La verdadera historia de Moshé

09/04/2025

7 min de lectura

No te quedes sólo con lo que viste en la serie de Netflix. Esta profunda exploración sobre Moshé ofrece una imagen más precisa del líder más grande del pueblo judío.

"Testamento: La Historia de Moshé", la serie de Netflix sobre la vida de Moshé, es muy popular y ha recibido excelentes críticas. Pero mejor, sumerjámonos en las antiguas fuentes judías, tanto textuales como orales, que brindan una imagen más precisa del líder más grande del pueblo judío.

También tengo otro motivo. Cuando veo una película o documental, las imágenes tienden a quedar grabadas en mi mente y, en lugar de que mi imaginación permanezca libre, siempre pensaré en Harry Potter como un niño de 12 años, Daniel Radcliffe, en James Bond como Roger Moore y en Charlton Heston como Moshé. Prefiero que mis impresiones sobre Moshé provengan del texto de la Torá, que a fin de cuentas se conoce como los Cinco Libros de Moshé, y de las tradiciones del pueblo judío. Ningún ensayo o biografía (ni serie de Netflix) podría hacerle justicia a Moshé, por lo que he elegido explorar sólo algunas características de su vida con la esperanza de que sigas el consejo del sabio talmúdico Hilel, quien, después de resumir la ética judía en una sola frase, dijo: "El resto es comentario, ¡ve y aprende!"

El extraño comienzo de Moshé 

Lo primero que escuchamos sobre Moshé en la Torá es al comienzo del libro de Éxodo, donde se describe su nacimiento de forma anónima. "Un hombre de la casa de Leví se casó con una hija de Leví y tuvieron un hijo". No se mencionan nombres en absoluto, lo cual es muy inusual en la Torá, especialmente en el libro de Éxodo, cuyo nombre en hebreo es Shemot, que significa "El libro de los Nombres". La historia continúa con "el niño" siendo colocado en una cesta que dejaron flotar por el Nilo mientras "su hermana" (sin nombre) lo observa desde la orilla. El bebé es salvado por –obviamente, sin nombre– "la hija del Faraón". Ella luego llama al niño, "Moshé, porque lo saqué del agua" y contrata a la madre del bebé como cuidadora y nodriza.

El gran pensador y cabalista judío, el Maharal de Praga, sugiere que la razón de la anonimidad es resaltar la inevitabilidad del nacimiento de Moshé, quien sería crucial para la redención de los judíos de Egipto. La ausencia de nombres nos enseña que Moshé no fue el producto de decisiones humanas de esta o aquella persona, sino más bien alguien destinado a nacer para cumplir el plan divino. Sin embargo, esto no explica por qué el nombre por el que siempre se le conoce es el que le dio la hija del Faraón, basado en el hecho de que fue "sacado del agua". El Maharal explica que Moshé representa la antítesis del agua. El agua no tiene forma y se adapta a la forma del recipiente que la contiene. Por lo tanto, en el pensamiento judío representa la materia pura, sin forma, sin propósito ni dirección. Moshé fue la persona que daría forma al "agua" del mundo y le daría forma, propósito y dirección al traer las instrucciones del Creador al mundo.

Moshé fue la persona que daría forma, propósito y dirección al mundo al traer las instrucciones del Creador.

Esta idea se demostró gráficamente cuando el pueblo judío cruzó el Mar Rojo y "el agua se convirtió en una pared a su derecha y a su izquierda". Moshé no se conformaba con el estatus quo y no estaba dispuesto simplemente a dejarse llevar por la corriente. Era alguien que daría forma y propósito a una nación y, a través de ella, daría dirección a toda la humanidad y toda la historia.

