Las verdaderas heroínas de las FDI: Las esposas de los soldados israelíes

20/03/2025

6 min de lectura

El teniente coronel Itai Naamat, un líder valiente y humilde, dice que su esposa Shimrit es la verdadera heroína.

Como comandante de reserva del Batallón de Apoyo Operativo de la Brigada de la Escuela de Blindados 460, Itai Naamat es responsable de transportar suministros cruciales a las fuerzas de combate que luchan dentro de Gaza.

"Nuestra responsabilidad es suministrarles armas, gas, agua y comida, todo lo que necesitan", dijo Itai en una entrevista con Aishlatino. "Esto no sólo es necesario para su supervivencia, sino que también mejora su moral".

Itai se retiró del servicio activo hace más de 20 años y ahora sirve como reservista. Después del 7 de octubre, sintió que debía luchar nuevamente.

"El 7 de octubre, nadie entendía lo que estaba pasando. Tuve que llevar a 350 soldados a la base en el sur. Todos mis soldados me miraban en busca de respuestas, y yo no tenía ninguna".

El viernes 27 de octubre del 2023, Itai llevó a sus 350 soldados a la batalla. Cantaron el Hatikva, hicieron Kidush y entraron en Gaza.

Aunque a su edad Itai no está obligado a servir, él siente una responsabilidad hacia su país. "Este es mi país. Si yo no lo hago, nadie lo hará. Considera esto: Si hace 80 años le hubiera dicho a mi bisabuelo de Afganistán que yo sería oficial en el ejército israelí, él me habría dicho que estaba loco. Es increíble que hoy el pueblo judío tenga un ejército y pueda protegerse. Yo soy una pieza en la cadena del pueblo judío. Si no lo hago, entonces en 20 o 30 años, los judíos tendrán que volver a los lugares de donde vinieron: Afganistán, Marruecos, Líbano... Pero no nos recibirán, y no tendremos un lugar para vivir. El pueblo judío no tiene ningún país. No tenemos otra opción más que luchar".

Miedo en la batalla 

Aunque Itai muestra un rostro valiente, no siempre ha sido fácil. "Mi momento más aterrador fue cuando perdí a tres soldados en una emboscada de Hamás. Colocaron explosivos cerca de la carretera por donde estábamos viajando y nos disparaban. Perdí a un oficial y dos soldados, Uri Moshé Bornstein, Netanel Hershowitz y Zvi Matitiahu Maranz. Fue devastador".

Después de esa tragedia, Itai tuvo que volver a la misma área para llevar suministros a las tropas que estaban dentro.

"Sabes que tienes que ser el primer vehículo en el camino. Tienes unos 20 soldados detrás de ti, y muchos camiones con comida, combustible y suministros. Cuando me acercaba en el coche, sentí un nudo en el estómago al pensar en lo que había sucedido sólo unas horas antes en el mismo lugar. Este fue mi momento más aterrador".

Itai describe la gama de emociones que experimenta cuando lucha. "Tenemos grandes esperanzas, devastación y miedo. Sé que si no llego, mi brigada no completará su misión. Literalmente puedes sentir los ojos de tus soldados en tu espalda. Todos tenemos miedo, algunos más y algunos menos. Todos tenemos que superarlo y cumplir con nuestra misión. Como comandante, tengo a muchas personas confiando en que lo haré lo mejor posible".

La valiente es mi esposa

Itai sostiene que la verdadera heroína de su historia es su esposa, Shimrit.

"Soy reservista, ese es mi trabajo. Pero la valiente es mi esposa. Ella trabaja muchas horas como abogada en una gran firma de abogados. También cuida a nuestros hijos pequeños. En los últimos 17 meses lo hace todo sola. Es la mujer más valiente que existe".

Itai y Shimrit

El miércoles 4 de octubre, unos pocos días antes de la masacre, a Shimrit le diagnosticaron cáncer de tiroides.

"El 7 de octubre, el día del horrible ataque, me llamaron para ir a luchar", explicó Itai. "Fue una sorpresa y un shock tan grande que casi me olvido del cáncer de mi esposa. Sabía que eventualmente necesitaría cirugía, pero no sabíamos cuándo".

Itai tuvo que manejar primero el peligro inminente que tenía delante. "Tengo muchos soldados. Tengo que cuidarlos y mantenerlos a salvo".

Dos semanas después de que comenzara la guerra, cuando Itai regresó a su jeep, el conductor le dijo que llamara a su esposa. Cuando Itai habló con ella, escuchó en su voz que algo no estaba bien.

Shimrit le dijo: "Quería informarte que hace diez horas me operaron".

