Las mejores recetas de jaroset para Pésaj
2 min de lectura
2 min de lectura
3 min de lectura
3 min de lectura
4 min de lectura
3 min de lectura
Cómo reinventarse y volver a encontrar la felicidad después de un divorcio o una pérdida.
Las crisis y dificultades invitan a que las personas busquen una nueva realidad, no por gusto, sino por necesidad de tener que sobrevivir.
Ninguna persona busca problemas y tampoco disfruta vivir con complicaciones, sin embargo, nadie está exento de tener que enfrentar adversidades. Cuando la infelicidad toca a tu puerta, esta te empuja a ser más fuerte y creativo de lo que creías ser.
Lo que uno pensaba que no podría resistir, al final, sólo termina cambiando la visión que se tenía. Concilia una nueva realidad y da lugar a que la persona cambie y se adapte a una nueva forma de ser y de vivir. Esta nueva perspectiva, ayuda a encontrar distintas oportunidades; algunas que jamás se hubiese creído serían accesibles y posibles.
Cuando se puede reconocer que los problemas son "pruebas de vida", entonces se puede tener una percepción menos caótica y destructiva de lo que sucede. Así, en lugar de vivenciar las pérdidas emocionales y complicaciones, fracasos, culpas, vergüenzas, etc., como una pesadilla tormentosa, se puede aprender a apreciar que éstas son la forma que tiene la vida para fortalecer el carácter, para que aprendamos una lección fuerte y finalmente seamos mejores.
Una de las pruebas más difíciles es la de ser capaces de encontrar la fe y creer que uno va a estar mejor a pesar de sentir que el mundo se viene abajo. Sentir la soledad y la impotencia de no poder salir adelante porque el dolor se ha apoderado del alma e impide ver mas allá de la pena y la pérdida.
Escuchar la historia de un divorcio, una ruptura, una pérdida o la muerte de un ser querido, se asocia como un relato trágico que marca "el fin".
Y en cierto sentido claro que lo es. El corazón se acongoja y la pérdida es real. Sin embargo, también esta misma situación se convierte en el principio de un resurgimiento, de un redescubrimiento y un reencuentro con uno mismo y con una nueva realidad.
En esos momentos de duelo, pérdida y de inseguridad, es importante recordar que uno nunca está del todo solo. Es el tiempo de aferrarse al amor propio, a la confianza y sobretodo, redescubrir la fe que quizá no se tenía tan presente. Hay que recuperar la esperanza que ofrece consuelo y la fortaleza que ayuda a salir adelante.
Todo pasa, se reacomoda y encuentra un nuevo camino.
La persona que sufre una separación, una ruptura o la pérdida de su pareja, termina superando su dolor. En la mayoría de los casos crece, madura y sin buscar el cambio activamente, de todos modos cambia.
En ocasiones, hasta se llega a agradecer las amargas lecciones recibidas, a cambio de aceptar la mejor vida que pudo reconstruir y su nueva forma de percibir la vida.
Ingredientes:
Afirmación positiva para recuperar la fe:
Tengo confianza que mi dolor no es eterno. Reconozco que he tenido tiempos buenos y que voy a tener mejores momentos. El dolor y la soledad que siento no son eternos. Agradezco las cosas buenas que he disfrutado y tengo fe de que pronto encontraré nuevas y mejores razones para ser feliz. Tengo fe. Sé que voy a salir adelante.
Cómo recuperar la fe que el dolor ocultó:
"Encontrar la fe alivia cuando hay mucho dolor, consuela al alma e invita a sentirse mejor".
Extraído de recetasparalavida.com
Nuestro newsletter está repleto de ideas interesantes y relevantes sobre historia judía, recetas judías, filosofía, actualidad, festividades y más.