Iosefo Flavio, el historiador romano-judío, sostiene que el nombre Moshé proviene del egipcio, mo, "agua" y uses, "sacado de". Un erudito cristiano temprano, Eusebio, sugiere que el nombre de Moshé fue preservado por los gentiles como Musaeus, maestro de Orfeo, de quien obtuvieron su nombre las Musas. La equiparación de Moshé con la transmisión de sabiduría no es en absoluto descabellada. Los Cinco Libros de Moshé, la Biblia Hebrea, contiene dentro de sí todos los grandes temas y problemas de la filosofía y los grandes dramas de la existencia humana. La Torá ha inspirado e influido en el arte, la literatura, la filosofía, la ley y la ética. El libro del erudito de la Universidad Hebrea, Gabriel Sivan, La Biblia y la Civilización, documenta el impacto de la Biblia en el mundo occidental en todas las áreas mencionadas. El subtítulo del famoso libro de Thomas Cahill, El legado de los judíos, es "El modo en que una tribu de nómadas del desierto cambió el modo de pensar y sentir de Occidente". Creo que es adecuado decir que la única persona responsable de transformar a un grupo de esclavos y una "tribu de nómadas del desierto" en un pueblo que impactaría al mundo fue Moshé.

Las 5 etapas del desarrollo de Moshé

Cualquiera sea el significado de su nombre, Moshé fue criado como un egipcio en la corte real del Faraón. Sin embargo, también tuvo la influencia de su madre israelita, Iojeved, como su cuidadora. En cierta medida, Moshé tuvo una educación conflictiva, perteneciendo potencialmente a los opresores, los gobernantes y la estructura de poder de Egipto, pero también potencialmente a los esclavos, los desposeídos y los israelitas impotentes. ¿Cómo se desarrolló Moshé desde su juventud en Egipto hasta convertirse en el legislador y líder de los judíos? Si examinamos el texto, podemos ver claramente cinco etapas en el desarrollo de Moshé hasta convertirse en el más grande de los profetas y el líder del pueblo judío.

Etapa Uno: "Cuando Moshé creció, comenzó a salir hacia su pueblo, y vio su sufrimiento". ¿Con qué aspecto de su origen se identificó? ¿Con la riqueza y el poder, o con los oprimidos y los indefensos? Se identificó con sus hermanos y hermanas, los esclavos. No es difícil simpatizar con la lucha que pudo haber tenido en esta elección, pero, en definitiva, se unió a sus hermanos y hermanas que sufrían.

Etapa Dos: "Un día vio a un egipcio golpeando a uno de sus compañeros hebreos. Miró alrededor, y cuando vio que nadie lo observaba, mató al egipcio y lo escondió en la arena." Moshé no sólo se identificó y simpatizó con sus hermanos, sino que actuó de manera decidida y defendió a su hermano de la opresión violenta de los egipcios. Esto requirió valentía y convicción, y es un paso significativo más allá de la empatía.

Etapa Tres: "Moshé salió al día siguiente y vio a dos hombres hebreos peleando. '¿Por qué golpeas a tu hermano?', le preguntó al que estaba en falta." Moshé luchó por la justicia y contra el mal incluso cuando se trataba de dos personas de su propio pueblo. No sólo le preocupaba una situación de "nosotros contra ellos" y un extraño contra su familia, sino que también le preocupaba el mal dentro del pueblo judío.

La preocupación de Moshé era por la justicia, independientemente de la etnia o nacionalidad.

Etapa Cuatro: Moshé escapó de Egipto y huyó a Midián. Allí fue a un pozo, un lugar natural de encuentro en un entorno desértico, y vio que los pastores trataban de ahuyentar del pozo a las hijas de Itró, un jeque local. "Moshé se levantó, las salvó de los pastores y dio de beber a sus ovejas". Moshé salvó a completos extraños de ser oprimidos por otros. Su preocupación claramente no era étnica, no se trataba sólo de lazos de sangre ni era exclusiva de sus hermanos hebreos. Su preocupación era por la justicia, independientemente de la etnia o nacionalidad.

