Para esto fuiste creado

20/04/2025

2 min de lectura

Shminí (Levítico 9-11 )

En la porción de la Torá de esta semana, Aharón, el Sumo Sacerdote y hermano de Moshé, iba a inaugurar el Mishkán, el Tabernáculo Sagrado que contenía la Presencia de Dios. Sin embargo, cuando estaba a punto de hacer el sacrificio, dudó. Los comentaristas de la Torá dicen que Aharón sintió miedo porque parte del altar donde se llevaba a cabo el sacrificio le recordó el pecado del becerro de oro.

Aharón aún se sentía responsable, ya que él había sido el líder que intentó, sin éxito, disuadir a los judíos de pecar y de hacer el becerro de oro. Sin embargo, Moshé lo tranquilizó, diciéndole que siguiera adelante con su misión.

¿Por qué Moisés no sugirió que otra persona realizara el sacrificio, dado que era difícil para Aharón? Si él tenía miedo, ¿no habría sido más adecuado que otro hiciera el trabajo?

Lección:

Aunque parezca contradictorio, a menudo aquellas cosas que nos resultan difíciles (ya sea una relación, un rasgo de carácter o una situación) están estrechamente ligadas a nuestra misión en la vida. Alguien que naturalmente tiende a ser impaciente suele encontrarse con situaciones que ponen a prueba su paciencia: ¿le gritará al cajero lento cuando ya se le hizo tarde, porque eso le sale de manera más natural, o respirará hondo y se dará cuenta de que es una oportunidad para trabajar sobre su paciencia?

Con frecuencia aquellas cosas que están llenas de dificultades suelen ser precisamente aquellas que Dios pone en nuestro camino para que podamos crecer y superarnos. Si alguien quiere desarrollar músculo, no levanta algo que le resulta fácil. Más bien, levanta aquello que lo desafía, aquello que le cuesta, porque es la única manera real de volverse más fuerte.

Moshé estaba transmitiendo este mensaje. En el momento en que Aharón dudó de presentar el sacrificio, pudo haberse sentido inadecuado, inseguro, culpable y temeroso de seguir adelante. ¿Cómo podía actuar como Sumo Sacerdote y realizar un sacrificio tan importante, sagrado y elevado para Dios cuando había tenido un papel tan significativo en una de las transgresiones más graves del pueblo? Sin embargo, Moshé lo alentó, recordándole que Dios lo amaba y que ya lo había perdonado por el incidente del becerro de oro.

Si te aferras a los sentimientos de culpa e insuficiencia, perderás la oportunidad de convertirte en la persona increíble que estás destinado a ser. Moshé le estaba enseñando a Aharón que él es más grande que su error y que fue creado para esa misión. Aunque parecía difícil de superar, él podía hacerlo y lo lograría.

Esta idea nos da fuerza cuando enfrentamos desafíos en nuestra vida diaria. En lugar de quedar atrapados en un torbellino de emociones, podemos dar un paso atrás y reconocer que se trata de una oportunidad que Dios nos presenta para nuestro crecimiento personal. Dios quiere que seamos lo mejor que podamos ser, y por eso nos da situaciones que nos desafían para que nos superemos. Al igual que alguien que va al gimnasio, fortalecemos nuestros músculos de carácter desafiando nuestro estado actual. Por lo tanto, cuando las cosas se pongan difíciles, en lugar de desanimarnos podemos reforzar nuestra determinación y decirnos: “¡Puedes hacerlo! ¡Fuiste creado para esta misión!”.

Ejercicio:

Cuando enfrentes un desafío, dite a ti mismo: “¡Puedo hacerlo! ¡Fui creado para esto!”.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Más reciente
Más antiguo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.