Mi Vida: Una Meditación

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Mi Vida. Es mía. No tuya, no de ella, no de él. Es mía.

Mi vida. Es mía. No tuya, no de ella, no de él. Es mía.

Mi vida. Me pertenece. Es mi identidad. Es quien yo soy, quien era y quien seré. Es la realidad en la que vivo. El lugar en el que estoy hoy. Es la persona que yo era, y en la que me he convertido. Dios me dio la vida. Él la escogió a mano sólo para mí. Cuando Él miró mi alma antes de que yo fuera enviada a este mundo, Él decidió.

Decidió en qué familia yo nacería. Él decidió cuáles serían mis talentos. Cómo me vería. Decidió cuales serían mis retos en la vida, y qué cosas serían fáciles. Cuando un grito salió de mi boca mientras el primer aliento de vida llenaba mi cuerpo, fui elegida.

Fui elegida para ser depositada en las manos de mi madre. Fui elegida para que me dieran mis fortalezas. Fui elegida para que me dieran a mi familia. Y fui elegida para que me dieran mi vida.

Vida. ¡Qué palabra! Tan vaga, pero tan significativa. Una palabra que significa algo diferente para cada persona. Algo tan especial que nos hace reír cuando es dada y llorar cuando es quitada. Algo que necesitamos para sobrevivir cada día.

Cada día. Otra parte de mi vida se desenvuelve. Es parte de un plan maestro. Yo puedo no entender, pero puedo tratar de aceptar – incluso cuando las cosas se ponen difíciles.

La vida puede ser difícil. Está llena de caídas en esta aterrante montaña rusa en la que vivimos. Pero siento una sensación de satisfacción al saber que habrá un momento en que el carrito subirá traqueteando hacia arriba otra vez. Que a pesar de que mi estómago cae con cada desafío, cada desafío es en realidad, una pieza de un rompecabezas.

Mi vida es un rompecabezas. Piezas que no entiendo. A medida que pasan los años y el tiempo vuela, la fotografía comienza a verse cada vez más completa. Sin embargo, todavía hay piezas que faltan. Cosas que no puedo comprender. Aunque limitadas para mi entendimiento, estas piezas son realmente los colores que componen una hermosa pintura.

Mi vida es una pintura. Una obra de arte y Dios es el artista. A medida que los trazos continuos de pintura de la vida se añaden a la obra maestra. A veces las cosas se ven grises. A veces estoy viviendo en una variedad de colores, otras veces parece como si el agua hubiera corrido la pintura, dejándola lejos de ser una imagen perfecta.

Perfecta. Nuestras vidas están muy lejos de aquello. He aprendido que perfecto no es una realidad en la vida. La sociedad nos lleva a creer que nuestras vidas deben ser impecables, pero esa no es la verdad. Necesitamos desafíos. Sin ellos nadie podría cambiar o crecer.

Crecer. Nos trajeron a este mundo para crecer. Las dificultades personales pueden llevarnos a eso. Crecimiento es lo que nos lleva a convertirnos en la persona que queremos ser. Lo que me da esperanza para continuar. Porque sé que no importa lo que se cruce en mi camino, es una oportunidad para crecer y transformarme en una mejor persona. Si yo creo.

Creer. Creo que me pusieron aquí por una razón. Creo que me dieron la vida por una razón. Creo que nunca nadie podrá ser yo. Creo que la vida continuará. Creo que Dios tiene un plan maestro y que yo juego el papel principal en el drama de mi vida.

Mi vida. Es mía. No tuya, no de ella, no de él. Es mía.

Tu vida. Es tuya. No mía, no de ella, no de él. Es tuya.

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