La mujer que no le dio la mano a Biden

18/07/2022

3 min de lectura

La estrella del pop israelí desencadenó una tormenta. Ella sólo fue fiel a sí misma.

El presidente de los Estados Unidos extendió su mano a Yuval Dayan, la popular cantante israelí que acababa de cantar "Lu iehí - Let it be" en la residencia del presidente de Israel. Pero en vez de estrecharle la mano, ella sonrió e hizo una reverencia respetuosa.

El acto público de recato de Dayan despertó un intenso debate en las redes sociales y ocupó los titulares de las noticias en Israel. Algunos rabinos la elogiaron por adherirse públicamente y con orgullo a la ley judía, la cual puede interpretarse como prohibiendo que una mujer estreche la mano de un hombre que no sea su esposo o un pariente cercano. Estos rabinos consideran que Dayan sirve como un modelo a seguir por otras mujeres. En contraste, algunas feministas consideran que Dayan se doblega a un patriarcado que cosifica los cuerpos de las mujeres. De acuerdo con las feministas, ella acepta la idea de que las mujeres "piden" ser acosadas sexualmente a través de su comportamiento, incluso si se trata sólo de un apretón de manos.

La opinión de Dayan es diferente: "Yo sólo quise representar a nuestro país con dignidad y mantenerme fiel a mis valores como una mujer judía religiosa".

La decisión de Dayan de actuar de acuerdo con las opiniones rabínicas que prohíben a la mujer estrechar la mano de un hombre, incluso si ese hombre es el presidente de los Estados Unidos, aparentemente es parte de su propia búsqueda de autenticidad y de ser fiel a lo que ella verdaderamente es.

En una nueva canción que presentó el mes pasado, ella deja esto claro. Ella canta sobre sus humildes comienzos y su lucha para acercarse al judaísmo y a la ley judía a pesar de las tentaciones que acompañan el estrellato. La canción habla de la autenticidad y de ser fiel con lo que eres.

Juzgando a partir de sus comentarios y de su última canción, Dayán, cuyos dos primeros álbumes fueron platino en Israel, no estaba tratando de hacer alguna clase de declaración respecto a cómo deben comportarse las demás mujeres, como sugirieron algunos rabinos. Ni tampoco se estaba subyugando ciegamente al "patriarcado". Más bien, estaba haciendo algo mucho más realista: permanecer fiel a sus valores y creencias, incluso cuando la convención social dictaba que debía comportarse de otra manera.

La popular estrella pop israelí, Yuval Dayan

Una de las principales lecciones del movimiento "Me too" es la importancia de mantener un sentido de autonomía y fuerza frente a la presión de figuras poderosas o normas corruptas. Para vivir una vida moral, es esencial tener el coraje de defender las propias creencias y valores, incluso cuando eso sea impopular u objetable para los demás, o cuando uno se ve obligado a pagar un precio por hacerlo.

Yuval Dayan hubiera podido darle la mano al presidente de los Estados Unidos. Ese hubiera sido el camino más fácil. Peor ella se apegó a sus principios. Ella estuvo dispuesta a arriesgarse a cualquier reacción y controversia posterior para mantenerse fiel a sus valores. Ella también había informado previamente al equipo del presidente de Israel respecto a su compromiso con su fe religiosa.

Algunos pueden criticarla por haber tomado una postura demasiado estricta sobre el tema de dar la mano (algunos rabinos lo permiten en una situación como esa), o por su supuesta subyugación a aquellos que consideran que la mujer es responsable si es acosada sexualmente. Pero muchos, me incluyo, la respetamos por ser auténtica y fiel a sí misma.

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