Etapa Cinco: Moshé finalmente se casó con Tzipora, una de las hijas de Itró, y se convirtió en pastor de las ovejas de su suegro. El texto relata que "Moshé estaba pastoreando las ovejas de su suegro, Itró, el sacerdote de Midián, y llevó el rebaño al borde del desierto, y llegó al monte de Dios". Mientras cuidaba las ovejas, según una antigua tradición judía, fue a recuperar un cordero que se había desviado y lo cargó de regreso al abrevadero y al rebaño. Fue inmediatamente después de este evento que Dios le habló por primera vez. La quinta etapa del desarrollo de Moshé no fue la justicia, sino el desarrollo de la compasión y la misericordia. En este caso, su compasión se extendió, no sólo a los hebreos, y no sólo a los seres humanos, sino incluso a los animales.

Moshé, el líder reacio 

A partir del texto de la Torá, podemos construir una imagen de una de las personas más grandes que haya vivido. Moshé, quien sacó a los judíos de Egipto, quien recibió las tablas de la ley, y de hecho la revelación Divina de la Torá en el monte Sinaí, quien lideró al pueblo judío durante 40 años a través del desierto, es presentado como alguien que se identifica con los oprimidos, lucha por la justicia, defiende a los vulnerables y tiene compasión por todas las criaturas. Todo esto casi lo califica como líder, pero hubo una prueba más de liderazgo que tuvo que pasar.

Durante el famoso incidente de la zarza ardiente, cuando Dios le dijo a Moshé que lo había elegido para enfrentarse al Faraón, para liberar a los judíos de Egipto y ascender al monte Sinaí, Moshé discutió, lo rechazó y se declaró indigno. "Y Moshé dijo a Dios: '¿Quién soy yo para que ir al Faraón?'" Dios lo tranquilizó, pero él siguió discutiendo: "Por favor, Señor mío, no soy un hombre de palabras, ni desde ayer, ni desde que hablaste por primera vez a tu siervo, pues soy torpe de boca y torpe de lengua." "Por favor, Señor mío, envía a quien quieras enviar." Las fuentes judías sugieren que Moshé discutió con Dios durante toda una semana. (¡Cualquiera capaz de discutir durante toda una semana con Dios obviamente es judío!)

El líder potencial que se mira en el espejo y dice: "Soy yo", queda descalificado. El líder reacio está calificado para ser líder.

El líder potencial que se mira en el espejo y dice: "Soy yo" queda descalificado. El líder reacio, Moshé, está calificado para ser líder. Es interesante notar que Moshé no es descripto como poderoso, brillante, sabio o valiente. La única descripción que tenemos de Moshé es: "El hombre Moshé, era el más humilde de todos los hombres sobre la faz de la tierra".

Al final de los Cinco Libros de Moshé, los últimos versículos de Deuteronomio describen la muerte de Moshé. "Así que Moshé, siervo de Dios, murió allí en la tierra de Moab, por boca de Dios. Él [Dios] lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, frente a Beit Peor, y nadie sabe su lugar de sepultura hasta el día de hoy". No hay mausoleo, pirámide, lápida o marcador que indique dónde está enterrado este gran hombre. ¿Por qué Dios escondió la tumba de Moshé?

Un enfoque lo da Rabí Levi ben Gershon, quien escribe: "Si se conociera el lugar de su entierro, las generaciones futuras errarían al convertirlo en un dios, considerando lo que se había publicitado sobre los milagros que él había realizado".

También es posible que un santuario sería un homenaje inferior para Moshé. No podía haber mejor tributo o memorial para Moshé que un pueblo que estudie, aplique y cumpla sus enseñanzas. La literatura judía se refiere a Moshé como Moshé Rabenu, Moshé nuestro maestro. Y como nuestro maestro, en lugar de que las personas se reúnan en su tumba y oren en su santuario, preferiría que nos reuniéramos alrededor de sus palabras y estudiáramos sus enseñanzas.

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Ruth Ezra
Ruth Ezra
6 días hace

Magnífico

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