Lula Da Silva vs. Elon Musk y la suspensión de X en Brasil

05/09/2024

3 min de lectura

Lamentablemente, el bloqueo de X (Twitter) en Brasil puede ser un gran problema para los judíos.

La disputa judicial que provocó la prohibición de la red social X en Brasil puede leerse como una pelea ideológica y de egos entre dos de los hombres más poderosos del mundo: el empresario Elon Musk y el Presidente de Brasil, Lula Da Silva. El problema es que, en medio del combate legal, millones de usuarios quedan afectados y esto puede tener un efecto catastrófico para los judíos.

Si bien Musk y Lula se vienen arrojando dardos desde hace meses, la escalada llegó a su punto límite hace pocos días, cuando el Tribunal Supremo de Brasil suspendió el servicio de X en el país por “desacatos” a la justicia de ese país. Los jueces consideraron de manera unánime que la red social facilitaba “la actuación de grupos extremistas” que tenían como objetivo “divulgar contenidos racistas, de odio y antidemocráticos”.

La decisión de suspender la red social afectó nada menos que a más de 20 millones de usuarios brasileños, que se desayunaron con la imposibilidad de acceder a sus cuentas tras la medida.

Pero más allá de este caso puntual, esta pelea ha logrado poner en primera plana la discusión respecto a los roles informativos de las redes sociales.

Es innegable que en estas aplicaciones circula cualquier tipo de información y que uno debe ser muy cuidadoso al momento de creer en lo que ve. Sin embargo, en los últimos meses hemos visto cómo las redes sociales pueden funcionar como el último refugio de la verdad, quitándole el monopolio a los grandes medios de comunicación. Esta realidad ha tocado a Israel en particular y a todos los judíos en general muy de cerca desde el trágico 7 de Octubre.

Si bien es cierto que inmediatamente después de la masacre del grupo terrorista Hamás hubo un apoyo al derecho a la legítima defensa de Israel, este respaldo al pueblo judío se fue perdiendo rápidamente. Pocos días más tarde, muchos medios de comunicación cuestionaron la legitimidad de la defensa israelí, llegando incluso a publicar noticias falsas o “equivocadas”.

El 17 de Octubre de 2023, un misil cayó en las inmediaciones del hospital Al-Ahli en la ciudad de Gaza. Los medios, sin previa investigación, publicaron que se trataba de un ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel. Era una aberración: ¡una potencia militar bombardeaba un hospital árabe! Las protestas no se hicieron esperar en el mundo árabe: en Marruecos, Qatar, Siria, Turquía… la lista sigue. Decenas de sinagogas fueron vandalizadas y los judíos temieron por sus vidas. El personal diplomático de Estados Unidos y Francia debió atrincherarse en sus embajadas en Beirut… sólo para descubrir, varios días después, lo que muchos usuarios publicaban en redes sociales desde el primer minuto: el ataque no había sido responsabilidad del ejército israelí, sino nada menos que del grupo terrorista de la Jihad Islámica. Los terroristas eran los que bombardeaban los hospitales palestinos. Los medios, tal vez demasiado tarde, tuvieron que reconocer su error, en parte gracias a la enorme presión ejercida desde las redes sociales. De no haber existido estas aplicaciones, ¿lo hubieran hecho?

La información estadística sobre el número de muertos y heridos proveniente de Gaza es aportada por el “Ministerio de Salud de Gaza”. Los medios la repetían sin cesar. Fue gracias a la presión en redes sociales que muchos nos enteramos de que este ministerio es controlado por hombres de Hamás.

Varios trabajadores de la UNRWA, la agencia de las Naciones Unidas para Palestina, estuvieron involucrados de una u otra manera en el ataque de Hamás. Poco se sabía de esto hasta que comenzaron a aparecer los posteos en X.

Esto no quiere decir que las redes sociales no hayan contribuido también a la desinformación. Miles de cuentas publicaron falsedades, desinformaciones e incluso teorías conspirativas de lo más disparatadas. Pero ese parece ser el alto costo de la libertad de expresión.

Cuando el relato anti israelí dominó una buena parte de los medios de comunicación, muchos usuarios sabían que podían contar con algunas cuentas de X de buenos y serios informantes, y esto les brindaba una alternativa para conocer lo que ocurría en Israel y que muchos se negaban a publicar.

Muchos judíos comenzaron directamente a ignorar los medios de comunicación tradicionales y se volcaron a las redes para consumir la información que no encontraban en otros lados. Esto sin tener en cuenta además que muchos mandatarios se ubicaron oficialmente en la vereda de enfrente de Israel, reprochando sus decisiones (casualmente uno de ellos ha sido Lula).

Seamos sinceros: ¿cuánto espacio le va a dar un diario brasileño, argentino o chileno a lo que ocurre en Israel? Las grandes noticias aparecerán de alguna manera, pero muchos judíos sienten una conexión especial con Israel y quieren acceder a más datos. Las redes sociales han permitido conocer de primera mano, por personas que habitan el lugar, lo que sucede allí.

Es difícil saber cómo continuará la pelea entre Elon Musk y Lula da Silva. Hay tanto ego involucrado de los dos lados que es probable que ninguno quiera dar el brazo a torcer. Las víctimas, lamentablemente, serán los usuarios.

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nestor saruba
nestor saruba
4 meses hace

No es exacto que Brazil haya dispuesto el cierre de x..si.lo hizo el antisemita de Musk desobedeciendo las ordenes de la justicia de ese pais..los judíos no deberían utilizar esa red como Tampoco alguna otra que sirva para atacarlos ...no hay nada que lamentar salvo que no se entienda quienes son los verdaderos enemigos

Manuel
Manuel
4 meses hace

Qué se puede decir de un sujeto (Elon Musk) que hizo unos comentarios antisemitas en su cuenta de twitter, yo supongo que da mucho de que hablar.

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