino grita: “¡Palestina libre!” y es aclamado en las redes sociales. Mensajes como “Necesitamos más Elias Rodríguez en este mundo” y “Por cualquier medio necesario, incluso la lucha armada” me hielan la sangre. Estamos presenciando la radicalización de la juventud.

Ustedes han sido testigos de las celebraciones tras la masacre del 7 de octubre. Bebés fueron quemados y hubo júbilo en las calles. Han oído voces gritar “globalicen la intifada”. Trágicamente, ahora comprenden lo que eso significa. El terror ha llegado a nuestras costas.

Lamento que el antisemitismo virulento se haya convertido en una realidad. Ustedes seguirán sus sueños mientras el mundo que los rodea se convierte en una pesadilla. Entrarán al mercado laboral, seguirán sus carreras, sin saber si la persona sentada a su lado desea verlos muertos. Construirán nuevos hogares, traerán niños inocentes al mundo, conscientes de que, en cualquier momento, un demente puede escupir su odio y hacerlos sentir impotentes ante el mal que los rodea.

Pero en lugar de lástima, les ofrezco mis palabras de fortaleza.

Están a punto de entrar en la lucha de sus vidas. Enfrenten la oscuridad con luz. Párense firmes, erguidos, y sepan que llevan consigo una rica herencia de compasión, valores, claridad moral y amor por la humanidad.

No siempre tenemos la oportunidad de marcar una diferencia. Este es su momento. Su voz es necesaria. Hablen. No guarden silencio ante el odio. Eduquen a otros. Cuenten su historia, la historia de nuestro pueblo. Hemos recorrido los cuatro rincones de la Tierra, sufrido toda forma de persecución: pogromos, inquisiciones, cámaras de gas, atentados suicidas, masacres... Y sin embargo, aquí estamos. Somos un milagro, llevando nuestra sabiduría y valores a cada país en el que hemos estado. Hemos regresado a la tierra de nuestros antepasados tras miles de años, a través de grandes sacrificios y lágrimas. Somos una nación que busca la paz, pero desafiaremos al mundo y lucharemos tercamente por vivir.

Edúquense. Aprendan sobre su rica historia, su herencia, su derecho de nacimiento. Manténganse conectados. Su familia, sus amigos y su fe son fuentes de fortaleza. No den por sentado su judaísmo. Las velas del Shabat les brindarán consuelo. Sus tradiciones y festividades los llenarán de fuerza. Comprenderán que son parte de una nación resiliente que nunca se rindió, ni siquiera ante los desafíos más grandes.

Apóyense en mí. Comparto con ustedes mi espíritu. Crecí en un hogar donde ambos padres triunfaron sobre los tiempos más oscuros. Toda la familia de mi padre fue asesinada en el Holocausto, mientras que él sobrevivió milagrosamente, aferrado a su fe. Mi madre fue empujada a un vagón de ganado cuando era una niña y llevada a Bergen Belsen. Cada día, de pie en el recuento, cubierta de piojos y llagas, hambrienta y congelada, sabía una verdad. Miraba a los guardias nazis y decía: “Gracias a Dios soy hija de mi pueblo, vengo de profetas y reyes, y no soy uno de ustedes”.

Mi vida fue impregnada del legado de mis padres: vivir con sentido y misión. He visto lo que significa tener fe bajo fuego, crear vida tras la pérdida y atreverse a mirar al mal a los ojos y superar a los que odian.

Estén orgullosos de sus raíces. Tienen un papel vital que desempeñar. Se levantarán, no tengo ninguna duda. Harán una diferencia por nuestro pueblo, porque el mundo necesita urgentemente que el bien prevalezca.

Dejen su huella. Manténganse fuertes. Sepan que no están solos. Esta es la lucha de sus vidas.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
1 Comment
Más reciente
Más antiguo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Moisés
Moisés
5 meses hace

Realmente inspirador.

EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.