Itai no podía creerlo. No tenía idea de que ella se había sometido a la operación, todo por sí misma. Obtuvo permiso para ir al hospital y verla.

"Llegué a medianoche para abrazarla y consolarla".

Shimrit insistió en que Itai volviera de inmediato con sus soldados, a pesar de su preocupación por su salud. "Esta es mi esposa. Ella es la valiente entre los dos".

Enfócate en la guerra, no en mí 

Shimrit explicó que después de que Itai se fue el 7 de octubre, no le informó nada sobre su enfermedad. Ella quería que él se enfocara en la batalla y en la seguridad de sus soldados.

La amiga de Shimrit, Anat, era una cirujana de primer nivel en el mismo hospital donde Shimrit recibía sus tratamientos para el cáncer. Anat organizó una cita para que Shimrit se encontrara con un cirujano especializado en cáncer. El médico debía volar a Polonia la semana después del 7 de octubre, pero debido a la guerra, su vuelo fue cancelado, dejándole un espacio de última hora para la cirugía de Shimrit, y le preguntó si quería aprovecharlo.

Shimrit dudó porque sabía que su esposo probablemente estaría en Gaza en ese momento. Pensó en ello y entendió que tenía que hacerlo, y tenía que hacerlo en ese momento. De lo contrario, el cirujano no estaría disponible más tarde, y sui salud podría deteriorarse.

"Quería que Itai se enfocara en la guerra y en los soldados. Después de todo, él no es el que se va a operar. No será de gran ayuda para el pueblo judío si se queda sentado a mi lado".

Shimrit no tenía miedo de someterse a la cirugía. "No tuve tiempo para tener miedo. Además, el médico me dijo que era un tipo de cáncer relativamente leve".

Shimrit también tomó la difícil decisión de no contarles a sus hijos sobre el cáncer. No quería preocuparlos porque ya tenían un padre luchando en Gaza.

El 17 de octubre, Shimrit ingresó al hospital con su hermana y se sometió a la cirugía. "Dije mis plegarias matutinas habituales y esperé lo mejor. Mi hermana y yo bromeábamos para mantener alto nuestro ánimo".

La cirugía fue un éxito y, después, ella llamó al conductor de su esposo para informarle. "Le dije: 'Dile a Itai que lo estoy buscando, pero no es tan urgente'". Esa misma noche, cuando Itai fue a visitarla al hospital, estaba llorando. "No le digas a nadie, los comandantes no suelen llorar".

El camino de recuperación de Shimrit no terminó con la cirugía. "El verdadero miedo vino cuando después tuve que hacerme el escáner CT. Lo que me asustaba no era la cirugía sino el resultado posterior".

Shimrit e Itai recientemente se enteraron de que ella ha sanado por completo.

Antes de enterarse que estaba en remisión, Shimrit no tenía tiempo para pensar en su estado de salud. Ella y sus hijas estaban ocupadas haciendo voluntariado, preparando y empacando comida para los soldados, así como paquetes para las familias del batallón. Shimrit organizó un día especial para las familias de los soldados de Itai. Hubo comida y actividades para las madres y los niños.

Itai compartió con orgullo: "Fue un gran día para mis soldados y sus familias. Hubo un castillo inflable para saltar, una mesa de air hockey, videojuegos, algodón de azúcar y palomitas. Mientras los niños estaban entretenidos, las mujeres pudieron disfrutar de un concierto. Todos los niños y madres recibieron premios y regalos. Shimrit organizó todo".

Las esposas le dijeron amablemente a Itai: "Este evento nos da la seguridad de que estás cuidando a nuestros esposos, porque si recuerdas a los niños y a nosotras, y recuerdas que hay una familia detrás de cada soldado, sabemos que nuestros esposos están en buenas manos".

Hay muchas mujeres israelíes que están llevando una gran carga en casa mientras sus esposos luchan. Itai cree que ellas son las verdaderas heroínas de Israel y los faros de luz para el pueblo judío en este tiempo tan desafiante.

"Tenemos que recordarnos por qué estamos aquí, y cómo el Estado de Israel es un milagro".

Shimrit e Itai son algunos de los héroes silenciosos que están sosteniendo al ejército israelí y al pueblo judío hoy en día.

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graciela Iungman
graciela Iungman
27 días hace

Muy emocionante el relato del Teniente Coronel Itai Naamat y su esposa Shimrit ,el reconocimiento mutuo por la labor de ambos el respeto y el amor que se prodigan ,conmueve ,hermoso ejemplo de familia .Aun en las mas trágicas vivencias el amor verdadero demuestra que todo se puede .La creación de Dios es perfecta hombre y mujer complementándose en el mas alto nivel de sanidad y amor .

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