Mi hija, mi antítesis

29/06/2025

5 min de lectura

Una carta a mi hija radical, de izquierda, pro-palestina, LGBTQIA+, poliamorosa y politeísta.

Estoy tratando de entender cómo surgiste de mí.

Soy una judía observante, una conversa, alguien que cree que la Torá es la verdad y que la verdad no es relativa. Simplemente es. Luché mucho contra un agnosticismo tajante y el humanismo secular para llegar a este lugar, y atesoro lo que he aprendido. Sigo luchando por ello, y mientras más profundas se vuelven mis convicciones, más las valoro.

Entra la versión adulta de ti, de la niña pequeña a la que di a luz. Además de ser yo la socia de Dios en ese regalo de la vida, traté de darte lo mejor de todo lo que tenía.

Ahora crees en la anarquía, tal vez con tendencia hacia el socialismo. Yo creo en un capitalismo imperfecto pero necesario.

Crees que los oprimidos tienen derecho a "resistir por cualquier medio necesario". Yo creo que debemos trabajar juntos para ayudar a los oprimidos.

Crees que los oprimidos tienen derecho a "resistir por cualquier medio necesario". Yo creo que debemos trabajar juntos para ayudar a los oprimidos.

Crees que el antisionismo no es antisemitismo. Yo creo que hoy en día, el antisionismo, con muy pocas excepciones, es la encarnación del antisemitismo.

Crees en tener múltiples parejas. Yo creo en una relación exclusiva.

Crees en una multiplicidad de dioses. Yo creo que sólo hay Uno.

No soy una experta en gobiernos, pero he llegado a entender que el socialismo generalmente degenera en autoritarismo, mientras que el capitalismo fomenta la iniciativa y la responsabilidad. No es un sistema perfecto y ha habido abusos, pero las formas en que las alternativas se han desarrollado en la historia no han sido nada bonitas.

Crees que, dado el "contexto", aquellos que están oprimidos tienen derecho a hacer cualquier cosa a aquellos que consideran "opresores" (incluyendo tomar rehenes, asesinar, violar, torturar, mutilar y quemar mujeres y niños civiles). Yo creo que si amplías el contexto, verías las inversiones morales y fácticas. Verías al pueblo judío, víctimas de la opresión histórica más larga de cualquier pueblo, el blanco de una intención genocida explícita, siendo culpado de lo mismo (opresión y genocidio) cuando se atreven a levantarse y defenderse; esto cuando la trágica opresión de los gazatíes ha sido finalmente causada por los países árabes vecinos, los líderes y el gobierno que los gazatíes eligieron, y en última instancia por ellos mismos, en su decisión de permitir el odio al permanecer atrapados en un papel de víctimas.

Crees que el sionismo es inherentemente un proyecto etno-supremacista y colonial, y que no eres prejuiciosa ni discriminatoria contra los judíos en esa creencia. Sin embargo, ¿dónde está el reconocimiento de que Israel es el único estado en el Medio Oriente que otorga a sus minorías la ciudadanía plena? ¿Dónde está el reconocimiento de la raíz ancestral judía, de la presencia judía en la tierra de Israel mucho antes que cualquier otro pueblo que haya migrado allí?

¿Dónde está el grito por los genocidios reales y los abusos graves de los derechos humanos en otros países en lugar de la obsesiva, miope atención a Israel? Cuando el único y diminuto estado judío es el blanco de esa clase de demonización, huele a un antisemitismo virulento, aunque disfrazado de discurso sobre los derechos humanos en un intento de proyectar legitimidad.

Crees en muy pocos límites y predicas la tolerancia, excepto cuando alguien se atreve a discrepar contigo. Llevas la inclusividad hasta sus extremos, donde pierde gran parte de su significado.

Crees en el derecho a ser cualquier género que desees, a estar en cualquier tipo de relación que elijas, a creer en una multiplicidad de poderes y relacionarte con ellos como si fueran fuentes independientes. Crees en muy pocos límites y predicas la tolerancia, excepto cuando alguien se atreve a discrepar contigo. Llevas la inclusividad hasta sus extremos, donde pierde gran parte de su significado. No es casualidad que las palabras "idolatría" y "adulterio" consistan en las mismas consonantes en el mismo orden.

Creo en el derecho a la autodeterminación, tanto para los países como para los individuos. Fuimos creados con libre albedrío, pero cuando pones constantemente lo que sientes y deseas por encima de cualquier otra autoridad, entonces te has elevado a un nuevo estatus: eres tu propio dios, con todos tus otros dioses sirviéndote.

Crees en las antítesis de lo que yo creo.

Y mientras mi enfoque aquí está en las diferencias en nuestras creencias, soy consciente de que existe, tanto para ti como para mí, un profundo trasfondo de dolor, con mucho más de lo que puedo transmitir en este breve espacio. Extraño a la niña que se acurrucaba a mi lado. Extraño la facilidad de sólo estar en la presencia de la otra. Extraño la confianza implícita. Extraño pensar lo mejor del otro, ser considerada y apoyarnos. Extraño nuestras conversaciones más profundas y las más mundanas. El dolor de esa desconexión es visceral y profundo.

