

4 min de lectura
Tu B'Shvat, la festividad de los árboles frutales, recuerda el Jardín del Edén y la búsqueda humana de refinamiento espiritual.
¡Feliz año nuevo!
No, no me confundí. Tu Bishvat, el 15 del mes hebreo de Shvat, es el Año Nuevo de los árboles frutales.
Y de acuerdo con la tradición mística, Tu Bishvat es un día muy significativo. ¿Por qué?
Comencemos con la Torá. La Torá nos advierte que no destruyamos nada innecesariamente. Incluso al sitiar una ciudad enemiga, no se pueden destruir los árboles frutales.
A diferencia de lo concisa que es a menudo la Torá Escrita, aquí nos da una razón explícita: la Torá nos dice que los seres humanos son como los árboles del campo (Deuteronomio 20:19).
Nuestras raíces están firmemente arraigadas en la tierra. Nuestras primeras experiencias con la realidad son físicas y tangibles. Luego crecemos más allá de nuestras raíces, extendiendo nuestras ramas hacia los cielos en busca de conexión y significado. Dedicamos nuestras vidas a producir frutos. Anhelamos dejar una huella duradera que demuestre que estuvimos aquí.
Un tzadik (una persona santa) es comparado con un árbol invertido. Él extrae su sustento de los cielos y da sus frutos a la tierra y a quienes habitan en ella.
Todos deseamos vidas con propósito, pero nos debilitamos. Los místicos preguntan: ¿de dónde saca su fuerza el tzadik? La respuesta (dada en el clásico Meor VaShemesh) es que obtiene su fuerza del Árbol de la Vida.
La respuesta se encuentra en el Jardín del Edén, donde había dos árboles: el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, y el Árbol de la Vida. Cuando Adam y Javá fueron expulsados del Paraíso, ángeles armados con espadas les impidieron regresar al Árbol de la Vida (Génesis 2:9 y 3:22-24).
El significado literal de Edén es el Jardín de la Refinación. Allí, el vínculo entre Dios y Su creación era evidente. No existía una cáscara de rudeza ni la arrogancia humana para ocultarlo. Toda la naturaleza revelaba su origen divino.
El Árbol de la Vida estaba en el centro del jardín. Él nos daba la nutrición espiritual que no sólo nos hacía humanos sino que también nos permitía ser santos. Tenía el poder de hacerlo porque era la encarnación mística de la Torá, antes de que ese libro sagrado fuera puesto en palabras.
Hoy ya no vivimos en un mundo caracterizado por el refinamiento. En lugar de ser nutridos por el Árbol de la Vida, somos demasiado conscientes del sabor que dejó el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Ese otro árbol nos ofreció el deseo por el mal tan vívido como nuestro deseo por el bien.
Tu Bishvat es el día en que aprendemos nuevamente a cultivarnos. ¿Cómo podemos aprovechar el poder de este día?
Observemos la estructura de este día en la conciencia judía.
Primero, la tradición nos dice que este es el día en que Dios instruyó a Moshé que comenzara el proceso de explicar la Torá "muy bien" (Deuteronomio 27:8). ¿A qué aspecto de la explicación de Moshé se refiere esto? Rashi enseña que las palabras "muy bien" implican que Moshé explicó la Torá en 70 idiomas.
La profundidad de esta enseñanza radica en que es posible encontrar la verdad de la Torá desde cualquier perspectiva de la vida (que es la fuente del lenguaje), siempre y cuando seamos sinceros.
Sin embargo, nuestras agendas emocionales a veces nos engañan. Creemos que buscamos el Árbol de la Vida, pero no lo veríamos aunque nos golpeara con una rama. Estamos demasiado ocupados mirando todo lo demás. A fin de cuentas, sólo somos humanos. Ya hemos probado del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y, en ocasiones, nos resulta casi imposible distinguir entre ambos árboles.
Por esta razón, los Sabios del Talmud nos enseñan que en este día debemos rezar pidiendo tener un buen etrog (una de las cuatro especies por las que bendecimos en Sucot). Pero Sucot ya pasó. ¿Por qué pensamos en un etrog?
La razón simple es que en esta estación sube la savia y el árbol comienza el proceso para eventualmente dar fruto. Esto ocurre con todos los árboles. Entonces, ¿por qué Tu Bishvat es especial para el etrog?
Por su forma, el etrog simboliza el corazón. Este es el día en que podemos rezar por la pureza del corazón.
Somos frágiles y fallamos. Pero la fuerza de la plegaria puede llevarnos a nuestra fuente, al infinito, a Dios. Puede darnos acceso al Árbol de la Vida.
Una regla que tal vez te dijo tu abuela (como me dijo la mía) es: "Cuando pidas algo, asegúrate de que realmente lo quieres. Y si realmente lo quieres, ¿qué estás haciendo al respecto?"
En Tu Bishvat nos preguntamos: ¿Realmente queremos pureza de corazón?
Demostramos nuestra sinceridad por un corazón puro y por esta búsqueda del Árbol de la Vida al no corromper nuestra experiencia física. Una forma de hacerlo es cambiar nuestra actitud hacia la comida, ya que comer es el más primitivo de nuestros deseos físicos.
A lo largo de nuestra vida, consumimos una enorme cantidad de alimentos. Esto es parte del plan de Dios para permitirnos entrar en contacto con Su bondad y generosidad. Lo que comemos y la forma en que nos relacionamos con la comida impacta la manera en que experimentamos la vida. Dios está en la imagen, o está fuera de ella.
En Tu Bishvat, redefinimos nuestra visión del mundo comprometiéndonos a santificar nuestra alimentación. Intentamos comer con menos impulsividad y con mayor conciencia.
Este esfuerzo se expresa en muchas comunidades a través del Séder de Tu Bishvat.
En este séder se comen frutas. (Algunos tienen la costumbre de probar 15 clases diferentes, ya que la festividad ocurre el 15 de shvat).
Mientras saboreas las frutas, intenta visualizar su raíz, la fuente de toda la vida. Permítete saborear la esencia espiritual de la Tierra de Israel a través de sus frutos.
¡Que tengas un feliz año nuevo!
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.