Los 5 factores de la inteligencia emocional

23/12/2024

4 min de lectura

Y las señales claves de una baja inteligencia emocional.

¿Mantienes la calma en situaciones difíciles? ¿Eres capaz de enfrentar conflictos sin perder el control? La inteligencia emocional alta (la habilidad de entender y manejar las emociones) es crítica para manejar situaciones sociales incómodas, resolver desacuerdos y relacionarse exitosamente con los miembros de la familia o los compañeros de trabajo.

De acuerdo con el psicólogo Daniel Goleman, hay 5 factores críticos para tener inteligencia emocional:

1. Autoconsciencia

Es crucial ser capaz de reconocer tus propias emociones y el efecto que tus acciones y estados de ánimo tienen en otras personas.

Para crear una mejor autoconsciencia, tienes que estar abierto a identificar tus emociones y la conducta resultante. ¿Cómo impactan tus sentimientos a las personas que te rodean?

2. Autorregulación

El siguiente paso es ser capaz de gestionar tus emociones. No es suficiente reconocer los sentimientos, ahora tienes que descubrir cómo manejarte. Saber cuándo y cómo expresar los distintos sentimientos que experimentas. Enojo, tristeza, angustia, decepción, preocupación… No niegues tus sentimientos, sino aprende a saber cuándo y cómo expresarlos de la mejor manera posible.

3. Habilidades sociales

Ir más allá de entender y manejar emociones te lleva al siguiente nivel. Toma las emociones que hayas identificado y construye puentes con las personas que comparten tu vida. Usas tu lenguaje corporal y las palabras, la comunicación verbal y no verbal para crear una buena relación en tu hogar y en escenarios de trabajo o sociales.

4. Empatía

La compasión, leer las emociones de otras personas, es crucial para la inteligencia emocional. Después de simplemente reconocer las emociones viene la habilidad de cómo responder en diferentes situaciones. Cuando te ves enfrentado a un niño desconsolado o a tu pareja apesadumbrada… ¿qué haces?

¿Simplemente lo ignoras? ¿Sabes qué hacer para aliviarles la carga? ¿Puedes al menos tener una idea de lo que la otra persona está pasando? ¿Cómo reaccionas ante las personas y situaciones? ¿Sabes cuándo ser más sensible? ¿Puedes interpretar dinámicas basadas en inseguridades?

5. Motivación

Estar motivado te lleva más allá de lo externo de la vida, del dinero y la fama como recompensa. En cambio te apasiona tu misión de vida, tu visión y tus metas. La realización personal viene de adentro.

La inteligencia emocional te permite ir por la vida con un deseo de hacerlo mejor, de ser mejor y vivir mejor.

Signos de baja inteligencia emocional

¿Cómo sabemos si carecemos de inteligencia emocional? ¿Hay una forma de reconocer si nosotros, o las personas cercanas, necesitan una transformación?

Aquí hay algunos signos de una baja inteligencia emocional:

Discusiones. Ser argumentativo y entrar constantemente en conflicto o discusiones es por lo general el resultado de la lucha que viene con una baja inteligencia emocional.

Malentender sentimientos. No darse cuenta de que alguien está molesto o enojado, malinterpretar la irritación e ignorar las emociones de otros.

Culpar a otros. Cuando hay un problema, las personas con baja inteligencia emocional arrojan la culpa a otros. Siempre es la culpa de otra persona y nadie nunca los entiende.

Evitar las consecuencias emocionales. Cuando la temperatura sube demasiado, en vez de enfrentar la situación, esta persona se aleja o entierra sus emociones para que sea difícil encontrar una solución.

Falta de conexión emocional. La empatía, la compasión, la simpatía, la calidez y el aprecio construyen una fuerte relación entre las personas.

¿Qué podemos hacer?

La realidad es que la mayoría vamos a herir y a ser heridos en la vida. Fortalecer nuestra inteligencia emocional mejorará nuestra vida y nos ayudará a evitar ciertos desastres en los que nos podamos encontrar.

