Los padres de Sam Glaser perdieron todas sus posesiones en los incendios de Los Ángeles

14/01/2025

4 min de lectura

A pesar de haber perdido todas sus posesiones, ellos no perdieron la esperanza.

El martes 7 de enero de 2025, el intérprete y compositor Sam Glaser, residente en Los Ángeles, se estaba preparando para andar en su bicicleta de montaña cerca de la casa de sus padres en Palisades.

Cada mes él pedalea hasta un lugar especial. Su madre suele llevarlo en auto cuesta arriba para evitarle los primeros 600 metros de ascenso. Ellos disfrutan mucho del tiempo juntos en el coche. Sam llegó a la casa de sus padres a las 10 de la mañana y comenzaron a conducir hacia una hermosa área llamada Skull Rock.

“Cuando giramos en la esquina, vi que el área de Skull Rock estaba en llamas. No estaba demasiado preocupado porque los incendios en esas colinas son frecuentes. Mi compañero de ruta, que me esperaba en el estacionamiento, bajó a la casa de mis padres y pasamos un rato allí viendo cómo los aviones apagaban el fuego”.

Sam revisó su teléfono en busca de actualizaciones y vio que los vientos de Santa Ana estaban aumentando y alcanzaban los 80 kilómetros por hora. De repente, el fuego comenzó a avanzar rápidamente por la colina.

“El fuego se movía rápido y sabía que las casas en la parte alta de Palisades se verían afectadas. Ni en mis sueños más salvajes pensé que la casa de mis padres estaría en peligro”.

El incendio se intensifica

Sam regresó en el auto con su madre porque no quería dejar a sus padres solos y vulnerables.

Unas horas después, el humo comenzó a dirigirse hacia la casa de sus padres, y Sam se dio cuenta de que era hora de evacuar. Su amigo, que había salido una hora antes, le dijo que el tráfico en la autopista estaba completamente detenido.

“No hay salida”, dijo su amigo. “Deben refugiarse en el lugar”. El padre de Sam, de 95 años, volvió a dormir. Entonces se quedaron sin electricidad.

El fuego propagándose en las colinas

“El olor a humo en la casa era intenso. Tenía que sacarlos de allí”.

Sam los ayudó a empacar para tres días. Para cuando salieron, el tráfico había disminuido. “Gracias a Dios, la autopista Pacific Coast había sido despejada, lo que permitió a los residentes escapar”.

Sam llevó a sus padres a su casa. Él y su esposa Marcia verificaban regularmente el estado de los mapas de incendios online. Durante la noche quedó claro que este era el incendio del siglo.

En ese momento, Sam aún creía que la casa de sus padres permanecería intacta. Pero al día siguiente, Marcia obtuvo un video de un rescatista que vivía en la cuadra de los padres de Sam. Vieron con horror cómo todas las casas de la zona se habían reducido a cenizas. La casa había desaparecido.

Lamentos

“Aún no puedo creerlo. Y estoy horrorizado de que apenas sacamos un par de cosas. Tuve horas para vaciar la casa y sacar las cosas más importantes. No se me ocurrió que todo podría quemarse. El fuego estaba tan lejos”.

Dentro de la casa de los Glaser

“Mi madre es artista. Tenía una vida entera de pinturas acumuladas, todo desapareció. Somos una familia de músicos. Tenían dos hermosos pianos de cola, también desaparecieron. Las joyas y la platería que esperaban regalar a sus nueras se convirtieron en cenizas”.

Al día siguiente, las carreteras estaban cerradas, pero Sam conocía un camino alternativo para llegar al área. Quería evaluar los daños.

El piano de cola ahora es cenizas

“Monté mi bicicleta a través de las casas quemadas. Los rescatistas caminaron entre los escombros conmigo para ver si había algo de valor para recuperar: una joya, plata, incluso una cuerda del piano de cola”.

Sam no estaba emocionalmente preparado para enfrentar la devastación con la que se encontró.

“El auto de mi padre estaba derretido en la mitad de la calle. Su casa de dos pisos colapsó. Todo estaba incinerado. Ni siquiera quedó una cuerda del piano. Y los incendios siguieron extendiéndose. El humo era insoportable”.

También lamenta no haber digitalizado las fotos familiares. Nunca pensó que todos sus recuerdos y fotos familiares desaparecerían.

“El Talmud compara perderlo todo con un asesinato”, dijo Sam. “Mis padres sienten como si les hubieran dado un golpe en el estómago. Tuvieron una vida de acumulación para llegar a esta etapa de sus vidas y tener que empezar de cero. A su edad, ¿cómo pueden reconstruir? Las vidas de miles de personas han sido trastocadas. La vida judía fue severamente afectada. Perdimos sinagogas y escuelas”.

No te lo puedes llevar contigo

Sam está trabajando en fortalecer su conexión con Dios. “Nuestra realidad espiritual es nuestra posesión más importante”.

Compartió una historia de una familia adinerada en Europa del Este que escribía cheques a todas las personas pobres que llegaban a la ciudad. Cada persona recibía según su necesidad. Cuando la familia escapó del Holocausto y llegó a Estados Unidos, cayó en tiempos difíciles. En un momento, el hijo le dijo al padre: “Papá, diste tanto de nuestro dinero. ¿No te gustaría tenerlo de vuelta?”.

El padre respondió: “Esos cheques que escribí son, de hecho, todo lo que tengo. El único dinero que realmente tienes es el que regalas”.

“Nuestras pertenencias, las cosas que pensamos que teníamos, ahora son solo cenizas en el suelo”, dijo Sam.

Todo se ha ido

Sam compartió que su cuñada dio a luz recientemente y que el bebé fue nombrado el fin de semana pasado en medio del caos. “A pesar de que mis padres perdieron todas sus posesiones, ahora tienen una nueva bendición en la familia. Esto les da esperanza”.

Por favor, recen por Harriet y Manny Glaser, Jaya Lieba bat Zetta y Menajem Mendel Ben Shmuel, y por todos los afectados por los devastadores incendios.

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