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Los activistas antisraelíes que declaran falsamente que Jesús era "palestino" han puesto el grito en el cielo.
Para garantizar la autenticidad de María, la nueva película de Netflix, el director D. J. Caruso eligió a los actores israelíes Noa Cohen e Ido Tako para interpretar a los padres judíos de Jesús.
Sin embargo, en el último ejemplo de inversión moral, los activistas antisraelíes que declaran falsamente que Jesús era "palestino" pusieron el grito en el cielo.
Los propagandistas palestinos están decididos a reescribir la historia y demostrar que el pueblo judío no tiene derecho a su patria ancestral. Ellos sostienen que Jesús, nacido como judío en el territorio llamado Judea, es en realidad un "palestino, hijo de palestinos".
El miembro árabe de la Knéset israelí promovió el mito diciendo: "El mundo entero debe saber que Jesús era palestino".
Su objetivo: crear una narrativa antisraelí en los medios de comunicación y en las mentes de los desprevenidos activistas por la justicia social.
Esta atroz forma de apropiación cultural ignora los hechos básicos de la historia. La Tierra Santa nunca se llamó "Palestina" hasta más de un siglo después de la época en la que vivió Jesús, y el islam mismo sólo cobró existencia seis siglos más tarde. Por lo tanto, Jesús nunca pudo haber sido "palestino".
Estas fabricaciones históricas son parte de una campaña global de "desionizar la Biblia", es decir, de socavar los derechos inherentes y cortar cualquier conexión judía con su patria ancestral.
En un nuevo giro de la antigua declaración cristiana de que "los judíos mataron a Jesús", los propagandistas actuales presentan insidiosamente a Jesús como "el primer mártir palestino (shahid), crucificado por los judíos". Ellos plantean una lucha paralela: así como los judíos persiguieron a Jesús, así también ahora Israel es hostil con los palestinos.
Apreciemos por un instante la ironía de Jesús, que predicaba la paz, presentado como un mártir yihadista recompensado con 72 vírgenes.
Este fraude fue inventado décadas atrás por el architerrorista Yasser Arafat, quien en conferencias de prensa presentó láminas de un palestino demacrado, casi desnudo, crucificado sobre una estrella de David.
De esta manera Jesús se convirtió en el símbolo de un líbelo de sangre del siglo XXI: "Los judíos matan palestinos".
Para los cristianos, estas imágenes negativas no podrían ser más viscerales. Apreciemos por un instante la ironía de Jesús, que predicaba la paz, presentado como un mártir yihadista recompensado con 72 vírgenes.
Un bastión clave de apoyo a Israel es la comunidad cristiana evangélica, que mantiene opiniones políticas proisraelíes y dona millones de dólares a causas proisraelíes, tomando en serio la promesa bíblica de que la Tierra Santa pertenece a los judíos como una posesión eterna.
Sin embargo, los activistas antisraelíes que buscan abrir una brecha entre el estado judío y los 2 mil millones de cristianos del mundo, difunden mentiras venenosas a través de los principales medios de comunicación, sin importar cuán remotas y absurdas sean.
La lista continúa.
Esta narrativa de "persecución" pervierte la realidad. Lejos de practicar políticas anticristianas, Israel está a la vanguardia de la libertad religiosa para los cristianos. Israel es el único país del Medio Oriente en el que la población cristiana crece (se ha quintuplicado desde 1948) y sigue aumentando cada año. (Oficina central de estadísticas de Israel).
En contraste, el resto del Medio Oriente se caracteriza por una "descristianización" generalizada. En la actualidad, los cristianos representan aproximadamente el 5% de la población de Medio Oriente, en comparación con el 13% que eran hace un siglo.
El auge de los grupos yihadistas incrementó enormemente la violencia contra los cristianos. Un informe del 2018 encargado por el gobierno británico declaró que los cristianos están "al borde de la extinción en el Medio Oriente… En algunas regiones, el nivel y la naturaleza de la persecución puede llegar a ser considerada cercana a la definición internacional de genocidio".
Por ejemplo, la población cristiana de Turquía ha disminuido 100 veces, pasando de ser el 20% del total de la población hace un siglo a ser en la actualidad el 0.2%. En Arabia Saudita, la práctica del cristianismo simplemente es ilegal.
En Gaza, después de que Hamás se apoderara del poder en el año 2006, la población cristiana se redujo en un 75%, de 4.000 a 1.000 personas en la actualidad. La violencia letal contra los cristianos es rampante:
¿Acaso algo de esto fue informado en tu periódico local?
En Belén, literalmente el "lugar de nacimiento" del cristianismo, la población cristiana ha bajado drásticamente desde 1995 cuando la Autoridad Palestina asumió el control administrativo. Los cristianos, que en un momento representaban el 85% de la población de Belén, ahora son sólo el 10%.
Bajo el control palestino, la descristianización de Belén ha sido despiadada:
En las palabras del reverendo Tomey Dahoud, director de una iglesia de Cisjordania que fue bombardeada: "El pueblo islámico quiere matarnos. Ese es su principio y su creencia. Ellos no quieren cristianos en este país… Esa es la realidad".
Los activistas antisraelíes, al protestar contra los actores israelíes en la película de Netflix, están fabricando "hechos históricos" para impulsar su campaña de propaganda contra Israel.
La "persecución cristiana" es una más en una larga lista de acusaciones escandalosas contra Israel, junto al "apartheid, el genocidio y la ocupación colonial". Debemos hacer oír nuestra voz y enviar estas mentiras al lugar al que pertenecen: en el basurero de la historia.
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Jesus...palestino??? Jaaaaaaa