¿Qué perspectiva judía podemos aprender de los árboles?

11/02/2025

3 min de lectura

¿Te sientes estancado? No desesperes, Tu Bishvat está aquí.

El día 15 del mes de shvat, Tu Bishvat, se conoce como el Año Nuevo de los Árboles. Hablando estrictamente, este título marca una distinción legal relacionada con las leyes del diezmo en la Tierra de Israel. Los diezmos deben separarse de cualquier fruto cultivado en Israel antes de que pueda ser consumido. En un año determinado, los frutos tomados como diezmo de un árbol pueden representar a los otros árboles de la misma clase que tiene el propietario. Sin embargo, los frutos de un año no pueden ser usados como diezmo para la cosecha del siguiente año.

La tradición enseña que el nuevo año para los frutos comienza el 15 de shvat, porque para entonces la mayoría de las lluvias de invierno habrán pasado y comenzó a fluir la savia del nuevo crecimiento: el árbol dormido se despierta de su sueño invernal. Un árbol que florece antes de Tu Bishvat se considera fruto del año anterior; si florece después de Tu Bishvat, pertenece al nuevo año.

Aparte de la importancia de este día en relación con el diezmo, no hay fuente en el Talmud o Midrash que sugiera una celebración oficial de Tu Bishvat. Sin embargo, en fuentes posteriores encontramos muchas costumbres relacionadas con la celebración de Tu Bishvat: la práctica de comer varios frutos; la costumbre de vestirse con ropa de Shabat para el Año Nuevo de los Árboles, ya que la Torá compara al ser humano con un árbol (Deuteronomio 20:19).

Examinemos la comparación entre el hombre y los árboles para entender el mensaje que Tu Bishvat tiene para la humanidad.

El árbol pasa por ciclos a lo largo de su vida. El árbol cargado de frutos en verano se vacía de ellos en otoño, y luego lentamente pierde sus hojas, una por una. Para cuando llega el invierno, el árbol ha perdido su previo esplendor. A efectos prácticos, parece haber muerto.

Pero entonces llega Tu Bishvat. En medio de los fríos días de invierno, cuando toda la vegetación parece congelada o muerta, la savia del árbol comienza a fluir por debajo de la corteza. Subiendo lentamente desde las raíces enterradas en el suelo endurecido, la savia se abre paso, bombeando nueva vida en las ramas que se elevan hacia los cielos.

En la vida, también nosotros pasamos por ciclos de crecimiento. Los períodos de renovación y crecimiento pueden alternar con momentos de estancamiento o letargo. Rav Shlomo Wolbe dice que este ciclo es parte de la naturaleza humana. Él agrega que una persona no debe desilusionarse cuando el crecimiento espiritual parece detenido; el período "bajo" será seguido por uno "alto" que traerá nuevas oportunidades de crecimiento.

Ese es el mensaje de Tu Bishvat: incluso cuando nos sentimos letárgicos, atrapados en una rutina, y parece que hemos perdido el impulso para lograr algo, no debemos desesperarnos. Así como el invierno es una pausa anual en el ciclo de vida de los árboles, también los periodos de letargo y falta de productividad son fases necesarias en el ciclo humano. Tal como con la llegada de la primavera la savia vivificadora se mueve imperceptiblemente a través de los árboles hacia las ramas que se extienden hacia el cielo, también nosotros tendremos nueva energía desde lo más profundo de nuestros reservorios espirituales, siempre y cuando demos prioridad a nuestra meta.

Es necesario brindar el cuidado y el mantenimiento apropiado

Hay otro mensaje en el Año Nuevo de los Árboles. Rav Guedalia Schorr señala una diferencia entre los árboles y las plantas anuales. Aunque los árboles requieren algo de mantenimiento regular, producen frutos cada año sin necesidad de ser plantados de nuevo. Las plantas y vegetales, por otro lado, deben ser sembrados nuevamente cada año para que puedan crecer.

Pero si un árbol no recibe el cuidado adecuado, morirá. El hombre es como el árbol. Con buen mantenimiento, no necesitamos empezar de nuevo desde cero con cada objetivo que nos proponemos. Podemos construir sobre los logros pasados para llegar aún más lejos. Pero, como el árbol, necesitamos el cuidado adecuado para evitar daños espirituales y para volver a crecer.

Tu Bishvat nos inspira a recordar nuestra similitud con el árbol. Debemos ser cuidadosos en protegernos a nosotros mismos, para poder esforzarnos por llegar a logros mayores sin tener que empezar siempre desde cero.


Tomado de "Power Lines" reflexiones e ideas sobre las festividades judías. (Targum Press)

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