Reconoce las emociones de los demás y muestra empatía

Es fácil pensar que una esposa es demasiado sensible o que un esposo es demasiado callado. ¿Quién recuerda lo que es ser un niño constantemente molestado por hermanos o compañeros de clase? ¿Qué pasa con el oficinista al que se le exige demasiado y se le pide que se quede hasta más tarde una y otra vez?

El judaísmo nos enseña a no juzgar nunca a otros a menos que estemos en su lugar. Acostúmbrate a pensar un momento antes de reaccionar. Pregúntate: ¿Qué siente esta persona? ¿Por qué está pasando? Tanto si se trata de un niño o un adulto, tenemos la responsabilidad de ponernos en sus zapatos. ¿Cómo se siente pasar un largo día de escuela y sentirse excluido? ¿Cómo se siente invertir horas en el trabajo y sin embargo no tener éxito? ¿Qué emociones afloran cuando la vida en el hogar está llena de enormes desafíos?

Lo mejor es comenzar perfeccionando nuestras habilidades emocionales. Las personas que nos rodean reflejan nuestra conducta. Cuando mostramos empatía y comprensión, creamos relaciones más sanas.

Empatía no significa estar siempre de acuerdo. Significa que reconocemos los sentimientos de los demás. Mostramos que valoramos a las personas y reconocemos sus emociones y necesidades.

Responder adecuadamente a los sentimientos

Nuestros sabios enseñan que “las palabras del sabio se escuchan con gentileza”. Ten consciencia de como actúas y reaccionas. Es importante prestar atención al tono y al lenguaje corporal. ¿Estás transmitiendo un mensaje positivo? ¿Descargas tu estrés gritándole a otra persona o cerrándole la puerta?

Piensa en la forma en que saludas a tu pareja/hijos después de un día difícil. ¿Das un portazo? ¿Es difícil hablar contigo? ¿Pareces distraído y no interesado en los pensamientos de tu familia o compañeros de trabajo? Cuando enfrentas a una situación difícil en el trabajo ¿te desquitas con los demás?

Las personas de nuestra vida responden a nuestras señales emocionales. Tus brazos cruzados, ojos duros y palabras cortantes crean una barrera. Entiende que estás afectando a otros con tu conducta. Es mejor decir “tengo un día difícil y necesito un poco de tiempo” antes que descargar tu estrés en los demás, que se sienten desconcertados por tu conducta. Pregúntate honestamente: ¿estoy demasiado enojado? ¿Hipersensible? ¿Estoy reaccionando de forma excesiva?

Quita las distracciones

A menudo usamos nuestros teléfonos o el trabajo para escapar de nuestros sentimientos. Revisamos emails, mensajes de texto o nos perdemos en las redes sociales en vez de enfrentar lo que sea que estamos pasando. Vivimos la vida en piloto automático. Apenas nos subimos al auto, empezamos a hablar por teléfono. Mientras esperamos que comience una reunión, revisamos nuestros emails. Usamos la tecnología para evitar la incomodidad. Hemos perdido el arte del contacto visual, de compartir y de conversar. Nuestros hogares y espacios de trabajo se ven afectados.

Ayúdate tomando más autoconsciencia. Desconéctate de tu teléfono y confróntate a ti mismo. ¿Qué sientes ahora? Está bien decir "‘tengo miedo", "estoy ansioso", "estoy preocupado". Es mejor reconocer tus sentimientos, incluso si son incomodos, antes que enterrarte en tu teléfono. No puedes controlar tus sentimientos si no tienes idea de qué es realmente lo que estás sintiendo.

En el momento en que comenzamos a prestar atención a nuestra inteligencia emocional, comenzamos a transformar nuestras vidas. Creamos un mejor dialogo, ganamos más entendimiento y emitimos empatía. Nuestra autoestima y confianza crecen. Procesamos tanto nuestras emociones como las emociones de quienes nos rodean.

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