Te extraño.

¿Cómo podría haberte dado la verdad cuando no la tenía yo misma? Tenía pedazos de ella, débiles insinuaciones de ella, pero no podía ofrecer claridad y las clases de límites que sólo la verdad puede proporcionar. Una cita atribuida al Rebe de Kotzk: "Todo en este mundo puede ser imitado, excepto la verdad".

Te sientes oprimida y te identificas con otras personas oprimidas, sin importar cómo esas mismas personas te crucificarían por tus creencias o tu estilo de vida.

Creo que te sientes pequeña y vulnerable. Creo que estás profundamente inmersa en una comunidad de la que extraes tu identidad y un poderoso sentido de propósito y pertenencia. Te sientes oprimida y te identificas con otras personas oprimidas, sin importar cómo esas mismas personas te crucificarían por tus creencias o tu estilo de vida. Sientes que tienes derecho a tratar mal a otros si no estás de acuerdo con lo que creen. No estamos de acuerdo en muchos temas, pero sé que tienes un gran corazón. De alguna manera, lograste incorporar el valor de la bondad en algún momento de tu vida, empezando en tus primeros años. Incluso me pregunto si tu falta de límites y tu excesiva inclusividad provienen de un sentido intuitivo (por muy tenue y distorsionado que sea) de la Unidad del mundo. Compartimos valores en el nivel más alto de abstracción, pero estamos en total desacuerdo sobre cómo implementarlos.

Y ahora, en tu mentalidad rígida, condicionas nuestra relación a que yo acepte tu punto de vista.

Dado el curso de nuestras interacciones, hay dos caminos muy diferentes que podría tomar. Podría cortar todo contacto contigo; no sólo has sido hostil y a veces verbalmente agresiva, sino que la naturaleza de nuestra relación ha cambiado desde que me convertí cuando ya eras adulta. O podría enfocarme en seguir amándote; podría seguir llenándote de amor, ya que comparto la responsabilidad de haberte traído al mundo.

Aunque cada camino tiene sus méritos, no puedo comprometerme completamente con ninguno de estos aparentemente opuestos. He elegido una alternativa: mantener el contacto por mi amor por ti, mientras establezco límites para diferenciar entre tus respuestas racionales e irracionales. Pero navegar tu volatilidad, especialmente con respecto a Israel y Gaza, es como bailar sobre un campo minado.

Ojalá pudieras estar abierta a la idea de que no sabemos todo y que, a veces, las personas que han estado más tiempo en este mundo tienen algo de sabiduría para compartir.

Deseo, y rezo, con todo mi corazón que encuentres tu camino de regreso a casa.

Ojalá pudieras experimentar la libertad y la profundidad de conexión que surge de un compromiso exclusivo. Ojalá pudieras entender que cuando priorizas las emociones, y razonas a partir de ellas, el sesgo estará presente en todo lo que siga.

Ojalá pudieras abordar la vida con un equilibrio entre la bondad y los límites, las libertades y las restricciones, la libertad de expresión sin llegar al discurso de odio y respetando esa línea. Creo que si pudieras abordar la vida con más flexibilidad y curiosidad y no encerrada en lo que consideras tu "espacio seguro", serías más saludable y feliz.

Creo que sé algo de cómo viniste de mí, pero también tomaste tantos giros por tu cuenta, incluso antes de tu "educación" en la universidad, llevándote a un lugar que tengo que cavar muy profundo para reconocer cualquier raíz familiar. Pero creo que están ahí.

Quiero seguir esperando. Deseo, y rezo, con todo mi corazón que encuentres tu camino de regreso a casa, de vuelta a lo que realmente eres, una niña que me fue confiada y, lo más importante, una elevada creación de Dios.

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RCC
RCC
3 meses hace

Waw! Me identifiqué en mucho, era como si cada línea describiera cada eñ mucho la relación actual con ella. Me duele yo la vestí de Torá desde pequeña. Y conforme fue creciendo fue tomando su propio camino. Me duele saber que come bombones mundanos, que se esmera en perecer algo que no es por ocultar por encajar en donde no pertenece. Ahora se fue a vivir con su padre y no hay freno en nada.

Herna
Herna
4 meses hace

Excelente reflexión. Gracias

Luz Ángela
Luz Ángela
4 meses hace

Maravillosa reflexión,los hijos son parte de ti,aún con otras creencias siguen siendo tus hijos.Gran escrito.Un fuerte Abrazo.

Sheila Ana Schwartz
Sheila Ana Schwartz
4 meses hace

Muy difícil para esa madre afrontar todo eso Que Dios ilumine a su hija y mucha fuerza

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