Materialidad y espiritualidad en el judaísmo

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En el judaísmo no puedes elevarte dejando de lado el mundo material.

Shabat es considerado el día más "sagrado" de la semana. Sin embargo hay un precepto especial de intensificar el disfrute del mundo material en este día: comer tu comida favorita, usar tu mejor ropa, tomar vino y dormir la siesta. ¿No es todo esta materialidad contraproducente para elevarnos espiritualmente?

Materialidad y espiritualidad en el judaísmo

Cuando piensas en una persona "santa", ¿Qué te viene inmediatamente a la cabeza?

Por lo general, es la imagen de una persona viviendo sola en la cima de una montaña, quien se ha distanciado de los placeres del mundo material. Sin relaciones maritales, sin un bistec de un kilo con una copa de vino tinto. Un asceta.

Algunas personas piensan que la santidad puede ser alcanzada solamente a través de la negación de los placeres materiales, ya que para ellos la satisfacción física es un obstáculo para la espiritualidad. Es algo que rebaja a la persona, y es a lo sumo una concesión a los instintos más básicos y débiles del ser humano.

Ésta no es la perspectiva judía de la santidad. De hecho, todo lo santo en el judaísmo esta en efecto atado a lo físico; no puedes ser santo sin ello.

¿Por qué?

El judaísmo se refiere a Dios como nuestro Padre en el Cielo. Así como nuestros padres quieren que tengamos todo lo bueno, el Todopoderoso quiere lo mismo para nosotros: que tengamos el mayor placer posible. Dios no creó un mundo físico para frustrarnos, sino que para disfrutarlo. Cuando te niegas a probar el plato que tu madre hizo especialmente para ti, ella naturalmente se enoja. No le estas permitiendo darte todo el placer que tiene para dar.

De la misma manera, el Talmud nos dice que vamos a rendir cuentas por cualquier placer permitido que no hayamos probado al menos una vez.

Dios no quiere que nos apartemos de Su mundo. Nuestro desafío es propagar santidad usando el mundo de la manera apropiada. La intención y el propósito definen la calidad espiritual de una acción. Podemos tomar vino tratando de escapar a través de la embriaguez, o podemos elevar la acción de tomar usándola para celebrar y honrar Shabat. La acción misma es neutra. Al dirigirla hacia un fin espiritual, la hacemos santa.

Es por ello que el kidush hecho sobre el vino que santifica al Shabat es llamado "kidush", que proviene de la palabra hebrea kadosh – santo, y por lo que el matrimonio es llamado kidushin. Tomar vino y estar con nuestra pareja son acciones físicas que son santas cuando son dirigidas hacia un fin elevado.


De: Shmooze: A Guide to Thought-Provoking Discussions on Essential Jewish Issues"

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