Las mitzvot: No agregues ni sustraigas

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Las miztvot son inmutables.

Un rey llama a su ministro de confianza y le dice: “Tengo una importante misión que quiero que realices. Anda al reino vecino y reúnete con sus líderes, pero recuerda una cosa – bajo ninguna circunstancia te saques la camiseta durante esa reunión. Ahora anda y haz lo que te digo”.

El ministro emprende su camino y pronto llega al reino vecino. Allí se dirige directo al palacio donde se reúne con el rey. En la mitad de la discusión, el ministro ve que uno de los oficiales del rey está apuntándolo y riéndose de él.

¿Por qué te estás riendo?”, pregunta el ministro en visita.

Porque nunca habíamos visto a alguien con una joroba tan pronunciada”, dicen ellos.

¿Qué estás diciendo? ¡Yo no soy jorobado!”.

¡Claro que lo eres!”.

¡No, no lo soy!”.

¡Te apostamos un millón de dólares a que lo eres!”.

Está bien — encantado tomo su apuesta”.

Ok, entonces sácate la camiseta y pruébalo”.

En ese momento el ministro recuerda las palabras del rey… “bajo ninguna circunstancia te saques la camiseta durante esa reunión”. Pero, el ministro razona, ciertamente al tesoro del rey le vendría muy bien un agregado de un millón de dólares. Yo sé que no soy un jorobado, por lo que seguro ganaré la apuesta. ¡Estoy seguro que bajo estas circunstancias el rey lo aprobaría!

El ministro se saca la camiseta y orgullosamente muestra su postura perfecta. Con orgullo por su logro, extiende su mano, y recibe un cheque por un millón de dólares.

El ministro casi no puede contener su excitación. Rápidamente termina la reunión y corre de vuelta para darle la maravillosa noticia al rey. “¡Gané un millón de dólares para usted su majestad!”, exclama el ministro. “Fue fácil. Solamente tuve que sacarme la camiseta para probar que no era un jorobado”.

¿¡Que hiciste qué!?”, grita el rey. “Pero yo te dije específicamente que no te sacaras la camiseta. ¡Yo confié en que seguirías mis instrucciones, y por lo tanto le aposté al otro rey $10 millones de dólares a que él no era capaz de hacer que te quitases la camiseta!”.

Estándares Nacionales

La Torá nos dice: “No agregues ni quites a las mitzvot”. (Deuteronomio 4:2)

Toma el ejemplo de conducir en Shabat. Nadie discute que iniciar la combustión del motor viola el verso de la Torá: “No debes encender fuego alguno en Shabat”. (Éxodo 35:2)

Sin embargo, uno podría argumentar que ¿no es mejor que algunas personas vayan a la sinagoga en vez de que se queden en casa? ¿No es esta una excepción apropiada para la ley judía? ¡Seguramente Dios lo aprobaría!

Se ha perdido la experiencia de crecer en una comunidad judía.

Al igual que el ministro jorobado, a veces nosotros tampoco sabemos cuáles son realmente los factores determinantes. Cuando los integrantes de una comunidad viajan en auto en Shabat, se elimina la necesidad de vivir juntos en un mismo vecindario. Así, deja de ser necesario el colegio judío del barrio, la panadería judía, los clubes judíos, etc. Las familias judías se reparten por todos los suburbios y los niños judíos se asimilan a las normas y actitudes seculares. Se pierde la experiencia de crecer en una comunidad judía.

De hecho, el decano de una escuela rabínica judía (no ortodoxa) dijo que en retrospectiva, el haber permitido que los judíos viajaran en Shabat a la sinagoga fue un “error” porque “hizo que ya no hubiera deseo de vivir cerca de la sinagoga y de crear una comunidad”.

Esto no implica que los judíos deban vivir en un gueto aislado. Pero si estamos preocupados por el problema de la asimilación, y queremos darles a nuestros hijos una experiencia judía que les quede para toda la vida, debemos reconocer que el mandarlos a una escuela donde solamente hay un puñado pequeño de judíos, probablemente no esté haciendo nada más que fomentar la asimilación.

Por supuesto que, cuando se trata de la observancia individual, el judaísmo no es todo o nada. La persona intenta hacer su máximo, y no se debe exigir más. El judaísmo es un proceso, un viaje donde cada parada cuenta.

Pero a nivel nacional, no podemos esperar que los estándares más bajos sean “institucionalizados”. La fuerza de la Ley Judía está en la creencia de que las necesidades y deseos humanos se mantienen consistentes a través de la historia. Una vez que la ley judía es sometida a una redefinición para cada familia, para cada sociedad o para cada generación, deja de ser efectiva. Las puertas de la “redefinición” se abren y el sistema colapsa.

Ciertamente hay una variedad de factores, pero ¿debería sorprendernos que exista un 60% de matrimonios mixtos destruyendo a nuestro pueblo? Tal vez, es por esto que la Torá, siguiendo con su comando “no agregues y no quites”, declara:

Tú has atestiguado lo que Dios ha hecho con aquellos que se han dejado llevar por la idolatría – cómo ellos desaparecen de entremedio de ti. Pero tú que te has adherido a Dios – tú estas vivo hoy”. (Deuteronomio 4:3-4)

Error Primario

Intuitivamente, es comprensible por qué no quitar de la Torá. Pero, ¿por qué no podemos agregar a las Mitzvot? ¿No es siempre mejor hacer más?

Considera una gran obra de arte. ¡¿Le agregarías un par de notas a una fuga de Bach o un par de pincelazos a un retrato de Rembrandt?!

Agregar a las Mitzvot no es servir a Dios – es servirse a uno mismo con lo que “se siente bien”. Por definición, la perfección no puede ser mejorada. Agregarle a la Torá implica que a Dios le faltó algo. Es la auto-idolatría de la propia creatividad.

Aquellos que agregan, terminarán sustrayendo.

Y aún más, el mismo juicio subjetivo que te llevó a agregar, es el que eventualmente te llevará a sustraer:

En el Jardín del Edén, la serpiente trato de convencer a Eva para que comiera del fruto del árbol. “¿Realmente Dios te dijo que no comieras del árbol?”, preguntó la serpiente.

“Absolutamente”, dijo Eva. “Dios dijo que no podemos comerlo, y que no podemos ni siquiera tocarlo”. (Génesis 3:3).

En ese momento, cuenta el Midrash, la serpiente empujo a Eva sobre el árbol. “¡Mira!”, dijo la serpiente. “Tocaste el árbol y no pasó nada. Dios realmente no quiso decir lo que dijo. ¡Tú lo tocaste!; ahora anda y cómelo”.

Entonces Eva comió.

Aquellos que agregan, terminarán sustrayendo.

Sistema Preciso

Maimónides explica la importancia de no manipular la Torá:

La Torá explícitamente estipula que las miztvot serán obligatorias por siempre, sin ningún cambio, agregado o sustracción… por lo tanto, si cualquier persona se levantara – judío o no judío – y mostrara señales y maravillas, diciendo que Dios lo mandó a agregar o quitar una mitzvá de la Torá… en ese momento sabremos inmediatamente que es un falso profeta… porque Dios mismo le dijo a Moshé que estos mandamientos son para nosotros y para nuestros hijos por siempre”. (Fundamentos de la Torá 9:1-2)

La Ley Judía es una ciencia metafísica precisa. Porque tal como el remover un cable de tu teléfono celular puede causar que no tengas más recepción, así mismo no debemos manosear la ley judía. Como declara el Rey David: Torat Hashem Temimah – “La Torá de Dios es perfecta” (Salmos 19:8). Una obra maestra puede arruinarse – ya sea agregando o sustrayendo.

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