Él no ha observado iniquidad en Iaakov, ni ha visto delito en Israel" (Bamidbar 23:21)

La palabra amal, traducida aquí como "delito" también significa "trabajo". Esto se refiere a un trabajo duro, agotador y especialmente difícil. El Or HaJaim usa esta traducción para dar una interpretación singular a las palabras de Bilaam: "Él no vio agotamiento en Israel". Bilam percibió que incluso cuando Israel se dedica sinceramente a la observancia de la Torá y las mitzvot, eso no agota al pueblo.

Es sabido que cuando alguien tiene un deseo abrumador por algo, puede ser incansable en su búsqueda. Hay muchos relatos del infatigable estudio de Torá de nuestros grandes sabios. No era raro que estudiaran Torá durante dieciocho horas al día.

El profeta dice: "No me invocaste, Iaakov, porque te cansaste de Mí, Israel" (Isaías 43:22). El Maguid de Dubna explica este versículo con una parábola:

Un comerciante bajó de un barco y contrató a un estibador para que le llevara la mercadería a su casa. Cuando el estibador llamó a su puerta, sudando profusamente y respirando con dificultad, el comerciante le dijo: "¡Los paquetes que trajiste no son míos!".

El estibador le preguntó: "¿Cómo puedes decir que no son tuyos? ¡Ni siquiera has visto lo que traje!".

"Porque yo comercio con joyas. Mis paquetes no son pesados. Nunca habrías sudado tanto".

El Maguid dijo: "Esta es la idea que transmite el profeta. Dios dice: '¿Cómo sé que no Me invocan? Porque están cansados y agotados de rezar. Es posible que hagan los movimientos como si rezaran. Pero rezar de verdad no los agotaría".

Nuestra devoción a la plegaria, nuestra pasión por la Torá y nuestro amor por las mitzvot deben ser tales que nunca nos cansemos en su cumplimiento.