Libros Infantiles

3 min de lectura

Todo lo que sé sobre educación lo aprendí de libros infantiles.

Bueno, no todo… pero los libros infantiles pueden ser instructivos, aunque tengan o no la intención.

He perdido la cuenta del número de libros infantiles que hemos leído a lo largo de los años (¡y la cantidad de veces que los hemos leído!), pero basta con decir que es suficiente que mi esposo y yo podemos (y a veces tenemos) conversaciones compuestas únicamente de líneas de libros infantiles (¡para gran disgusto de nuestros hijos!). No es solamente que algunos de estos libros son tan familiares (he renunciado a "La Caperucita Roja" de por vida – ¡o al menos hasta que el próximo nieto lo pida!), es que hay algo en el ritmo, el tono – y si, la fantasía – que es tan irresistible.

Una cosa que he aprendido de los libros infantiles es a simplemente disfrutar la fantasía y lo fantástico. Amo esas rimas e imaginación del Dr. Seuss. Las palabras que él inventó en realidad profundizan nuestra apreciación por la belleza del lenguaje. Y las criaturas ciertamente expanden nuestra imaginación. Yo creo que los niños – y los adultos – pueden compartir la maravilla de hasta dónde la imaginación y la habilidad con las palabras pueden llevarte. "¡Oh, Cuán Lejos Llegarás!".

Otro favorito y un verdadero placer de lectura son los libros de Francisca por Russell Hoban. Si no los has leído, ve inmediatamente a amazon, y haz clic para comprar uno. Comienza con “Pan y Mermelada para Francisca” o “La Nueva Hermanita de Francisca”. En estas historias, los padres de Francisca (una familia de tejones) lidian con sus problemas con astucia y humor. Ellos nunca pierden su paciencia. Ellos nunca chillan o gritan. Ellos son divertidos e inteligentes. ¡Ellos son mis modelos a seguir! Por ejemplo (perdón por arruinarles la sorpresa), cuando Francisca se rehúsa a comer lo que su madre cocina y solamente quiere pan y mermelada, eso es lo que ella recibe – para cada cena, para cada bocadillo hasta que… bueno, no quiero revelar el final pero digamos que es una técnica que me gustaría utilizar – y posiblemente aplicar también a cuartos desordenados.

Los buenos libros infantiles nos hacen entrar al mundo y a la vida de los niños para que podamos reaccionar ante ellos con mayor comprensión y empatía. Hay tantos libros de psicología pop que hablan sobre la llegada de un nuevo bebé a la familia pero, en mi humilde opinión, el mejor libro sobre el tema es “La Nueva Hermanita de Francisca”. Este cuento captura perfectamente la ambivalencia que siente la hermana mayor ante su nueva hermana – el deseo de salir corriendo y mantenerse cerca al mismo tiempo (Francisca se esconde bajo la mesa del comedor), el deseo de ser reconocida por su singularidad junto con su miedo a ser olvidada ("Sabes" dice el padre con voz fuerte para que su fugitiva hija escuche, "no es la misma casa sin Francisca".) y la importancia de alentar a Francisca a ser un modelo a seguir para la bebé ("Incluso Gloria" dice mamá, "por más pequeña que sea… puede sentir la diferencia… una niña admira a su hermana mayor. Tú sabes eso". Le dice a su esposo).

También disfruto los libros de Arturo por Marc Brown. Él parece explorar ciertos problemas reales sin ponerse sermoneador. A los niños les atrae particularmente “Los Calzoncillos de Arturo” (así como con cualquier otra cosa que diga “calzoncillos” en el título) el cual trata con el recurrente sueño de Arturo sobre salir de su casa sin vestirse. Este es en realidad un escenario común y clásico que refleja nuestras inseguridades y miedo a la exposición que es tratado de manera simple y con humor.

Sin embargo, creo que al final de cuentas, el poder de los libros infantiles puede no estar tanto en las lecciones morales que ellos imparten sino en el tiempo y espacio que ellos crean para las familias – sentarse juntos, reírse ante las payasadas de las criaturas, expandir el uso del lenguaje, obtener perspectiva sobre la condición humana – y compartir el placer del relato de una buena historia.

Hay, por supuesto, muchas enseñanzas que se pueden aprender de los libros infantiles, pero para mí, la principal enseñanza es el asombro que siento al ver cómo Dios ha dotado a Su creación con la imaginación y la habilidad de crear e ilustrar historias que han deleitado a millones a lo largo de los años.

 

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