Mitos sobre el conflicto israelí-palestino

01/09/2024

4 min de lectura

No, nunca hubo un estado palestino, y los judíos no son colonizadores.

El conflicto israelí-palestino está plagado de mitos, uno de los más persistentes el que supone la existencia de un estado palestino antes del establecimiento de Israel en 1948. Esta narrativa es históricamente inexacta y sirve para deslegitimizar a Israel. Entender la historia verdadera es crucial, porque la narrativa palestina sigue siendo usada como propaganda.

Antes de que Israel declarara su independencia en 1948, la región que ahora se conoce como Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza formaban parte del Mandato Británico de Palestina, que fue establecido por la Liga de las Naciones tras la caída del imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial.

Bajo gobierno otomano, el área fue dividida en diversos distritos administrativos, sin ninguna entidad política distintiva conocida como "Palestina". El concepto de la identidad nacional palestina emergió en el siglo XX, en gran medida como una respuesta al movimiento sionista y al incremento de la inmigración judía al área.

Sin embargo, nunca hubo un estado, una bandera o un himno palestino. La idea de la preexistencia de un estado palestino es un invento moderno que ignora la verdadera historia de la región.

La legitimidad del moderno Estado de Israel tiene sus raíces en la ley internacional y el reconocimiento global. El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 181, conocida como el "Plan de partición", proponiendo la creación de dos estados: uno judío y otro árabe.

La comunidad judía aceptó el plan, demostrando su disposición por llegar a un compromiso en favor de la paz. Sin embargo, los estados árabes lo rechazaron, negándose a reconocer cualquier estado judío y en su lugar lanzaron un ataque contra Israel tras su declaración de independencia el 14 de mayo de 1948.

Otro mito omnipresente es la narrativa de la Nakba o "La catástrofe" que argumenta que los palestinos fueron expulsados a la fuerza de Israel en 1948. Esta versión omite el contexto crítico de que fueron las naciones árabes las que invadieron a Israel, provocando que muchos árabes fueran expulsados o que huyeran de sus hogares.

En vez de absorber a la población desplazada, los países árabes que nos rodean los mantuvieron en campos de refugiados, utilizándolos como peones para presionar a Israel.

Organizaciones como UNRWA (agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Próximo) perpetuaron esta situación, manteniendo a los palestinos en el limbo en vez de fomentar su integración a los países que los acogieron. Esto contrasta claramente con la forma en que se trató a otras poblaciones de refugiados, donde la norma son la integración y el reasentamiento.

La tierra denominada "Palestina" siempre fue intrínsecamente judía. El pueblo judío mantuvo allí una presencia continua durante miles de años, muchos antes del islam o de las conquistas árabes.

Hallazgos arqueológicos, como la antigua fortaleza de Masada, los Rollos del Mar Muerto y las antiguas sinagogas, proporcionan pruebas irrefutables de esta presencia duradera. La conexión histórica de los judíos con la tierra es innegable y no debe quedar eclipsada por las narrativas políticas modernas. La mezquita de Al-Aqsa en Jerusalem se construyó sobre el Templo judío cientos de años después de que los judíos se establecieran en Jerusalem.

Otro mito es que Cisjordania y Gaza siempre fueron territorios palestinos y que Israel actúa como un ocupante. Tras la guerra árabe-israelí de 1948, Transjordania se anexó a Cisjordania y Egipto tomó el control de Gaza.

Durante ese período, no hubo ningún movimiento de independencia palestino significativo ni ninguna presión internacional a favor de un estado palestino independiente. El concepto de un estado palestino sólo cobró fuerza tras la victoria de Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel tomó el control de estas zonas de Jordania y Egipto.

Israel capturó Cisjordania en 1967 por una necesidad estratégica, no como un acto expansionista. Al estar rodeada de vecinos hostiles, Israel buscaba crear una zona de amortiguamiento y protección de futuros ataques. Sin embargo, esta victoria también llevó a Israel a tener que hacerse cargo de una gran población palestina que previamente estaba bajo dominio jordano.

Es crucial poner fin a los mitos profundamente entretejidos en la narrativa que rodea al conflicto palestino-israelí. Reconocer el derecho del pueblo judío a vivir en Israel no implica que la tierra no se pueda compartir. De hecho, los judíos tienen una larga historia de búsqueda de la paz y la coexistencia. Sin embargo, los dirigentes palestinos han rechazado sistemáticamente las propuestas de paz aferrándose a una falsa narrativa cuyo objetivo es la destrucción de Israel.

La idea de que Israel está ocupando tierras que pertenecen legítimamente a un estado palestino preexistente no se sustenta con hechos históricos. Antes de 1948 no existía ningún estado palestino. La Tierra de Israel siempre fue el hogar ancestral del pueblo judío, un hecho avalado por miles de años de historia. Los intentos de borrar esta conexión no sólo son falsos, sino que son peligrosos.

La existencia de Israel es legítima, sus fronteras son reconocidas por la ley internacional y sus acciones en 1967 fueron motivadas por necesidades de seguridad, no para tener conquistas territoriales. Por eso, en el 2005 Israel entregó a los palestinos la franja de Gaza. Pero en vez de construir un estado pacífico, los palestinos construyeron un frente terrorista para atacar a Israel.

Al enfrentar los desafíos actuales, es vital quebrar los mitos que distorsionan la historia de la región y mantenernos firmes defendiendo la verdad.

Este artículo apareció originalmente en el "National Post".

 

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Más reciente
Más antiguo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.