Para tu beneficio

29/10/2024

2 min de lectura

Lej Lejá (Génesis 12-17 )

Dios le dijo a Abraham: "Vete por ti (lej lejá) de tu tierra y de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre a la tierra que Yo te mostraré" (Génesis 12:1). Esta porción de la Torá comienza con una frase curiosa: "lej lejá", que se traduce como "vete por ti", y Rashi dice que implica que es para su propio beneficio. ¿De qué manera dejar atrás todo lo que Abraham conocía hasta ese momento era bueno para él? Además, el significado de la frase no requiere esta palabra adicional. Dado que nada en la Torá es arbitrario, ¿por qué Dios usó esta palabra aparentemente superflua, "lejá"-"por ti", al decirle a Abraham que debía partir?

Lección:

Si alguien te dijera que fueras a alguna parte por ti, para tu beneficio, quizás irías de vacaciones, de compras, comerías una porción de una torta increíble o te harías una manicura. Lo más probable es que eso no implicara dejar tu hogar y tu familia e irte a un lugar completamente desconocido. Sin embargo, Dios usó esta palabra adicional, lejá, por ti, para enseñarnos que efectivamente el hecho de abandonar el lugar donde había nacido fue por y para Abraham.

La mercadotecnia moderna nos engaña haciéndonos creer que los actos de indulgencia y lujo son realmente "para nosotros". Necesitamos un descanso, nos lo merecemos, hemos trabajado duro para conseguirlo, etc. Lej lejá ilustra la bella idea de que lo que realmente es para nosotros, para nuestro yo más elevado, a menudo no es sencillo y requiere duro trabajo. Este caso es una de las diez pruebas que enfrentó Abraham, cada una de las cuales sacó a la luz su potencial más elevado, llegando a convertirse en Abraham, el antepasado de todos los judíos.

Sabemos que todo lo que Dios hace es para bien, pero durante las situaciones desafiantes es difícil enfocarse y entender de qué manera eso es para nuestro beneficio. Muchas veces, no entendemos por qué necesitamos ese desafío en particular. Sin embargo, Dios que es amor y compasión, nos ama más de lo que pueden amar nuestros corazones. Por lo tanto, cuando nos dejamos llevar y reconocemos que todo es lejá, que me lo dieron directamente a mí para mi propio beneficio porque no hay nada que pueda ser mejor para ayudarme a cumplir mi propósito y mi misión en este mundo, entonces somos capaces de liberar la bendición que a veces llega envuelta en un paquete feo. Podemos fortalecer nuestra fe y nuestra confianza completa en Dios, saber que Él está a cargo, y que sólo hace lo que es mejor para mí. Con esta perspectiva podemos superar todas nuestras pruebas, al igual que Abraham.

Ejercicio: 

Piensa en una situación particular que te costó enfrentar. Ahora piensa en una cosa positiva que resultó de esa experiencia. Puede haber sido reconocer tus propias fuerzas, refinar una cualidad particular, un cambio de perspectiva, o conocer a alguien nuevo a través de esa experiencia.

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