La receta de caldo de pollo de mi mamá, versión 2.0

04/11/2022

3 min de lectura

Esta receta es una amalgama de la sabiduría trasmitida por mi madre, intuición culinaria y un poco de mi búsqueda en Google.

Esta receta es una amalgama de la sabiduría trasmitida por mi madre, intuición culinaria y un poco de mi búsqueda en Google. Se basa principalmente en huesos de pollo guardados en el congelador y restos de verduras.

Yo guardo los huesos de todos los pollos que cocino durante el mes y todas las puntas de zanahorias, corazones de cebollas y cáscaras de ajo cuando preparo las cenas (¡Sí! ¡Incluso las cáscaras!). Las cáscaras de cebolla y ajo contienen vitaminas A, C, E y un montón de antioxidantes.


¿Sabías que la Cábala considera que comer es un poderoso acto espiritual? La Cábala enseña que comer conscientemente ayuda a elevar toda la cadena alimenticia. Aquí puedes encontrar más ideas e inspiración.


La receta puede incluir de todo porque al final cuelas los ingredientes y el caldo extrae todos sus sabores. ¿No tienes hojas de laurel? Reemplázalas con tomillo, eneldo u otra hierba que prefieras. ¿No tienes suficientes restos de verduras? Siempre puedes usar verduras frescas y enteras. Como experta pastelera, me encanta seguir una receta estricta, pero este no es el momento para preocuparse por cucharaditas y gramos. La idea es construir el mayor sabor posible con todas las sobras o lo que tengas en tu despensa. #cerodesperdicio

INGREDIENTES

  • 2 kilos de huesos de pollo, preservados en el congelador
  • 6 litros de agua o suficiente para cubrir los huesos
  • 4 zanahorias
  • 2 tazas de restos de cebolla, suficiente para armar unas 2 cebollas (o usa 2 cebollas frescas, sin pelar y cortadas en 4)
  • 2 tallos de apio
  • 1 cabeza de ajo, sin pelar y cortada por la mitad a lo largo (alrededor del “ecuador”), más cualquier cáscara de ajo
  • Otros restos de verduras que hayas preservado en tu congelador
  • 2 hojas de laurel
  • 5 ramitos de perejil
  • 4 ramitos de tomillo
  • 1 cucharada de granos de pimienta negra
  • 1 cucharada de sal gruesa
  • 1 cucharada de sidra de manzana o vinagre de vino blanco

PREPARACIÓN

  1. Colocar los huesos de pollo, agua, zanahorias, restos de cebolla, apio, ajo, cualquier resto extra, hojas de laurel, perejil, tomillo, granos de pimienta y sal en una olla grande para caldo (probablemente la más grande que tengas). Llevar el agua a hervor a fuego alto, luego bajar el fuego y dejar que siga hirviendo.
  2. Después de unos 20 minutos, con un colador fino o una espumadera grande, sacar toda la espuma que aparezca en la superficie. Agregar el vinagre.
  3. Dejar hervir el caldo hasta 8 horas, tapado. Revisarlo periódicamente para asegurar que se mantiene en hervor.
  4. Colar con cuidado a través de un colador de malla fina, reservando el caldo en una olla limpia. Descartar los ingredientes sólidos, que ya han dado todo su sabor y nutrientes (ayudados por el vinagre) al caldo. Dejar enfriar el caldo.
  5. Sacar toda la grasa que se solidifique en la superficie (esta grasa puede guardarse en el refrigerador o congelador y usarla en vez de margarina para asar verduras o para muchos otros usos). Si se va a usar el caldo inmediatamente, volver a colocarlo en el fuego y llevar a hervor. Sazonar con sal a gusto y agregar verduras cortadas pequeñas. Hervir unos 10 minutos, hasta que las verduras estén blandas. Este caldo también es una base excelente para hacer sopa con kneidalaj (bolitas de matzá). El caldo puede guardarse en el refrigerador hasta cinco días o congelado hasta tres meses.
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