Muerte en el mar: la tragedia del Struma

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En 1942, bombardearon el dilapidado barco que transportaba a 769 desesperados refugiados judíos rumbo a Palestina. Hubo un solo sobreviviente.

Hace ochenta años, en la mañana del 24 de febrero de 1942, un decrépito barco de carga llamado MV Struma, se hundió en el Mar Negro. El barco transportaba a 769 refugiados judíos, entre ellos 101 niños, y fue el último en zarpar de Europa hacia Palestina durante la Segunda Guerra Mundial. Un submarino ruso torpedeó esta "jaula flotante" y mató a todos los que estaban a bordo. Hubo un solo sobreviviente. El trágico hundimiento del Struma provocó una protesta internacional generalizada contra la política británica de inmigración a Palestina.

En octubre de 1941, el ejercito alemán controló los campos petrolíferos rumanos. Los soldados rumanos y los fanáticos de la Legión de San Miguel Arcángel (los antisemitas de la Guardia de Hierro, también conocidos como "las camisas verdes"), apoyados por las tropas alemanas, se dedicaron a masacrar a los judíos en lo que las autoridades describieron como "la purificación de la tierra rumana". Franklin Gunther, el embajador de Estados Unidos en Bucarest, denunció la "carnicería y la privación brutal de los derechos humanos", y declaró que 1941 fue un año negro para los judíos de Rumania.

El yate británico Xantha alrededor del año 1890. En 1941 le cambiaron el nombre a Struma.

El puerto rumano de Constanza, sobre el Mar Negro, era el puerto principal del que zarpaban barcos hacia Palestina. Miles de aterrados refugiados llegaron a Constanza buscando un paso seguro a través del Bósforo. La convención de Montreux de 1936 declaró el Bósforo como una vía fluvial internacional abierta. Turquía era neutral y permitía que los judíos pasaran seguros por su país, pero al igual que la mayoría de los países se negaba a ser un refugio para "personas no deseadas en ningún otro lugar".

Palestina se convirtió en el centro de un juego de poder cuando los británicos limitaron la cuota de inmigración judía bajo el Mandato de la Liga de las Naciones (1920-1948). La Marina Real patrullaba la costa para bloquear la "inmigración ilegal". Los árabes apoyaban esta política. A los británicos no les interesaba antagonizar con los árabes, porque el petróleo del Medio Oriente y el Canal de Suez tenían inmensa importancia estratégica. Los británicos incautaban los barcos que atravesaban el bloqueo y llevaban prisioneras a las tripulaciones. Lord Moyne, Walter E. Guinness, el ministro para el Medio Oriente que vivía en El Cairo, y Sir Harold Mac Michael, el administrador colonial británico, hicieron cumplir esta política estricta.

Los británicos bloquearon la venta y el alquiler de barcos que transportaran judíos. Desesperados, los sionistas alquilaron el MV Struma, que tenía 75 años y era un casco oxidado de 240 toneladas. El barco tenía un motor de segunda mano, dos viejos botes salvavidas y ningún salvavidas. El transmisor de radio no funcionaba y el generador fallaba esporádicamente. Las facilidades sanitarias consistían en ocho retretes, poco más que agujeros en la popa. A pesar de todo esto, nadie estaba dispuesto a ceder su lugar en el poco apto Struma, lo que nos muestra el miedo que tenían de quedarse en Rumania.

Se cree que esta es una foto del Struma en el puerto de Estambul en 1942

El 12 de diciembre, el Struma, flameando la bandera neutral de Panamá, partió de Constanza. A poca distancia del puerto el motor se detuvo. Después de repararlo, el barco siguió adelante y tres días más tarde, en la entrada del Bósforo, el motor volvió a fallar. Un remolcador ayudó al decrépito Struma a entrar al puerto de Estambul. Los británicos les dijeron a los turcos que el barco no podía llegar a Palestina e insistieron en que lo enviaran de regreso hacia el Mar Negro.

Durante diez semanas, los turcos mantuvieron al barco en cuarentena. Había poca agua y comida y muchos tenían fiebre. Los pasajeros acudieron al soborno para conseguir alimentos y agua. Las pésimas condiciones a bordo, los vientos helados, las temperaturas heladas y el miedo a que la policía los obligara a regresar a Rumania incrementaban la tensión. Los pasajeros desesperados colocaron a los costados del barco enormes carteles en inglés y en hebreo: "Sálvennos", "SOS" e "Inmigrantes judíos".

Pero no llegó ninguna ayuda y la prensa les prestó poca atención.

David Stoliar, el único sobreviviente, 1946

El 23 de febrero, la policía remolcó el barco condenado a 16 kilómetros de la costa. Antes del amanecer del día siguiente, en un clima calmo, húmedo y nublado, una explosión llevó al Struma hacia el fondo del mar helado.

Años más tarde, los archivos navales soviéticos revelaron que el submarino Shch-213 torpedeó al barco, supuestamente por error. Stalin había dado instrucciones de hundir barcos neutrales para negarles cromo a los alemanes. El cromo, un mineral raro, era esencial para fabricar equipamiento militar y Turquía se lo vendía a Alemania.

El hundimiento despertó la indignación mundial por la política de Gran Bretaña. Guinness y Mac Michael fueron acusados por los sionistas como los arquitectos de la tragedia. Hubo pedidos para que "la sangre de los refugiados del Struma recaiga sobre Mac Michael". Por toda Palestina aparecieron carteles de Mac Michael en los que decía "Buscado por asesinato". Él sobrevivió a siete atentados contra su vida.

¡ASESINO! Sir Harold Mac Michael, conocido como el Alto Comisionado de Palestina. Buscado por el asesinato de 800 refugiados que se ahogaron en el Mar Negro en el barco Struma.

Walter Guinness, heredero del imperio Guinness, no fue tan afortunado. El 6 de noviembre de 1944, dos miembros del Leji, una organización paramilitar sionista, le dispararon a muerte en El Cairo. Su muerte estremeció a los británicos y fue una de las razones por las que decidieron retirarse del Mandato que dirigían y dar lugar a la creación del Estado de Israel en 1948.

Los empleados del faro turco salvaron de ahogarse al único sobreviviente, David Stoliar, de 19 años. Posteriormente él se unió al ejército británico para luchar contra los nazis. Cincuenta y nueve años después, Stoliar visitó a quienes lo habían rescatado de las aguas heladas del Mar Negro.

Douglas Frantz y Catherine Collins, autores de "Death on the Black Sea: The Untold Story of the Struma and World War II’s Holocaust at Sea", escribieron: "Los pasajeros fueron víctimas de la estrategia geopolítica británica de mantener a los árabes tranquilos, la insistencia turca en mantener la fachada de neutralidad y el pragmatismo despiadado de la política de Stalin y de los soviéticos para matar de hambre la maquinaria de guerra alemana".

En su libro, Frantz y Collins citan a Ruth Ben-Zvi, quien perdió a una amiga de la infancia en el Struma: "Hubo judíos que murieron de hambre. Hubo judíos que murieron en marchas forzadas… Hubo judíos que fueron asesinados en estaciones de policía. Fue un Holocausto. Los medios para asesinar no importaban…. Es un Holocausto porque murieron sólo por ser judíos".

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