Los peligros del juicio

11/05/2025

3 min de lectura

Emor (Levítico 21-24 )

La parashá termina con la trágica historia del blasfemo, el hombre que maldijo a Dios cuando no fue aceptado en ninguna tribu por el tribunal judío (Beit Din), ya que su padre no era judío y la pertenencia a una tribu dependía del linaje paterno. La Torá revela que su madre era Shulamit Bat Dibri de la tribu de Dan. Los Sabios enseñan varias causas para sus terribles acciones. Sin embargo, el Daat Zekeinim ofrece otra explicación, señalando el énfasis de la Torá en el hecho de que su madre era de la tribu de Dan. Daat Zekeinim cita una Guemará(1) que dice que si vemos a una persona que siempre quiere ir al Beit Din para resolver los problemas, probablemente es de la tribu de Dan, ya que el nombre Dan significa “juicio”. Rashi explica: “El que dice ‘vayamos a juicio’ en todos sus tratos con las personas siempre quiere ir a juicio y sólo escucha a otro a través de un juez”.

El Jidushei Lev(2) analiza esta Guemará y la conexión del Daat Zekeinim con la historia del blasfemo. Señala que el Daat Zekeinim entiende que la Guemará critica este rasgo de ir siempre a juicio. El Jidushei Lev pregunta por qué eso es tan malo, esa persona parece ser un hombre de la verdad que está dispuesto a hacer lo correcto según la ley. Responde que este tipo de comportamiento en realidad no es loable porque a menudo puede llevar a disputas. Cuando una persona no está dispuesta a comprometerse ni a ceder en su reclamo, hay muchas posibilidades de que sus acciones generen negatividad e incluso lleven a peleas abiertas. El Daat Zekeinim explica que este rasgo llevó al blasfemo a chocar con sus compañeros judíos, lo que finalmente lo condujo a su terrible acto de maldecir a Dios.

El Jidushei Lev plantea otra pregunta sobre la explicación del Daat Zekeinim respecto a la Guemará. La Guemará deriva que a las personas de la tribu de Dan les gusta ir a juicio a partir de la bendición que Iaakov dio a su hijo Dan: “Dan Yadin Amo Kejad miShivtei Israel”(3) —“Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel.” El Daat Zekeinim entiende que este versículo es la fuente del rasgo negativo de Dan de ir a juicio, sin embargo, el entendimiento simple de las palabras de Iaakov ciertamente no es negativo. Más bien, Iaakov bendijo a la tribu de Dan para que mereciera tener un juez que liderara al pueblo judío. Esto, de hecho, se cumplió en la figura de Shimshón. En consecuencia, ¿cómo puede el Daat Zekeinim entender que el versículo revela un rasgo negativo?

El Jidushei Lev responde que, ciertamente, Iaakov bendijo a la tribu de Dan para que tuviera los rasgos positivos de adherir a la verdad y la justicia. Estos son rasgos excelentes, ya que permiten a una persona seguir el camino verdadero y alejarse del pecado. Sin embargo, ese mismo rasgo positivo tiene el potencial de ser mal usado si la persona se niega a ceder nunca en su opinión o en su visión de cómo deberían ser las cosas. Esto puede llevar a pecados en el ámbito de bein adam lejaveró (relaciones interpersonales), ya que puede fácilmente generar odio y disputas. Los miembros de la tribu de Dan debían usar este rasgo de la manera correcta, pero el tipo de persona descrito por la Guemará que siempre va a juicio, y el mismo blasfemo, usaron mal esta cualidad con consecuencias desastrosas.

El Jidushei Lev enseña que de aquí aprendemos un principio importante respecto a los rasgos de carácter en general. Incluso respecto a rasgos que generalmente se consideran positivos, debemos tener cuidado de evitar que tales rasgos nos lleven a pecar. En cuanto al área específica de adherir estrictamente a la letra de la ley, algunas personas tienen una inclinación natural hacia la justicia y la verdad. Como señala el Jidushei Lev, estos son rasgos admirables, pero al mismo tiempo, si una persona no controla sus rasgos de carácter ni los dirige al servicio de Dios, pueden fácilmente llevarlo a tratar a los demás con excesiva rigidez y a evitar compromisos necesarios.

En esta línea, la Guemará enseña que el Templo fue destruido porque las personas eran demasiado rigurosas entre sí y se trataban de acuerdo con la letra estricta de la ley. Esto demuestra la gravedad de ser excesivamente estricto. Además, aunque otra Guemará enseña que el Segundo Templo fue destruido por otra razón (odio gratuito), parece que las dos Guemarot se complementan. Debido a que las personas eran tan rigurosas, eso resultó en la proliferación de la negatividad y las disputas.

Que tengamos el mérito de aplicar los rasgos de juicio y verdad de la manera correcta.


  1. Pesajim, 4a.
  2. Vaikrá, p.152. El Jidushei Lev fue escrito por Rav Janoj Leibowitz, quien fue Rosh Ieshivá de Jafetz Jaim en Queens, Nueva York.
  3. Bereshit, 49:16.
  4. Bava Metzía, 30b.
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